viernes, 4 de julio de 2008

Crisis alimentaria

Crisis alimentaria "será larga"
La crisis mundial provocada por el alto precio de los alimentos será más larga de lo previsto, advirtió la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

La FAO dice que el aumento de precios no se debe a una escasez de productos básicos.

Durante la clausura de la Conferencia Regional celebrada en Brasilia, el director del organismo, Jacques Diouf, enfatizó que los gobiernos no pueden confiar en las fuerzas del mercado para contrarrestar la subida de los precios de los alimentos, y que se requerirá una clara voluntad política para aumentar la producción del agro.


Lea: "Miles padecerán hambre"

Diouf explicó que el aumento vertical de los precios de los alimentos no se debe a una escasez de productos básicos, sino a una conjunción de factores tales como el aumento de precios de los fertilizantes, y del petróleo.


En el año 2007 los cereales registraron un aumento del 41%; los aceites vegetales un 60%, y los productos lácteos un 83%.


La FAO afirma que es necesario redoblar la ayuda alimentaria a los países más pobres.

La tendencia no se ha revertido, y más bien parece acelerarse.

Entre marzo de 2007 y marzo de 2008, el precio de venta del trigo (materia prima para el pan, entre otros) se disparó 130%.



"Especulación"

Diuof también señaló el papel de los "especuladores" en esta crisis, que se han lanzado a "buscar oportunidades" en los mercados de materias primas y de alimentos.


Según dijo, muchas se veces se cree que los altos precios presionan un aumento de la producción, pero advirtió que en este caso eso no va a ocurrir.

"En los países pobres los agricultores se enfrentan a dificultades para tener acceso a semillas, fertilizantes y alimento para el ganado", aseguró.


El funcionario dijo que la única manera de atacar el problema es brindando ayuda alimentaria a las países más pobres de Asia, África y América Latina.


América Latina y el Caribe


Los países pobres tendrán problemas para acceder a alimentos, fertilizantes y semillas.

Por otro lado, desde Santiago de Chile, el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), José Luis Machinea, aseguró "que el alza persistente de los precios internacionales de los alimentos está castigando con especial dureza a los sectores más pobres de América Latina y el Caribe".

Según el organismo regional, las tendencias indican que ahora habrá 15,7 millones de indigentes adicionales en latinoamérica a consecuencia del alza.

"La pobreza y la indigencia aumentará de no tomarse medidas urgentes para aminorar los efectos de estas alzas", dijo Machinea en un comunicado.

Según la CEPAL, si se confirma un aumento de los precios estimado en un 15%, la indigencia en la región crecerá de 68,5 millones a 84,2 millones de personas.


Lea: FAO: más producción familiar
"Esto representa una situación dramática para un vasto contingente de personas", aseguró Machinea.

La CEPAL también cree que si se mantienen las tendencias de un aumento de los ingresos familiares a una tasa del 5% anual, irremediablemente unas 10 millones de personas pasarán a la indigencia debido al incremento de los precios de los alimentos, esto sin contar a los que pasarán a ser pobres, que según la CEPAL, será una cifra similar.

Además a esto habría que agregar "el agravamiento de la situación social de las personas que previo a estos aumentos ya vivían en la pobreza e indigencia", dice el comunicado.

Biocombustibles

El director de la FAO se negó a opinar sobre el papel que pueda estar jugando en la crisis mundial de los precios de los alimentos la producción de biocombustibles, y dijo que el tema será abordado en una conferencias especial que se celebrará en Roma, en el mes de junio.


Lea: ¿Crisis alimentaria en ciernes?


El presidente Lula niega que los biocombustibles sean la causa del aumento de precios.

Muchos expertos consideran que la creciente demanda de materias primas tales como maíz o caña de azúcar para la producción de combustibles de origen vegetal, ha influido de manera determinante en el alza mundial de los precios de los alimentos.


En el continente, Brasil y Estados Unidos son los principales productores de los llamados "combustibles verdes", con cerca del 90% del mercado mundial.

Ambos países aseguran que el objetivo es obtener energías renovables en el futuro que reduzcan la dependencia petrolera.

No obstante, esta política les ha generado críticas de los gobiernos de Cuba y Venezuela, que consideran que la siembra de la tierra sólo debe hacerse para obtener comida.

Crisis alimentaria

Crisis alimentaria mundial (2007-2008)


Durante los años 2007–2008 se han producido subidas de precios de los alimentos a nivel mundial provocando una crisis alimentaria en las regiones más pobres del mundo, además de inestabilidad política y disturbios sociales en varios países.

Entre los motivos se incluyen las cosechas precarias en varias partes del mundo, especialmente Australia. Otras causas del aumento de los precios de alimentos a nivel mundial es la creciente demanda por biocombustibles en países desarrollados y la creciente demanda por la clase media, que está en aumento en poblaciones de Asia, quienes han variado sus hábitos alimenticios, exigiendo mayor variedad y más carne en sus dietas, provocando una demanda mayor de recursos agrícolas.

Asimismo, el aumento continuo del precio del petróleo ha aumentado los costos de los fertilizantes y el costo de transporte de los productos. Estos factores, unidos a la caída de las reservas de alimentos en el mundo y la inestabilidad producida por especulaciones del mercado de acciones han contribuido a aumentos a nivel mundial de los precios de los alimentos.

En los países desarrollados el incremento de precios se convirtió en la principal preocupación de las clases populares.[1] Según el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, unas 100 millones de personas pueden verse seriamente en riesgo por la crisis.[2]

Factores [editar]Muchos factores contribuyeron al aumento de los precios básicos. Los analistas lo han explicado como una combinación crucial de factores: malas cosechas en varias partes del mundo debido al clima, bajos niveles de reservas de comida, aumento del consumo de China e India, aumento demográfico mundial, aumento de consumo de biodiésel y cambios en la economía global.[3]


Impacto de los biocombustibles [editar]Una de las causas del incremento de precios sería el uso de cosechas de maíz estadounidense para fabricar biocombustibles. Como los agricultores dedicaron más cosecha para biodiésel que en años anteriores, se redujo la oferta destinada a la producción de alimentos en proporción. Esto ha reducido los alimentos disponibles, sobre todo en los países subdesarrollados, donde el aprovisionamiento que una familia se puede permitir ha bajado en gran medida. La crisis se podría interpretar, en cierto modo, como una dicotomización entre países ricos y pobres: por ejemplo, llenar el depósito de un automóvil mediano con biocombustible requiere tanta cantidad de maíz como la que un africano consume en un año entero.[4]

Desde finales de 2007, la inflación agraria, causada en parte por el mayor uso de maíz para biocarburantes, así como la fijación del precio del maíz respecto al del petróleo que hicieron los comerciantes en materias primas y el consiguiente aumento de precios, ha causado la sustitución de mercado del maíz, con subidas de precios que se trasladan en torrentes a otras materias primas: primero fueron los precios del trigo y soja, después del arroz, el del aceite de soja y el de otros aceites de cocina.

Los biocombustibles de segunda y tercera generación (como el etanol celusólico y el combustible de algas, respectivamente) pueden, algún día, aminorar la competencia con los cultivos de alimento. Los cultivos no alimentarios pueden crecer en tierras marginales, inadaptadas para los de alimento, pero estos biocombustibles más avanzados requieren mayor desarrollo en prácticas agrarias y tecnología de refinamiento. En contraste, el etanol del maíz usa tecnología madura, y el cultivo de maíz puede ser cambiado de uso alimentario al uso para combustible rápidamente.


Crecimiento de la población mundial [editar]
El crecimiento de la producción alimentaria ha sido mayor que el crecimiento de la población. El alimento por persona incremento durante el período 1971-2005.Aunque algunos críticos han argumentado que esta crisis alimentaria se debe al crecimiento sin precedentes de la población mundial,[5] [6] [7] [8] [9] otros, sin embargo, mencionan que la tasa de crecimiento ha, de hecho, bajado de manera drástica desde 1980,[10] [11] y la disponibilidad de cereales ha seguido superando a la población. La producción del alimento per cápita ha crecido desde 1960, y esta tendencia no ha cambiado dramáticamente con las cosechas de 2006-2007.

Los análisis de abril del 2008 de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación mantienen que mientras el aumento del consumo de cereales ha subido uno por ciento desde 2006, la mayoría de este aumento se ha ido a países desarrollados. Donde el aumento del consumo se ha incrementado, *ha sido en gran parte en valor añadiendo (procesados) alimentos, que se vende en países en desarrollo y naciones desarrolladas.[12] El crecicmiento de la utilización total de cereales desde 2006 (arriba del 3%, sobre el promedio por año del período 2000-2006, que era de 2%) ha sido mayor en el uso no-alimentario, especialmente en *feed* y biocombustibles.[13] [14]

Estos reportes, por lo tanto, concluyen que el uso industrial, la alimentación y la *aportación intensiva de alimentos*, y no la explosión demográfica entre pobres consumidores de simples cereales, ha contribuido al incremento de precios.


Incremento de demanda en Asia [editar]La población de clase media ha crecido en Asia en los últimos 20 años. Aunque la gran mayoría de la población de Asia sigue siendo rural y pobre, el crecimiento de la clase media en la región ha sido dramático, y se piensa seguirá creciendo. Para comparar, en 1990, la clase media crecía 9.7% en India y 8.6% en China; en cambio, en el 2008 ha alcanzado una tasa de crecimiento de cerca del 30 y 70 por ciento, respectivamente.[4]

El correspondiente aumento en la afluencia ha traído también un cambio en el estilo de vida y en los hábitos de alimentación, más específicamente en una demanda mayor de variedad en los alimentos y más carne en la dieta[15] causando una mayor demanda de recursos de parte del campo.

Crisis alimentaria

¿Crisis alimentaria?
Frida Modak
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El Banco Mundial, el Fondo Monetario, la FAO, la Unión Europea y hasta el gobierno de Estados Unidos decidieron darse por enterados de lo que está sucediendo en el mundo con los alimentos. Se habla de crisis, lo que no es nuevo pese a que ahora le dicen global, y aunque no se ha pronosticado aún una hambruna como las que hemos visto en el pasado en algunos países africanos, hay un problema real que no se puede seguir abordando con las mismas recetas fracasadas.

Unos culpan a los biocombustibles, otros dicen que no radica ahí el problema sino en el alza de precios y también se sostiene que la situación actual se debe al desarrollo de China e India, lo que ha determinado que muchos millones de personas más se incorporen al consumo. Cada uno de estos factores puede influir, pero todavía no se sabe exactamente frente a qué estamos y por eso es importante mirar hacia situaciones similares del pasado.

Hay innumerables informes internacionales, de organismos de las Naciones Unidas, de fundaciones y de instancias tan serias como lo fue el Diálogo Norte-Sur o Comisión Brandt, como también se le conoció, que en documentados estudios señalaron que no existía escasez de alimentos, sino que éstos estaban mal e inequitativamente distribuidos a nivel mundial. Y eso no ha cambiado, por el contrario, porque los alimentos son un muy buen negocio en el modelo globalizador.

De ahí que los llamados a actuar en forma “urgente” contra la crisis alimentaria formulados por la FAO, que es la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, o la decisión del Banco Mundial y del Fondo Monetario para lanzar un “Nuevo Acuerdo” y reunir 500 millones de dólares para evitar que 100 millones de personas “se hundan aún más en la pobreza”, o los 200 millones de dólares que Estados Unidos destinó a ayuda de emergencia o los 160 millones de euros (237 milllones de dólares), que la Unión Europea destinará ayuda humanitaria, sólo representen paliativos insuficientes.

Los biocombustibles

Los que responsabilizan a los biocombustibles tienen parte de razón. Desde que el presidente estadounidense realizó su gira latinoamericana el año pasado y fue a Brasil, gran productor de etanol con caña de azúcar desde hace más de veinte años, se desató una verdadera fiebre por los biocombustibles. Los agricultores estadounidenses duplicaron sus sembradíos de maíz para fabricarlo y Bush planteó que había que producir 132,4 mil millones de combustible alternativo para disminuir en un 20 por ciento el consumo de gasolina. Brasil aumentó sus exportaciones del grano, y en los más diversos lugares se fueron encontrando otros productos agrícolas para fabricarlos. La soja, las semillas oleaginosas, los cereales, todo podía ser utilizado en esta nueva industria.

En Papúa Nueva Guinea recordaron que el aceite de coco podía usarse para sustituir la gasolina y se crearon minirrefinerías, tal como lo habían hecho en los años noventa cuando luchaban por su independencia.

Científicos estadounidenses crearon baterías biodegradables que funcionan con cualquier tipo de azúcar y duran de tres a cuatro veces más que las de litio, se probó hasta la savia de los árboles. Y las calculadoras funcionaron, por lo que se piensa utilizar el azúcar para notebooks, celulares y reproductores portátiles de música, que podrían ponerse a la venta en dos o cuatro años más.

Brasil sostiene que el aumento de precios de los alimentos no es atribuible a los biocombustibles en lo que respecta a América Latina y Africa “porque tenemos tierra suficiente para producir a ambos”, dijo su ministro de hacienda en un seminario efectuado en Nueva York. Mientras, las distintas organizaciones que participaron en la Conferencia para la Soberanía Alimentaria efectuada en Brasil, pidieron a la Conferencia Regional de la FAO, realizada también allí, la defensa de la agricultura y el derecho a la alimentación.

Por su parte, el director de la FAO admitió que la producción de biocombustibles genera incertidumbre y se requiere de una estrategia que considere las necesidades de las poblaciones más vulnerables. Y así se va llegando a lo fundamental.

Alzas, protestas y negocios

En los últimos nueve meses el precio de los alimentos ha subido en un 45 por ciento, según datos de la FAO. En el 2007 los cereales subieron el 41 por ciento, los aceites vegetales el 60 por ciento y los lácteos el 83 por ciento. Entre marzo de 2007 y marzo de 2008 el precio del trigo aumentó en un 130 por ciento. Uno de los elementos que ha influido en esas alzas de la producción agrícola es el precio del petróleo. Eso, a su vez, estimula la producción de aquellos productos que se pueden transformar en biocombustibles y eso determina que disminuya la siembra de otros alimentos, lo que crea un círculo vicioso con alzas en otros artículos básicos.

La gravedad de la situación tuvo que ser admitida cuando ya en 37 países se habían registrado disturbios por la carestía de los alimentos. Desde Egipto hasta Haití se registraron protestas porque ya ni siquiera se podía comprar harina para hacer pan. La situación amenazaba también a los países desarrollados, especialmente de los que viven del comercio con sus ex colonias, como Gran Bretaña, cuyo primer ministro llamó al Grupo de los 8 a tomar medidas para frenar las alzas.

Pero quien planteó las cosas en términos reales fue el presidente haitiano René Preval, a raíz de la violencia desatada en esa nación, que culminó con la destitución del primer ministro. Al referirse a la cuantía de las alzas de precios de alimentos y combustibles en el mercado internacional, el mandatario señaló que la solución no estaba en eliminar los impuestos a la gasolina, el cemento, el arroz y a los demás productos que se importan, porque con ese dinero se construyen escuelas, hospitales, caminos, a la vez que se estimularía e ingreso de las mercancías extranjeras lo que terminaría de destruir lo que queda de la producción nacional.

Y afloraron las cifras. Haití importa 360 mil toneladas de arroz al año, la producción nacional es de 90 mil, lo que implica un gasto de 270 millones de dólares al año. Otro tanto sucede con los huevos, los pollos y otros productos alimenticios. Propuso Préval ir eliminando las importaciones y destinar esos millones de dólares a desarrollar la producción nacional, creando al mismo tiempo los empleos que hoy no existen, a fin de promover un desarrollo durable. La solución no es fácil, dijo, pero la producción nacional es la mejor vía.

El planteamiento es inobjetable, parecería elemental, sobre todo en un país donde la pobreza extrema es producto de décadas de dictadura y ocupación militar de Estados Unidos primero y ahora de tropas latinoamericanas bajo la bandera de la ONU, que lo único que han hecho y hacen es controlar los brotes de violencia sin promover ni el más elemental desarrollo, lo que lleva a concluir que una parte importante de la llamada crisis alimentaria es consecuencia del negocio de los alimentos, que también es transnacional y globalizado. ¿En cuántos países se repite la situación haitiana?

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Crisis alimentaria

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Crecimiento demográfico y crisis alimentaria

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Debido al rápido y constante aumento de la población en muchas zonas del mundo en desarrollo, particularmente en Africa, el Medio Oriente y partes de América Latina, y a la disminución de la productividad agrícola en términos de productividad per capita, el mundo esta andando hacia una crisis alimentaria. El crecimiento demográfico, la urbanización, la distribución desigual de las tierras, la reducción de las dimensiones de las explotaciones y el constante empobrecimiento de los agricultores del Tercer Mundo, han contribuido a reducir la producción tradicional en zonas críticas. De hecho, casi mil millones de personas padecen de malnutrición y 400 millones están crónicamente subnutridas. Paralelamente al crecimiento del número de seres humanos, ha ido avanzando la degradación de los recursos a escala masiva. En un momento en que se necesita producir más alimentos, la degradación de las tierras y el abuso de sustancias químicas comportan una mengua de la producción agrícola.

A la raíz de esta crisis está el, multiplicador de la población, que determina la repercusión global en las tierras y los alimentos. El crecimiento demográfico se concentra en el mundo en desarrollo, donde tienen lugar más del 90 por ciento de todos los nacimientos. En los próximos diez años, la población del mundo industrializado crecerá sólo en 56 millones de personas, mientras que la población de los países en desarrollo aumentará en más de 900 millones. Sea cual fuere el tipo de tecnología, el nivel de consumo o desperdicio, el nivel de pobreza o desigualdad, cuantas más personas haya, mayores serán los efectos en el medio ambiente y, a su vez, en la producción de alimentos.

En este artículo se propone un programa de acción en diez puntos, en que se combinan los programas demográficos y de planificación familiar con una ordenación apropiada de tierras y aguas, haciendo hincapié en la función decisiva de las mujeres como administradoras de recursos en gran parte del mundo en desarrollo. Si se han de satisfacer las necesidades futuras, es esencial remodelar las políticas integradas de población, recursos y medio ambiente, de forma que la agricultura pueda restablecerse sobre bases sostenibles.

References
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Repetto, R., Magrath, W, Wells, M., Beer, C, Rossini, F. 1989. Wasting assets: natural resources in the national income accounts, p. 1-8, Washington, D.C., World Resources Institute.

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Sadik, N. 1989, Safeguarding the future., p.8. New York, UNFPA.

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World Resources Institute. 1990. World Resources 1990-91. Oxford, Oxford University Press.



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Crisis alimentaria

Attilio Folliero y Cecilia Laya, La crisis alimentaría en el sistema capitalista
En este articulo se analiza la crisis alimentaría mundial. En un análisis comparativo de diez años del producto interno bruto por sectores (PIB), se comprueba que el Sector Primario (Agrícola) ha caído fuertemente, el Sector Secundario (Industrial) también cae en menor proporción, mientras que el Sector Terciario (Servicios) experimenta un alto crecimiento. Leer >>
Attilio Folliero y Cecilia Laya, LPG, Caracas, 31/01/2008
La crisis alimentaría en el sistema capitalista
Attilio Folliero y Cecilia Laya*
Durante los últimos años se viene hablando sobre la crisis en el sector productor de alimentos; ocasionado entre otros factores por los altos costos de los productos de la materia prima para procesar y trabajar los productos agrícolas, la cadena de comercialización, el desabastecimiento por causas de acaparamiento con el objetivo de hacer subir aun mas los precios del producto final, situación que se presenta no solo en Venezuela sino también a nivel mundial. Otra causa, que debe analizarse es que los productos agrícolas están siendo destinados a fines experimentales de obtención de energía; un caso de ello es el maíz.
Cuando se realiza un análisis comparativo de diez años del producto interno bruto por sectores (PIB), se comprueba que el Sector Primario (Agrícola) ha caído fuertemente, el Sector Secundario (Industrial) también cae en menor proporción, mientras que el Sector Terciario (Servicios) experimenta un alto crecimiento.
En un análisis realizado durante los años 1993 y 2003 para varios países industrializados y de los llamados mercados emergentes, relacionados en la Tabla que se indica al final, comprobamos como el PIB del sector agrícola ha caído fuertemente en todos estos países, con muy pocas excepciones. Por ejemplo en Estados Unidos la caída fue del 36,8%; en el Reino Unido del 44,4%, en México, casi llega al 40%.
Por su parte el sector industrial que comprende también parte del sector manufacturero que se encarga de la transformación de los productos de la agricultura en productos de consumo final también muestra una caída.
Estos resultados nos llegan a la siguiente conclusión: la causa fundamental de la caída en la producción y transformación de productos agrícolas para consumo final, esta asociado al propio sistema capitalista, a su fin o propósito que es: “producir bienes y servicios a un mínimo costo y al más alto beneficio”, ecuación que evidentemente no se cumplirá cuando se destina el capital a la producción de alimentos para satisfacción básica y elemental de la población, es por ello que destinan la inversión a los servicios, es allí donde esta la mas alta rentabilidad a los más bajos costos de producción.
Pero también, hay que reconocer que fue precisamente el Sistema Capitalista que ha hecho posible aumentar la producción de alimentos, mediante la tecnología, la expansión productiva, la alta demanda de mano de obra calificada, menos calificada y no calificada, todas a bajos precios, lo cual ha permitido en parte satisfacer la demanda alimentaría a la población mundial, merito que se debe hacer, ya si comparamos con los modos de producciones anteriores al capitalismo, la historia evidencia la deficitaria producción de alimentos que inclusive desde entonces viene ocasionando la hambruna mundial, que ha costado y sigue costando vidas.
Sin embargo, el Sistema Capitalista tiene muchas contradicciones internas, una de ellas es la imposibilidad de resolver la capacidad de producir alimentos para la satisfacción de la demanda de la población mundial, precisamente hoy en día con todo el desarrollo y sofisticada tecnología el problema del hambre persiste, a tal punto que hoy se estima que diariamente mueren 26.000 niños, menores de 5 años por falta de alimentos o por enfermedades relacionadas con la mala nutrición! Absurdo y totalmente inmoral.
Es claro y evidente que el sistema produce para un mercado, donde no existen reglas y si las hay se evaden con toda normalidad, es por ello que las necesidades alimenticias no pueden ser satisfechas, lo cual nos afecta a todos por igual, los que tienen capacidad para acceder al mercado, y los que no la tienen también, ya que el capital se dirige hacia sectores mas rentables, abandonando los sectores que dan menos ganancia.
Lo hemos visto en estos últimos meses en Venezuela: por un lado la absoluta escasez de leche y por otros lado abundancia de productos derivados precisamente de la leche; quesos yogurt, y otros productos catalogados como exquisiteces que provienen de transformación de la leche pero con una valor añadido mas alto que la leche, en definitiva da mas ganancia vender un queso que la leche pura; sin considerar importar que la leche es vital para un niño recién nacido cuya base de alimentación es la leche.
Este fenómeno se aprecia a nivel mundial, se viene sustituyendo el sector agrícola como medio de inversión por el sector terciario mas rentable, y manera de sarcasmo Será que no vamos a alimentar de papeles financieros, monedas, instrumentos del mercado de capitales, seguros, boletos aéreos, etc.
Países

Crisis Ambiental

Rastreando los orígenes de la actual crisis ambiental
Por: Adriana Anzolín, Ecoportal.net
Abril 01, 2007
Cuarto acto: El Homo "tecnológicus"


Aunque el título de este acto parezca desmentirlo, seguimos contando la historia del Homo sapiens en relación con la naturaleza. Sólo que, a estas alturas, nuestra especie (enancada en una serie de descubrimientos científicos y tecnológicos) adquiere todas las veleidades de un primer actor, al que me he tomado la licencia de llamar Homo "tecnológicus".

¿Y cuándo empezó a gestarse? No existe una fecha exacta, pero si podemos decir que ya existen claros indicios en el siglo XV, cuando el Renacimiento ya estaba instalado en Italia y se fue extendiendo a otros países europeos.

En esta época de verdadera ebullición intelectual y artística, la mirada inquisidora de muchos hombres con ansias de conocer y explicar el mundo que los rodeaba fue derribando muros de prejuicios y supersticiones mantenidos durante centurias. El método científico, tal como hoy lo conocemos, se comenzaba a gestar. Hasta ese momento, se podían hacer todo tipo de elucubraciones sin contrastarlas con la realidad.

Se seguía la lógica de Aristóteles, quién por ejemplo, con toda soltura afirmaba que las mujeres tenían menos dientes que los hombres y, en toda su vida, ¡no se le ocurrió asomarse a la boca de sus dos esposas para verificar si lo que decía era cierto! No era la única idea peregrina del filósofo griego. En otras cosas, también sostenía que los niños crecían más sanos si eran concebidos con viento Norte.

Hasta este momento, tratar de comprobar lo que decía el maestro hubiera sido impensable, pues era poner en duda su incuestionable palabra.

Durante los oscuros siglos medievales, los monasterios habían atesorado fragmentos de las esplendorosas culturas griega y romana ya desaparecidas, en manuscritos que se habían encargado de recuperar aquí y allá. Con infinita paciencia o por la fuerza de las armas (como sucedió con los manuscritos dejados por los árabes cuando fueron expulsados de España) compilaron estos saberes que durante siglos fueron la única fuente de conocimiento sobre la naturaleza y que poco agregaban a los estudios realizados por Aristóteles, Plinio, Teofrasto y otros. La invención de la imprenta en 1.493, democratizó este conocimiento al que sólo habían tenido acceso la Iglesia y algunos monarcas. Los hombres del Renacimiento pudieron entonces leer los textos griegos, desatándose una verdadera fiebre de conocimiento que además fue acicateada por el descubrimiento de nuevas tierras. Los herbarios y colecciones de animales, que no se habían modificado demasiado desde la época griega, "engordan" explosivamente con seres traídos de los más recónditos lugares. La naturaleza empezaba a ser ordenada y clasificada.

Como era esperable, ciertas "verdades" sostenidas durante siglos, fueron revisadas y el escándalo apareció a la vuelta de la esquina: la idea aristoteliana de un Universo que giraba en torno a la Tierra y que era compartida por la Iglesia, fue puesta en duda. Copérnico primero, con su teoría de que era la Tierra la que giraba en torno al Sol, y luego Galileo, con sus observaciones experimentales, pusieron patas para arriba la antigua creencia. Cuando Galileo volvió su telescopio hacia el cielo, abrió nuevos campos de conocimiento que describió en su libro Mensajero de las estrellas. En el dice:"Doy gracias a Dios, que ha tenido a bien hacerme el primero en observar las maravillas ocultas a los siglos pasados. Me he cerciorado de que la Luna es un cuerpo semejante a la Tierra... He contemplado una multitud de estrellas fijas que nunca antes se observaron.... Pero la mayor maravilla de todas ellas es el descubrimiento de cuatro nuevos planetas (cuatro satélites de Júpiter)... He observado que se mueven alrededor del Sol".

Galileo hizo descubrimientos astronómicos, inventó el primer termómetro y el concepto de aceleración utilizado en la física moderna, etc. Pero por sobretodo, estableció la experimentación como base de la metodología científica, anteponiéndola a dogmas sin sostén. Como todos sabemos, tamaño desacato al pensamiento establecido no le salió gratis: ¡Gentes sin domicilio- se dijo- quieren examinar y expulsar a Aristóteles! La Inquisición prohibió su último libro, lo obligó a abjurar de sus creencias heliocéntricas y le dictaminó arresto domiciliario hasta el fin de sus días.

Galileo no logró que ningún inquisidor simplemente se acercara a la lente del telescopio para verificar que sus descubrimientos eran ciertos, pero no estaba sólo. Sir Francis Bacon, Descartes, Kepler y muchos otros se embarcaron en la aventura del conocimiento. La ciencia había echado a andar y los descubrimientos se sucedían en todas las áreas: desde el sistema circulatorio hasta las orbitas de los planetas nada escapaba a nuestra insaciable curiosidad. El punto culminante llegó con Newton que concibió una explicación única y general de cómo la fuerza de la gravitación causa el movimiento de la Luna y los planetas. La ciencia se convirtió, desde entonces, en la más alta expresión de la racionalidad y trajo, no cabe la menor duda, extraordinarios beneficios y progreso a la humanidad.

Sin embargo, con el correr del tiempo, modificó radicalmente nuestra relación con la naturaleza. Esta empezó a ser vista como un gigantesco mecanismo de relojería, donde cada pieza debía ser estudiada y sus leyes de funcionamiento desentrañadas. Pero ya no con el mero afán de conocimiento, sino como forma de dominarla y hasta "perfeccionarla". En 1.760 un novelista inglés escribía: "Ved los campos de Inglaterra sonriendo con sus cultivos: los terrenos exhiben toda la perfección de la agricultura, parcelados en hermosos cercados, campos de cereales, bosques y prados."Según la nueva visión, el caos natural debía ser ordenado por el hombre y la naturaleza manipulada para hacerla más productiva, en definitiva, era un mero objeto de explotación para nuestro propio beneficio. Obviamente la condición sagrada de la naturaleza recibió un golpe mortal y los espíritus paganos de bosques, ríos y montañas, que habían resistido la embestida cristiana, se desvanecieron. El mundo había sido desencantado y la hora de su explotación feroz había comenzado. Las nuevas catedrales eran los laboratorios de experimentación y los científicos los "sacerdotes de la naturaleza", como lo proclamó el científico Robert Boyle.

El próximo hito de esta historia es la Revolución Industrial, que plasmó la nueva concepción del mundo a través de instrumentos concretos como fueron las nuevas invenciones tecnológicas: el motor a vapor, los telares mecánicos, el telégrafo, los ferrocarriles, etc. Ellos harán posible el paradigma de la sociedad industrial: obtener más de la naturaleza y en el menor tiempo posible.

Esta Revolución se desarrolló con gran fuerza en el siglo XVIII en Inglaterra, luego se extiende a Europa y se impone en las colonias europeas de Asia y África, que son organizadas según la localización de sus recursos estratégicos. A partir de ahora, el relato se acelera como una película pasada en cámara rápida y el cambio será la única constante. Nuestro estilo de vida y percepciones se irán transformando y el medio ambiente también se modificará profundamente.

Varias son las características de estos cambios:
1- El proceso de urbanización se acentuó porque las incipientes industrias crearon numerosos puestos de trabajo que atrajeron la gente del campo hacia las ciudades.

2- Empezamos a utilizar en forma intensiva la energía, sin la cual esta Revolución hubiese sido imposible. Inglaterra, precursora de la industrialización había repetido la vieja historia de talar sus bosques (que se habían recuperado del ataque romano siglos antes) para sostener algunas actividades que eran voraces consumidoras de madera como la fundición de hierro, la fabricación de vidrio, la construcción de edificios y la construcción de su poderosa flota. Para muestra basta un botón: un barco de guerra, que debía llevar pesados cañones, requería alrededor de 2 mil robles centenarios (los jóvenes no servían), o sea un mínimo de 25 hectáreas de bosque. En ciertas regiones, hasta hubo revueltas populares pues la madera llegó a ser tan escasa que no alcanzaba para calentarse en los inclementes inviernos y los más pobres morían de frío. ¿De dónde provino entonces la energía que alimentó la industrialización?. De un descubrimiento que permitió reemplazar el carbón vegetal (obtenido de los bosques) por el extraído de las abundantes minas que poseía el país. Abraham Darby y su hijo pudieron purificar este carbón, hasta ese momento inutilizable en la industria del hierro por su alto contenido en impurezas, obteniendo el coque. Tal fue el éxito, que desde su descubrimiento a mediados del siglo XVIII hasta fines del mismo siglo, la producción de carbón se triplicó y permitió obtener hierro para fabricar una enorme variedad de elementos: desde ferrocarriles y barcos, pasando por clavos, hasta las máquinas de vapor. Estas últimas, verdaderas estrellas de la industrialización, eran alimentadas con carbón y empezaron a sustituir las viejas fuentes de energía como la hidráulica, la animal y la humana. La cantidad de bienes generados crecía a la par que los costos se reducían, aumentando notablemente la productividad, como ocurrió con las manufacturas textiles, un verdadero "boom".

3- La naturaleza pasó a convertirse en el gran sumidero de los desechos de la humanidad. La contaminación derivada del uso de combustibles fósiles, de los desechos industriales y de la falta de servicios en las ciudades en rápido crecimiento, se convirtió en la compañera inseparable del mundo industrializado, poniendo en riesgo la vida en general.

4- La curva de crecimiento de nuestra especie pega un respingo: empezamos a reproducirnos a una velocidad nunca antes vista, pues la paulatina mejora en los estándares de vida y los descubrimientos científicos redujeron las tasas de mortalidad. Esto aumentó la demanda de bienes y servicios, ergo, aumentaron las presiones sobre el medio ambiente para obtenerlos y también la contaminación derivada de su fabricación y uso.

5- Se produjo la división internacional del trabajo y, de acuerdo a ésta, a cada ecosistema del mundo se lo "reacomodó" para orientarlo a la producción de determinados elementos necesarios para el mercado internacional. El nuevo orden mundial establecía: este país producirá café, aquel carnes y el de más allá minerales. Obviamente Argentina adquirió el rol de exportador de productos agrícolas y el mote de "granero del mundo". La súper-especialización estaba en marcha, siendo reemplazados la variedad de cultivos o los bosques por monocultivos intensivos, ganadería o explotaciones mineras, que con el correr del tiempo traerán la degradación del suelo.

La súper-especialización que aplicamos a la naturaleza, también tuvo su espejo en nosotros. Las factorías empezaron a fragmentar el trabajo en tareas individuales más sencillas y rutinarias, al punto que un visitante a una metalúrgica inglesa decía: "En vez de aplicar la misma mano para acabar un botón o cualquier otra tarea, se subdivide en tantas manos como sea posible, suponiendo sin duda que las facultades humanas, limitadas a la repetición del mismo gesto, se hacen más veloces y fiables que si se tiene que pasar de uno a otro. Así un botón pasa por cincuenta manos, cada una de las cuales realiza la misma operación quizás mil veces al día...". La tediosa y veloz repetición de tareas, creó una nueva forma de vida donde el hombre casi es un engranaje más, como lo plasmó magistralmente Charles Chaplin en su película "Tiempos modernos".

El conocimiento también se fragmentó en disciplinas cada vez más aisladas y con jergas cada vez más complejas. La naturaleza, bajo la mirada de "especialistas", se convirtió en una mera resultante de la suma de sus partes y no como un todo, lo que nos daría muchos dolores de cabeza en el futuro.

El "Homo tecnológicus", con una fe inquebrantable en la ciencia y la tecnología, ya estaba entre nosotros.

Razones para profesar esa fe no le faltaron: en los 2 últimos siglos han demostrado una enorme capacidad para transformar nuestra realidad material y resolver problemas de hambrunas y enfermedades que nos flagelaron durante milenios. Pero tanto fervor, le ha hecho creer que la Tecnología tiene una capacidad ilimitada para resolver cualquier tipo de problemas; que todo es cuestión del tiempo requerido para encontrar la solución.
Pero la situación no es tan sencilla, como veremos...

Fragmento del Capítulo Nº 1 del libro "Lazos verdes. Nuestra relación con la naturaleza", de Adriana Anzolín donde se narra la relación hombre-naturaleza a través de la historia.
Albert Einstein decía "todos somos ignorantes, sólo que ignoramos cosas distintas". Nunca más cierto cuando hablamos de los temas ambientales. Para abordar la complejidad de la relación hombre-naturaleza no es suficiente con que cada disciplina del saber aporte sus conocimientos específicos, sino que es necesario que se impregne de las miradas de las demás. Sólo así comprenderemos la riqueza de dicha relación en su totalidad.

Lazos verdes constituye un aporte para subsanar esa fragmentación que existe en cuanto al conocimiento ambiental. Aborda cada aspecto en profundidad, holísticamente y con un lenguaje sencillo. Así se integran los saberes y se efectiviza la imprescindible interdisciplinariedad que requiere el tema.

Un libro para que el biólogo conozca sobre historia ambiental, el geógrafo comprenda la química de la contaminación, el químico aprenda acerca de los problemas socio-ambientales del monocultivo...

Lazos verdes está dirigido a todos aquellos que creen que la educación ambiental es la brújula que nos orientará a mejores puertos. Por lo tanto resultará de interés tanto para el público en general como para los docentes y estudiantes de enseñanza media.

El libro se puede encontrar en las principales librerías o solicitar el pedido directamente en nuestra editorial en la página web www.maipue.com.ar

Crisis Ambiental

“Crisis ambiental - Un desafío bioético actual”
Alumnas: Laura Gonzalez Florencia Piccone Sabrina Turella



"La tierra no es herencia de nuestros antepasados;

es préstamo de nuestros descendientes."

Miguel de Unamuno.



Sumario: Introduccion Nociones Básicas Reseña Histórica Ecoética Problemas Ambientales Agentes contaminantes y su estrecha relación con algunas patologías Transgénicos: Vulnerabilidad en el ecosistema y en el ser humano Aspectos bioéticos sobre la problemática ambiental El Derecho Ambiental en el plano internacional El Medio Ambiente y su recepción en la Constitución Nacional Conclusión Bibliografía


Introducción
¿Tiene el hombre el poder para alterar el destino? ¿Es el destino consecuencia de la mano del hombre?

Las respuestas pueden no ser unívocas, pero lo cierto es que los seres humanos tenemos la capacidad de influenciar ciertos cambios, de alterar ciertos rumbos.

El gran interrogante es ¿somos lo suficientemente prudentes e inteligentes para establecer un límite a nuestro poder de alteración? Y aún más, ¿seremos lo suficientemente "poderosos" para detener las posibles consecuencias adversas de nuestros actos?

La naturaleza se encuentra en constante cambio y el hombre es el artífice de muchos de ellos. Por esto el futuro se vislumbra como un gran interrogante, tan incierto como cercano, tan prometedor como amenazante.

Simultáneamente al crecimiento y avance de la Ciencia y la Técnica, se contrapone la vida humana, especialmente en lo referente a la dignidad del hombre, que se encuentra bajo permanente amenaza.

Esto no solo afecta al hombre como tal, sino que se expande a su entorno.

El hombre se ha sentido, por mucho tiempo, dueño y señor del planeta. Este comportamiento trajo aparejado consecuencias realmente negativas para la naturaleza, que la afectan y que muy probablemente se intensificarán en el futuro.

Frente a esta realidad que nos toca directamente, aunque no lo entendamos así, debemos buscar soluciones, alternativas que nos permitan mejorar la situación actual y evitar males futuros.

En apariencia esta problemática, la crisis ambiental, se nos presenta como lejana. No consideramos que pueda llegar a tener una influencia directa en nuestro diario vivir; además si se tiene en cuenta el ritmo de vida actual, siempre hay algo más urgente que resolver, lo que nos lleva a dejar de lado situaciones sobre las cuales consideramos que tendremos tiempo de solucionar.

Lamentablemente el problema ambiental se encuentra en esta categoría.

Si bien la cuestión es tratada con más seriedad e intensidad que en años anteriores, es necesario que estas discusiones se transformen en acciones tendientes a controlar o evitar aquellas actividades que hieren, perjudican, contaminan, degradan o aniquilan al ambiente. Acciones que debemos realizar todos, desde los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales, las empresas y sobre todo, nosotros, los ciudadanos y habitantes del mundo. De esta forma, si cada uno toma conciencia y hace lo que corresponde, muchas cosas podrían mejorar.

La importancia de la crisis ambiental radica en que ésta afecta a nuestro "oikos", a nuestra casa. Imaginemos por un instante que alguien trata de derribar nuestra casa o que la misma se está incendiando. Seguramente intentaríamos evitar que sea derribada o que el fuego cese. Pues en la misma situación se encuentra la Tierra.

El ser humano es, en último termino, el protagonista de nuestras preocupaciones ecológicas, porque el mundo es su casa y, paradójicamente, él mismo lo degrada.

Podríamos decir que los variados problemas ambientales que aquejan hoy al ambiente contribuyen al llamado "holocausto medioambiental".

Es por todo esto que el objetivo de este trabajo es intentar presentar una visión panorámica sobre la situación medioambiental actual y algunos de los principales problemas ambientales. Procuraremos arribar a la crisis ambiental desde tres puntos de vista diferentes pero, creemos, complementarios: legal, bióetico y sanitario.

Igualmente queremos dejar constancia que a nuestro parecer la contribución más importante que intentamos realizar es la toma de conciencia por parte de la sociedad frente a la necesidad de proteger el medio ambiente, respetarlo y valorarlo, no sólo para mejorar la calidad de vida hoy, sino como legado para el futuro.

Nociones Básicas
Para lograr una mejor comprensión del tema es necesario que desarrollemos cierta cantidad de conceptos, originalmente engendrados por distintas Ciencias.

El hombre es una especie viviente que integra un complejo sistema de relaciones e interrelaciones con el medio natural que lo rodea, al igual que con el resto de las especies. Entendemos al sistema como "una entidad autónoma dotada de cierta permanencia y constituida por elementos interrelacionados que forman subsistemas estructurales y funcionales, que se transforman dentro de ciertos límites de estabilidad, gracias a regulaciones internas que le permiten adaptarse a las variaciones de su entorno específico"[1]

Es necesario comprender que todos los elementos del ambiente natural y el hombre forman parte de un sistema. Cualquier cambio brusco hará que este sistema se vea condicionado a adaptarse, transformarse dentro de sus límites de estabilidad. Este cambio, puede entonces, provocar serias consecuencias. Hemos sufrido ya parte de algunas de estas consecuencias, entre las cuales podemos nombrar: el calentamiento de la superficie terrestre por el efecto invernadero, la erosión, la contaminación localizada, el derrame de desechos tóxicos en mares y ríos que trae aparejado la desaparición de flora y fauna y la destrucción de los bosques y selvas (una de sus causas es la extensión de la frontera agrícola) que provoca la desertización.

Ahora nos dedicaremos a la tarea de explicar los distintos conceptos a los cuales nos referimos arriba.

El primer concepto que debemos precisar es el de ambiente.

El ambiente es el conjunto de factores que influyen sobre el medio en el cual el hombre vive. Este concepto se asimila al de “environment”, (inglés) y al de “environnemnt,”(francés), derivado éste del verbo francés “environner” (rodear o circundar). Cuando se hace referencia a los problemas ambientales, por ejemplo, o a temas para una mejor protección del ambiente, se utiliza la expresión medio ambiente, por lo que será necesario definir la palabra medio.

De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, la definición de medio, en una de sus acepciones, es "conjunto de circunstancias o condiciones exteriores a un ser vivo que influyen en su desarrollo y en sus actividades". El mismo diccionario define al medio ambiente como "conjunto de circunstancias culturales, económicas y sociales en que vive una persona."

El término de medio ambiente se incorporó y se oficializó en la lengua española, en 1984 y es un concepto caracterizado por connotaciones filosóficas y políticas que determinan su conveniencia de mantenerlo y utilizarlo en la actualidad, en diferentes países del mundo.

Nosotros definiremos a la expresión medio ambiente como el conjunto de circunstancias y cosas que rodean y condicionan la vida del hombre. Es decir, abarcando todo aquello que rodea al hombre, todo aquello que puede influirlo o puede ser influido por éste.

Podemos decir que el medio ambiente posee tres características principales: es asimilador de desperdicios; es proveedor de bienes para el consumo directo; y brinda recursos materiales y energéticos.

El medio ambiente será bien objeto de tutela jurídica por el Derecho Ambiental

Cuando nos referimos a los elementos del medio ambiente, debemos comenzar por mencionar a la biosfera, pues es el ámbito natural en el que aparece el hombre y constituye el elemento primero que condiciona su existencia como ser ético físico.

Todos los componentes bióticos y abióticos y las relaciones que se establecen entre sí forman un sistema que recibe el nombre de biosfera.

Los elementos abióticos son el suelo, el agua y el aire. La mayoría de los vegetales obtienen sus nutrientes del suelo. La degradación de éste puede causar terribles consecuencias en las condiciones de vida de la flora y de la fauna.

El agua constituye un componente esencial en el cuerpo de todo ser vivo. Y cada conjunto de seres vivos (ecosistemas) necesita determinada cantidad de agua. Si esta cantidad es modificada, sea porque falta o porque sobra, las condiciones de vida se verán severamente afectadas, repercutiendo por lo tanto, en la flora y la fauna.

El aire brinda a los organismos vivos el oxígeno y para las plantas en particular, el carbono, que les es indispensable. Actualmente, debido a los incendios forestales y a la quema de combustibles fósiles para la obtención de energía (que generan gran cantidad de monóxido de carbono) entre otras causas, se produjo un aumento de la temperatura media de la tierra. Esta elevación de la temperatura tiene como peligro intrínseco el derretimiento de los hielos y glaciares polares. Esta situación se ve agravada por la creciente desaparición de grandes extensiones de bosques y selvas que aportan gran cantidad de dióxido de carbono. Los bosques y selvas se consideran sumideros de los gases que afectan a la atmósfera, pues éstos son absorbidos por aquellos, disminuyendo, así, el efecto invernadero.

El calentamiento de la atmósfera, del suelo y del agua afectan a los ecosistemas y, por lo tanto, a la vida humana.

Los elementos bióticos son todos los seres vivos de la tierra. Las especies son los organismos vivos que pueblan el planeta, y la comprenden millones de distintas especies de microorganismos, plantas y animales. Toda especie se compone de una o más poblaciones de individuos, cuya interrelación proviene de su mutua dependencia para fines de reproducción, sus miembros son capaces de entrecruzarse entre sí pero no pueden entrecruzarse con miembros de otras especies. Cada especie tiene un conjunto de caracteres propios, producto de su patrimonio genético. Históricamente el hombre ha sido un depredador del ambiente. Pero la intensificación de las actividades humanas en los últimos tiempos, y su consecuente fragmentación o destrucción de los hábitats naturales, ha creado un creciente riesgo de hacer desaparecer la diversidad genética de la biosfera.

Denominaremos biodiversidad al número de especies y variedades genéticas que de seres vivos que se encuentran en la Tierra.

Popularmente se emplea la palabra ecología como sinónimo de medio ambiente. Si bien la mala utilización del vocablo trajo aparejado un efecto provechoso al situar dentro del conjunto biológico al hombre, en lugar de apartarlo, es necesario que precisar este concepto. La ecología forma parte de la biología. Deriva del vocablo griego oikos que significa casa o lugar donde se vive y logos, que significa estudio. Es una ciencia joven, que aparece como tal, recién a fines del siglo XIX y ha tenido un gran desarrollo durante los últimos años del siglo XX. El término fue propuesto por un naturista alemán llamado Ernest Haeckel, en 1869, y lo utilizó para designar el estudio de las relaciones de un organismo con el medio.

Podemos definir entonces a la ecología como la ciencia que estudia las relaciones de los organismos con el medio en que viven, ya sea físico o biológico. Es decir, la ecología es la rama de la biología que investiga la biosfera.

La ecología ha introducido al derecho ambiental gran cantidad de conceptos surgidos en su seno. Podemos mencionar como ejemplo el concepto de nicho ecológico. Éste es la forma en como una población se relaciona con el resto de la comunidad y con el medio. Por lo tanto el nicho ecológico de una población no es sinónimo de hábitat, sino que lo incluye. Otro ejemplo es el concepto de biotopo por el cual se denomina al soporte inorgánico o abiótico de una especie comprendiendo el sustrato (suelo, aire, agua) y los factores físico - químicos, como la temperatura y la luz.

La relación entre la comunidad y su biotopo es tan estrecha que resulta imposible estudiarlos por separado. Por este motivo, los científicos decidieron definir unidades de estudio. Estas unidades se denominan ecosistemas. Éstos incluyen los componentes bióticos, abióticos y las relaciones que entre ellos se establecen. No se puede conocer un ecosistema si se estudian solamente sus poblaciones.

Es necesario analizar los cambios de los factores abióticos y las consecuencias que éstos producen sobre los seres vivos. Son de igual importancia los efectos que los distintos organismos vivos provocan en el medio.

La destrucción de los ecosistemas o medios naturales arrastra la desaparición de las especies que de ellos dependen. Por este motivo, es que debe actuarse con extrema prudencia al momento de la construcción de las denominadas barreras artificiales tales como canales, autopistas, represas, vías férreas, etc.

Otro concepto de importancia es el de los llamados procesos ecológicos. Éstos comprenden todos los procesos físicos y químicos como las actividades biológicas de los animales y las plantas que tienen influencia sobre el estado de los ecosistemas, contribuyendo al mantenimiento de su integridad, de su diversidad y de su potencial evolutivo. Son importantes elementos del medio ambiente tan importantes como el resto, pues una alteración de éstos puede traer como consecuencia la total desestabilización de los ecosistemas.

Hay distintas actividades humanas que amenazan a los procesos ecológicos, como ser la introducción de especies exóticas (peces, castores etcétera) que causan la desaparición de numerosas especies del lugar, la destrucción de especies claves, que son los predadores en la cima de la pirámide alimentaria, la utilización de productos tóxicos cuyos efectos pueden sentirse en gran escala, la destrucción de la capa vegetal que se encuentra en la superficie terrestre, afectando la fertilidad y naturaleza de los suelos, la diversidad biológica y el ciclo hidrológico.

Se debe tener en cuenta cuando estas actividades puedan llegar a generar efectos irreparables e irreversibles en el proceso ecológico. Es en estos casos, cuando se debe actuar con suma prudencia y hallar una expresión en el Derecho.

Es muy importante tener en cuenta que las víctimas de las actividades humanas serán las generaciones del mañana a las cuales les debemos la misma calidad, y si es posible mejor, del patrimonio ambiental.

Lo que nos lleva a hablar del patrimonio ambiental. Éste se encuentra integrado por el patrimonio biológico, el patrimonio cultural, el patrimonio arquitectural el patrimonio rural y el patrimonio que integran los llamados parques nacionales. La sociedad tiene el deber de preservar todo lo comprendido dentro del patrimonio ambiental.

En este punto debemos tener en cuenta el concepto de resiliencia. De esta manera se denomina a la capacidad de los sistemas ecológicos de absorber las perturbaciones sin sufrir cualitativas transformaciones. Este concepto es importante, pues debido a la nimia, casi inexistente evaluación de esta resiliencia se llegó al actual estado de contaminación, sobre la base de la, en apariencia, perpetua e inagotable capacidad de la Tierra para procesar los desechos. Capacidad que, en la realidad, dista mucho de ser tal.

Existe una fórmula que se ha convertido en un complemento necesario del medio ambiente. Esta fórmula es la calidad de vida. Esta expresa que el ambiente no es solamente la naturaleza sino también el hombre en sus relaciones de trabajo, sociales y de descanso. Refiere a la búsqueda de una calidad más allá de la cuantía, que es el nivel de vida.

Este concepto apareció como un objetivo fundamental desde las primeras reuniones internacionales, en las cuales se discutían temas como la protección del ambiente y la conservación de los recursos naturales.

La calidad de vida intenta funcionar como una variable de las condiciones mínimas que debe tener el medio físico, relacionado con los recursos naturales, encerrando también sensaciones estéticas y psicológicas, estados de ánimo en función de la belleza del paisaje y la tranquilidad del entorno.

Para que esto sea posible, y se cumplan con estas condiciones mínimas que integran la calidad de vida, es necesario el previo cumplimiento por parte del Estado de sus funciones esenciales que hacen a la provisión de las necesidades básicas respecto de la salud, alimentación, vivienda y educación. El Estado se ve en la obligación de proveer a todos los sujetos estas condiciones mínimas, sobre todo a aquellos que no pueden suministrárselas por sí.

Se denomina paisaje al avance del hombre sobre la naturaleza, formando un conjunto de elementos naturales y seminaturales, de diversidad de plantaciones, de árboles, de cultivos, de edificios y otras construcciones (monumentos, caminos, puentes, etcétera), que es el resultado de la ocupación del hombre en un determinado territorio durante centenares de años.

En el paisaje se debe preservar la armonía entre los diferentes elementos que lo componen.

Un concepto muy importante es el desarrollo sustentable. Éste surgió en el informe Nuestro Futuro Común, elaborado en el ámbito de las Naciones Unidas y publicado en 1987. En este informe se formuló la propuesta para un desarrollo sustentable, al cual definía como "el desarrollo que satisface las necesidades de la generación del presente sin comprometer las posibilidades de las futuras generaciones pasa satisfacer las suyas"

Podemos decir que el desarrollo sustentable es la conexión o vínculo entre el desarrollo y el medio ambiente, cuya finalidad es la búsqueda de una nueva modalidad de desarrollo, basándose en la sana utilización de los recursos naturales, para la satisfacción de las necesidades actuales y futuras de la sociedad.

Se entiende que existe la responsabilidad de preservar, para que las generaciones futuras vivan en un medio ambiente que le permita llevar un nivel de vida digno.

Por otro lado, toda actividad humana, sea colectiva o individual, que ataque a los elementos integrantes del patrimonio ambiental es considerada un daño social. Esto es así, porque afecta a los denominados "intereses difusos", que pertenecen a la comunidad, cuya finalidad es la protección de un interés general, o sea, es indeterminado en cuanto a su individualidad.

El daño ocasionado de esa manera es denominado daño ambiental.

Este concepto se relaciona con el de impacto ambiental, que constituye un proceso por el cual una actividad pública que podría llegar a ocasionar efectos significativos para el medio ambiente, es sometida a una evaluación cuyos resultados serán tenidos en cuenta por la autoridad competente para brindar o no su aprobación.

Definiremos a la Bioética como una disciplina que combina dos conocimientos: el de los sistemas de valores humanos y el biológico. Esta disciplina ofrece una particularidad: un constante diálogo interdisciplinario que presenta un ámbito en el cual coinciden problemas jurídicos, sociales, filosóficos, psicológicos, éticos y otros, facilitando así la posibilidad de realizar una reflexión critica sobre diferentes cuestiones.

El concepto de salud que utilizaremos es aquel que brinda la Organización Mundial de la Salud (OMS): "la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedad o debilidad."

Por último, haremos referencia al Derecho Ambiental, que constituye una nueva rama de la ciencia jurídica, cuyo origen podemos situar en la Conferencia de la Naciones Unidas sobre el Hábitat Humano, celebrada en Estocolmo en junio 1972.

Esta rama posee un objeto propio: condicionar la conducta humana respecto del disfrute, mejoramiento y preservación del medio ambiente y una serie de caracteres que la diferencian del resto de las distintas ramas del conjunto del Derecho.

Algunos de los caracteres del Derecho Ambiental son:

Carácter interdisciplinario: El Derecho Ambiental requiere de la colaboración y asistencia de otras ciencias, las cuales se dedican al estudio de los aspectos biológicos, físicos y químicos del medio ambiente. A partir de sus evaluaciones proponen al legislador distintas soluciones que éste debe traducir al lenguaje jurídico, para poder establecer las medidas de protección necesarias.

Carácter supranacional: La flora, la fauna, el aire, los ríos y mares no conocen frontera alguna. Las poluciones pasan de un medio a otro y no pueden ser combatidas ni controladas sin la cooperación de los otros Estados.

Especificidad finalista: El objeto del Derecho Ambiental es la supresión o exclusión del impacto de las actividades humanas sobre los elementos que conforman el medio ambiente.

Primacía de los intereses colectivos: El Derecho Ambiental es mayoritariamente público, si bien está integrado por normas de Derecho Público, de orden público y normas de Derecho Privado. La tutela del ambiente tiene como objetivo mejorar la calidad de vida y conseguir un desarrollo sostenible como legado para las generaciones del mañana.

Enfasis preventivo: Si bien el Derecho Ambiental se apoya en un dispositivo sancionador, sus objetivos son principalmente preventivos. Se intenta evitar una conducta por la vía de la amenaza. Pero en el ámbito del Derecho Ambiental es más importante la ausencia de producción del daño, pues éste será muy probablemente irreversible y sus consecuencias nocivas no podrán ser subsanadas o compensadas con, por ejemplo, una reparación económica.

Estamos ahora, luego de conocer los distintos caracteres del Derecho Ambiental, en condiciones de dar una definición de éste.

El Derecho Ambiental es la zona del ordenamiento jurídico que regula a aquellas conductas humanas que podrán llegar a tener injerencia sobre los procesos que se establecen entre el medio ambiente y el sistema humano, afectando sustancialmente la calidad de vida de los individuos.

Reseña Histórica.
Mucho antes que el hombre llegara al planeta, la naturaleza vivía en un delicado equilibrio con el conocimiento. Podemos imaginar esta relación donde la naturaleza busca llegar al origen por medio del conocimiento.

La naturaleza, desde tiempos remotos ha sido el máximo guardián y el corrector del uso del conocimiento permitiendo que las especies accedan a él cuando ésta considera que tiene la capacidad para manejarlo.

Desde la llegada del hombre, esta relación se ha roto, interponiendose su presencia al de la naturaleza. Por lo tanto, la naturaleza tiene que reaccionar ante la rotura del hombre, produciendo así los terremotos, inundaciones y otros desastres naturales que el hombre provoca.

Es por ello que el clima cambia tan radicalmente, existen sequías, inundaciones, deslaves, erupciones volcánicas que nos recuerdan que el final del mundo será puramente humano, seremos los verdugos y dictaremos nuestra propia sentencia que será nuestra destrucción, semejante a una práctica de suicidio.

Por lo tanto, podríamos decir que los problemas ecológicos o ambientales deben haber existido, en distintos niveles, desde el primer momento en que el hombre utilizó a la naturaleza para su supervivencia.

El motivo originario del proceso del daño medioambiental al cual nos estamos enfrentando deberíamos buscarlo en la denominada Revolución Industrial, a mediados del siglo XVIII. El escenario principal de la misma fue Inglaterra.

La historia de las naciones dio un vuelco a extraordinario partir de los cambios introducidos por la Revolución Industrial. Una de las consecuencias de la misma fue un proceso que pasó desapercibido hasta hace unas décadas, el masivo consumo de recursos naturales.

La necesidad de utilizar combustibles fósiles para que funcionen las calderas de aquel momento dio nacimiento a la contaminación que hoy sufrimos.

El proceso de consumo masivo de recursos naturales no fue un tema que haya suscitado debates en las sociedades. Esto fue así porque los efectos de la devastación, la utilización indiscriminada de la naturaleza y los resultados perjudiciales de la descontrolada utilización de los mismos pasaron inadvertidos hasta hace unas pocas décadas.

Pero la situación ha cambiado. La sociedad mundial ha comenzado a tomar conciencia de la situación medioambiental. Podemos sustentar esta afirmación en la cantidad de reuniones mundiales y conferencias en diferentes lugares de la Tierra para lograr un acuerdo entre las Naciones para evitar la degradación de nuestro hogar. En el año 1948, en Francia (Fontainebleau), tuvo lugar el Congreso Constitutivo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, convocado por el gobierno francés junto con la UNESCO; la consigna fue "salvaguardar el conjunto del mundo vivo y el medio ambiente natural del hombre"; ya entonces se hacía imperioso conservar la naturaleza, que se veía amenazada día a día por una mayor industrialización de los países.

La alarma se produce en la década del 1960 por la creciente acumulación de desechos emanados de la actividad industrial. La contaminación del aire y de las aguas comenzaban a hacer estragos en la salud de la población, los ríos y los lagos se quedaban sin vida y los cultivos no podían ser comercializados.

La Asamblea General de las Naciones Unidas, en 1968, convocan a una conferencia mundial sobre medio ambiente. Respondiendo a esta Asamblea, en 1971, se reúne un grupo de expertos en Suiza, y el resultado de ésta fue un informe en el que se manifestaba que en los países del Tercer Mundo se estaba deteriorando la vida misma debido a la denominada "contaminación de la pobreza" definiendo a ésta como deficiencias en el abastecimiento del agua, falta de higiene, desnutrición, viviendas en condiciones insalubres, enfermedades y catástrofes naturales, entre otras.

Fue en 1972, cuando la conferencia de las Naciones Unidas se realizó en Estocolmo, el resultado de la misma fue la creación del "Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente". Sus conclusiones confirmaban lo que surgió del informe de 1971 y además sostenía que era posible planificar el desarrollo de los países y que no se provoquen daños irreversibles al medio ambiente.

La Conferencia de Estocolmo, recibió como aporte un informe realizado por el Club de Roma. Éste presentaba un panorama pesimista, lleno de predicciones catastróficas para la humanidad.

El informe de la Fundación Bariloche se publicó poco después de la Conferencia de Estocolmo, presentando el modelo Latinoamericano, y frente a la situación ambiental del momento proponía soluciones para lograr condiciones de vida básicas y un medio ambiente más adecuado.

En 1987, se elabora el Informe de la Comisión Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo o Comisión Brundtland. Se lo llamó Nuestro futuro común y fue aprobado por las Naciones Unidas un año más tarde; su aporte más importante fue la discusión a escala mundial sobre el "Desarrollo Sustentable".

Por último, en junio de 1992, se reunió en Río de Janeiro, Brasil, con el auspicio de la Comisión de Salud y Medio Ambiente de la OMS, la Conferencia de Medio Ambiente y Desarrollo, también llamada Cumbre de la Tierra. Este informe centra la discusión sobre la salud y le medio ambiente. La salud y el desarrollo están tan íntimamente ligados que el estado de salud de un país es uno de los indicadores más importantes de su desarrollo.

Finalizada la Conferencia se adoptaron tres instrumentos no vinculantes: la Declaración de Río sobre medio ambiente y desarrollo, una afirmación de Principios sobre bosques y la llamada Agenda 21, que es un frondoso plan de acción. Ésta recomienda la creación de una Comisión para el desarrollo sustentable y otros mecanismos de coordinación en la ONU. También dos tratados negociados con anterioridad fueron abiertos a la firma: la Convención sobre Diversidad Biológica y el Convenio Marco sobre el Cambio Climático

Pero el resultado de la Cumbre de la Tierra no cumplió con las expectativas de los expertos para el saneamiento del medio ambiente.

Actualmente nos encontramos en un período que se caracteriza por ser de integración, es decir, que las preocupaciones ambientales se deberían integrar como tema de Derecho y políticas internacionales a todas las actividades humanas.

Ecoética.
Es indudable que el desarrollo de las ciencias debe hacerse con conciencia, si se quiere preservar la presencia del ser humano en el mundo, a la vez que preservar el mundo de los riesgos inminentes de destrucción ocasionados por la misma especie humana en la búsqueda -un tanto insaciable- de su autonomía.

La problemática hace necesario que las relaciones del hombre con el ambiente sean pensadas desde una óptica no solo ecológica, sino también bioética ya que es ésta quien indaga la eticidad de las relaciones entre la especie humana, su comportamiento interno y su relación con el ecosistema. La Bioética puede reflexionar mas allá de la misma ecología investigando cuestiones aún más difíciles como la determinación del lugar del hombre dentro del cosmo y la conducta que en consecuencia puede asumir considerando su libertad y su capacidad racional para conducirse en medio del alto poder tecnológico obtenido en los últimos años; es decir ella tiende a determinar la eticidad de las relaciones del hombre con la naturaleza, propiciando la reflexión acerca de dicha relación, la implementación de mecanismos que tiendan a la preservación del ecosistema así como también la legitimidad ética de estos mecanismos.

En tanto saber interdisciplinario y hermenéutico, la Bioética se esfuerza en la construcción de un éthos vital, vale decir un medio ambiente propicio para que la vida se desarrolle; para asumir responsablemente el conocimiento y cuidado de todas las formas de vida que pueblan la Tierra. Y para que esto sea así necesitamos implicarnos en una ecoética, como punto de partida, que favorezca cuanto deseamos de bienestar para el ser humano y para su hábitat, a sabiendas de que la dignidad que el ser humano alega para sí como "fin en sí mismo", implica el respeto por todos los seres de la naturaleza.

La Ecoética o Ética ambiental promueve una revisión de nuestro sistema de valores basada en el Biocentrismo y en la Ecodependencia, es decir, en el reconocimiento del valor inherente de toda forma de vida y en la consideración del ser humano como una parte más del complejo sistema de interacciones que es la Biosfera. Esto implica cambios profundos en nuestros:

sistemas de valores

estilos de vida

criterios y prácticas morales

La Ecoética, afecta al ámbito personal, social e individual, tanto en las necesidades, intereses, y preferencias como en los deseos con respecto al medio ambiente.

Problemas ambientales.
Lamentablemente los problemas ambientales son muchos y afectan a la humanidad entera alrededor del mundo, sin distinción de clases, raza, género, o religión.

Estos problemas afectan y preocupan tanto a los países ricos o desarrollados como a los pobres o subdesarrollados.

Haremos una somera mención de los problemas de mayor gravedad, los cuales deberán ser afrontados por la humanidad toda:

La acumulación de residuos: Al crecer la población, crece la oferta de bienes y productos y crece el consumo. La consecuencia lógica de este crecimiento, es el aumento de residuos, que se acumulan. La transformación de los residuos es muy lenta, sobre todo si se tiene en cuenta que elementos como el plástico y el telgopor no son biodegradables.

Ante la creciente acumulación de residuos el hombre empezó a buscar distintas maneras de deshacerse de ellos. Una de ellas fue la quema de residuos, pero esta técnica trae aparejada la emanación de gases tóxicos y deja residuos muy contaminantes. Actualmente se utiliza una técnica menos dañosa denominada relleno sanitario, por la cual se rellenan distintos terrenos, afectando en menor medida tanto a la tierra como al agua superficial y subterránea.

Los residuos más amenazadores son los nucleares, por la magnitud de sus efectos y por la larga duración de los mismos.

Algunas de las medidas que se pueden tomar para atemperar el problema de la acumulación de residuos son, por ejemplo, reciclar aquellos que puedan ser reciclados (como las latas de aluminio), o reglamentar, limitar y hasta prohibir la generación y circulación de determinados residuos (como los nucleares).

El cambio climático: Este cambio es global, afecta a toda la Tierra. Se produce por el efecto invernadero, que es causado por la acumulación de gases denominados termoactivos en las capas exteriores de la atmósfera. Los gases que componen la atmósfera retienen el calor que escapa de la superficie terrestre como lo hacen los cristales de un invernadero. El problema es la creciente acumulación de estos gases, consecuencia de la quema de combustibles fósiles y la creciente desaparición de los denominados "sumideros" (bosques y selvas), los cuales absorben los gases. Las consecuencias de este calentamiento global pueden observarse en las inundaciones, tempestades y sequías, que son cada vez más extremas y la futura licuación de los hielos y glaciares polares que aumentarán el nivel del agua, sumergiendo lentamente las áreas más bajas del mundo. Algunas medidas que debieran tomarse para evitar el creciente cambio climático son:

La diminución de las emisiones de dióxido de carbono.

La búsqueda de fuentes energéticas más limpias.

Preservar la vegetación existente y plantar más cantidad de árboles.

La disminución de la capa de ozono: La capa de ozono se encuentra en la estratosfera y se encarga de absorber la mayor parte de la radiación ultravioleta procedente del sol; si estos rayos llegaran en mayor cantidad a la superficie de la Tierra, los seres vivos veríanse seriamente afectados, pues debilita el sistema inmunológico, origina graves quemaduras y además aumentaría el riesgo de padecer cáncer de piel.

La causa de la disminución de la capa de ozono es la emisión del gas freón o clorofluorcarburo (CFC). Éstos se utilizan como refrigerantes en acondicionadores de aire, heladeras, así como impulsores en envases que expelen aerosoles. Si bien es inofensivo para el usuario, es altamente dañoso para la atmósfera, ya que contribuye activamente al calentamiento global y el cloro que se libera en su descomposición destruye la capa do ozono, que como señalamos antes, retiene la mayor parte de los rayos ultravioletas que provienen del sol.

La extinción de especies vivas: El hombre va destruyendo aceleradamente distintos ecosistemas naturales para instalar industrias, urbanizar, expandir las comunicaciones, explotar yacimientos mineros o implantar cultivos homogéneos. De esta forma desaparecieron extensos bosques en Asia, Europa y América. Actualmente se están destruyendo las selvas para aprovechamiento de las maderas y para extensión de la frontera agrícola, de esta forma se disminuye la evaporación de agua y la infiltración de ésta afecta al ciclo hidrológico, además de una manifiesta disminución de la diversidad biológica del planeta. Algunas de las soluciones que se plantean para este problema son la reserva de ecosistemas completos, una regulación del desarrollo y aprovechamiento de modo que puedan generar beneficios económicos con el menor costo ecológico posible.

La contaminación: Podemos decir que la contaminación es la degradación de la atmósfera, el suelo, el agua, rebasando los límites de impureza aceptados científicamente. Es la como alteración del orden cotidiano al que se ve sometido determinado ecosistema o región por factores extraordinarios. Hay problemas que surgen exclusivamente del obrar humano. Dentro de éstos se pueden incluir los cambios climáticos, la depredación de la fauna, la alteración de la biodiversidad, deforestación, lluvias ácidas, entre otras. La contaminación afecta a todos los componentes de un ecosistema.

Deforestación: Los bosques originan importantes acciones ecológicas: protegen los suelos de la erosión, contribuyen a moderar el clima y las inundaciones, representan el hábitat para millones de especies animales y vegetales y proveen maderas y alimentos. La deforestación se origina por la tala indiscriminada, el avance de la frontera agropecuaria y los incendios. Esto trae como consecuencia una reducción de la fijación del anhídrido carbónico del aire por las plantas, la pérdida de especies animales y vegetales y la desertificación. Los datos más recientes sobre el tema indican que en el año 1935 la superficie total de bosques y montes naturales en la Argentina era de 1.072.600 km² mientras que hoy, en el 2004, sólo hay 331.904 km² [2]. Es necesario tener en cuenta que los bosques nativos son propietarios de una biodiversidad vegetal y animal valiosísima en términos genéticos, económicos y ambientales.

Contaminación del medio acuático: Los recursos hídricos se han ido alterando, con pérdida de sus elementos constitutivos. Algunas de las causas son: las descargas de aguas residuales de los centros de población; aguas residuales provenientes de la industria; aguas residuales provenientes de los campos agrícolas y la descarga de hidrocarburos provenientes de buques y embarcaciones. Los residuos calientes procedentes de las plantas industriales y nucleares aumenten la temperatura de los ríos y lagos. A esto se lo denomina polución térmica. Un ligero aumento en la temperatura del agua provoca un descenso pequeño, pero significativo, en la concentración del oxígeno disuelto. Como resultado, el agua ya no puede mantener la vida marina como normalmente lo hacía. Es importante tener en cuenta que el agua es uno de los elementos constitutivos que más se repiten en la naturaleza, lo que la convierte en un factor indispensable en todos los procesos biológicos. Por esto un desequilibrio hídrico puede afectar a un ecosistema en forma muy variada.

Contaminación de los alimentos: los alimentos constituyen una de las fuentes más importantes de contaminación biológica, química o física para el ser humano durante cualquier a de las etapas de producción, manejo, transporte, procesamiento, almacenamiento o consumo. Las enfermedades también se producen por la ingesta de estos alimentos. No hay que dejar de lado que los colorantes y aditivos contienen metales pesados o sustancias que no son asimilables por el organismo. Éstas constituyen una forma de contaminación muy seria cuyos efectos se evidencian a largo plazo.

Para poder combatir los problemas ambientales no sólo serán necesarias algunas de las distintas medidas o regulaciones antes señaladas. Lo más importante para lograr afrontar las agresiones ambientales será provocar un cambio de conciencia en la humanidad, desde el hogar, la escuela, las organizaciones sociales, religiosas, y los medios masivos de comunicación.

Agentes contaminantes y su estrecha relación con algunas patologías.
Nuestro medio ambiente tiene características cada vez más complejas, tanto en los aspectos biológicos como en los de tipo sociológico. Los grandes cambios de la tecnología y la estructura social de los últimos decenios no sólo han significado una posibilidad de mejorar la calidad de vida de la población, sino que también han contribuido a contaminar nuestro hábitat. Además, con el aumento de la capacidad de movilidad de las personas y de los bienes de consumo, crece la posibilidad de estar involuntariamente expuestos a sustancias o situaciones ambientales potencialmente dañinas para la salud.

Está claro que las condiciones ambientales tienen una incidencia muy importante en la salud de las personas. Mientras en algunas enfermedades las conexiones causales están claras, en otras la evidencia científica solo puede identificar asociaciones y probablemente colaboradores. Dos tipos de causas que son muy relevantes son los agentes biológicos y químicos en el medio ambiente.

Los factores biológicos conducen a las enfermedades infecciosas. Aunque se ha visto que muchas de estas enfermedades son difíciles de erradicar, se sabe suficiente sobre ellas como para identificar las acciones que reducirán drásticamente su incidencia. Los peligros químicos en el medio ambiente pueden causar efectos inmediatos y dañinos sobre la salud y pueden también contribuir a los problemas crónicos o de largo plazo. En contraste con las enfermedades infecciosas, el conocimiento de cómo influyen sobre la salud las exposiciones químicas, sigue siendo incompleto.

Consideremos los siguientes puntos:

El cólera, durante largo tiempo erradicado de América Latina, resurgió debido a una combinación de factores ambientales y sociales, cobrándose unas 11.000 vidas en 1991 y causando una impacto económico que se calculó en 200 millones de dólares solamente en Perú.

En los países en desarrollo, se pueden producir entre 3,5 y 5 millones de envenenamientos agudos por plaguicidas al año, debido a la falta de protección durante su aplicación, a los que habría que añadir algunos millones más de personas expuestas a niveles menores pero todavía peligrosos.

En los países más ricos, las amenazas del medio ambiente para la salud proceden generalmente de la contaminación industrial (como la contaminación atmosférica o los residuos tóxicos), juntamente con las amenazas biológicas, tales como las enfermedades transmitidas por los alimentos.

Cada año mueren aproximadamente cuatro millones de niños a causa de infecciones respiratorias agudas, relacionadas con la contaminación atmosférica en locales cerrados (especialmente combustibles para cocinar que producen humo) y la contaminación atmosférica exterior (especialmente de la industria).

Sólo la malaria, una enfermedad transmitida por un mosquito y vinculada a la situación ambiental, se cobra de 1 a 3 millones de vidas al año, la mayoría niños.

Otros 2.500.000 niños mueren cada año de enfermedades diarreicas, relacionadas con la situación ambiental.

Más de 100 millones de personas en Europa y Norteamérica están expuestas a una atmósfera insalubre y algunos contaminantes atmosféricos se han mostrado más recalcitrantes al control de lo que se esperaba.

El asma está creciendo de forma dramática en los países desarrollados, y factores ambientales como la contaminación atmosférica, los alérgenos de las casas y el hacinamiento parecen en parte culpables.

El uso excesivo de fertilizantes está perturbando los ecosistemas costeros, produciendo peligrosos florecimientos de algas y matanzas de peces.

La expansión de los viajes y el comercio proporciona nuevas oportunidades para la propagación o la reaparición de las enfermedades infecciosas en el mundo. En las dos últimas décadas, han aparecido unas 30 enfermedades infecciosas "nuevas", como la enfermedad de Lyme, y fiebres hemorrágicas raras como el Ébola, mientras otras enfermedades controladas con anterioridad, han resurgido.

Muchos biólogos moleculares han señalado las correlaciones de la contaminación ambiental con efectos hereditarios y sus consecuencias.

Como consecuencia de un crecimiento habitacional no armónico, es inminente la proliferación de “zoonosis urbanas”, expresión con la que se designan las enfermedades que se transmiten naturalmente de los animales al hombre y cuyo ciclo se ha establecido en las áreas urbanas y suburbanas.

El concepto de "enfermedades ambientales", surge como una forma de diferenciarlas de las enfermedades causadas por factores genéticos. Esta definición puede ser tan amplia como para incluir no sólo a aquellas enfermedades causadas por agentes químicos o físicos, sino que también a las originadas por agentes biológicos, psicológicos o de seguridad presentes en el medio ambiente. Señalaremos a continuación algunas de ellas.

Enfermedades de la inmunodeficiencia:

El sistema inmune batalla contra microorganismos, virus y venenos que atacan el cuerpo. El sistema consta de glóbulos blancos y otras células guerreras. Cuando una partícula extraña entra al cuerpo, estas células rodean y destruyen al "enemigo". Algunas sustancias químicas y fármacos pueden debilitar el sistema inmune al dañar estas células especializadas. Cuando eso ocurre, el cuerpo queda más vulnerable aún a las enfermedades e infecciones.

Dermatitis:

Dermatitis es el nombre médico para la piel inflamada e irritada. Suele manifestarse a través de sarpullido que pica y supura. Algunas de las sustancias químicas que se encuentran en pinturas, tintes, cosméticos y detergentes también pueden causar urticarias y ampollas. El viento y el sol dejan la piel paspada y seca.; las telas, los alimentos y ciertos medicamentos también pueden causar reacciones inusuales en algunas personas.

Bocio:

A veces las personas no absorben suficiente yodo de los alimentos que ingieren. Esto causa a una pequeña glándula, llamada la glándula tiroidea o la tiroides, un aumento de tamaño. Esta enfermedad se denomina bocio. Ya que la tiroides controla funciones tan fundamentales como el crecimiento y la energía, el bocio puede producir una amplia gama de efectos. Algunos enfermos del bocio podrían sentirse más nerviosos e inquietos que de costumbre. Otros tienden a sentirse aletargados y apáticos.

Enfermedades cardíacas:

Más de uno en cuatro estadounidenses, por ejemplo, sufre de enfermedades cardíacas y vasculares. Estas enfermedades causan casi la mitad de todas las muertes en Estados Unidos. Aunque en parte, éstas podrían ser el resultado de malas costumbres alimenticias y/o falta de ejercicio, las sustancias químicas en el ambiente también desempeñan un papel. Aunque el hígado convierte la mayoría de las sustancias químicas que entran al cuerpo en sustancias inocuas, algunas se convierten en partículas que se llaman radicales libres, las cuales pueden reaccionar con las proteínas en la sangre para formar depósitos grasos llamados placas; estas placas, a su vez, ocluyen los vasos sanguíneos. Esa oclusión puede bloquear el flujo de sangre y causar un ataque al corazón o infarto.

Enfermedades renales:

Alrededor de 3.5 millones de personas solo en Estados Unidos sufren de enfermedades de los riñones. Éstas pueden incluir desde infecciones sencillas hasta un paro total de la función renal. Las personas con insuficiencia renal no pueden eliminar los tóxicos y desechos del cuerpo, dependen de costosas máquinas filtradoras de sangre para mantenerse vivas. Algunas sustancias químicas en el ambiente pueden provocar daños a los riñones. Ciertos fármacos no recetados, cuando se toman con demasiada frecuencia, también pueden dañar los riñones.

Envenenamiento por plomo:

El polvo, el agua y los gases contaminados con plomo sirven para introducir el plomo al cuerpo. Este metal puede dañar el cerebro, los riñones, el hígado y otros órganos. El grave envenenamiento por plomo produce dolores de cabeza, calambres, convulsiones y a veces, la muerte. Incluso en pequeñas cantidades, puede causar problemas de aprendizaje y cambios repentinos en el comportamiento. El envenenamiento crónico por plomo se denomina SATURNISMO. Su sintomatología se puede dividir en seis grupos: gastrointestinales, neuromusculares, hematológicos, del sistema nervioso central, renales y otros. Los peligros de exposición al plomo son pigmentos, pinturas, gases de automóviles, vidrio cerámicas, cañerías de agua, fundiciones, producción de baterías, etc. Las vías de absorción son tanto el tracto gastrointestinal, como el aparato respiratorio

Envenenamiento por mercurio:

El mercurio es un metal plateado, extremadamente venenoso. Cantidades muy pequeñas pueden dañar a los riñones, el hígado y el cerebro. Hace años, quienes trabajaban en las fábricas de sombreros quedaban envenenados por inhalar los gases de mercurio que se usaban para darle forma a los sombreros. Hoy en día, el envenenamiento por mercurio, generalmente resulta de comer pescado contaminado u otros alimentos que contienen pequeñas cantidades de compuestos de mercurio. El cuerpo no se puede deshacer del mercurio, por lo tanto, éste se va acumulando paulatinamente en los tejidos. Con el tiempo, si no se trata, el envenenamiento por mercurio; y en función de la cantidad acumulada, puede causar dolor, entumecimiento, músculos débiles, pérdida de la vista, parálisis y aún la muerte.

Trastornos del sistema nervioso:

El sistema nervioso, que incluye el cerebro, la médula espinal y los nervios, controla nuestros pensamientos, sentimientos, movimientos y comportamiento. Este sistema consta de miles de millones de células nerviosas. Éstas llevan mensajes e instrucciones del cerebro y la médula espinal a otras partes del cuerpo. Cuando dichas células quedan dañadas por sustancias químicas tóxicas o por lesión o enfermedad, este sistema de información falla. Esto puede resultar en trastornos que incluyen desde cambios de humor y pérdida de memoria hasta ceguera, parálisis y muerte.

Neumoconiosis:

Algunas partículas transportadas por el aire pueden ser muy peligrosas. Estas incluyen fibras de asbesto, algodón y cáñamo y polvos de compuestos como sílice, grafito, carbón, hierro y arcilla. Estas partículas pueden dañar los tejidos pulmonares susceptibles, haciendo que tejidos sanos se conviertan en tejidos cicatriciales. Esta condición se llama neumoconiosis. Los dolores torácicos y la falta de aliento muchas veces se convierten en bronquitis, enfisema, fibrosis pulmonar y/o una muerte temprana.

Fiebre de Queensland:

Quienes trabajan con cueros y productos de animales se pueden enfermar por inhalar el polvo infectado que los rodea. La enfermedad se llama la fiebre de Queensland porque fue descubierta e identificada entre los ganaderos y productores de leche de Queensland, Australia. Esta fiebre es provocada por un microorganismo que infecta el ganado y luego se disemina en la leche y en las heces. Los síntomas para el hombre, incluyen fiebre, escalofríos y dolores musculares.

Envenenamiento por "Yusho":

En 1968, más de mil personas en el oeste del Japón, se enfermaron gravemente. Padecían de fatiga, dolor de cabeza, tos, entumecimiento de brazos y piernas y llagas inusuales en la piel. Mujeres embarazadas luego dieron a luz a bebés con anomalías congénitas. Estas personas habían comido alimentos cocinados en un aceite de arroz contaminado. Parece que durante el proceso de elaboración unas sustancias químicas tóxicas llamadas bifenilos policlorados o PCB entraron accidentalmente al aceite. Los peritos en salud ahora llaman esta enfermedad envenenamiento por "yusho", que en japonés significa "la enfermedad del aceite".

Cáncer:

El cáncer se está convirtiendo en una de las principales causas de muerte en el mundo, tanto en países desarrollados como en desarrollo. Causa mas del 10% de las muertes y se espera una duplicación del número de casos para el año 2010. Esta situación se debe en parte a la exposición creciente a carcinógenos, principalmente humo de tabaco y carcinógenos ocupacionales y ambientales. La ocurrencia de cáncer como consecuencia de exposiciones ocupacionales fue reconocida después de la comunicación de Percival Pott en 1775 sobre cáncer de piel en los deshollinadores. La primera asociación causal entre una neoplastía interna y la exposición ocupacional a un carcinógeno fue inferida del tipo de enfermedad que se presentaba en mineros de Checoslovaquia. La causalidad del polvo de carbón en el cáncer de pulmón fue descripta en el siglo XVI.

Actualmente se ha establecido que el 80% de los distintos tipos de cáncer, son producidos por agentes químicos, presentes en su mayoría en la contaminación ambiental que agobia sobre todo a las grandes ciudades y a las grandes faenas industriales.

- El proceso de carcinogenesis:

El cáncer no es una sola enfermedad, sino un grupo de más de 200 enfermedades distintas en las que se produce un crecimiento anormal de las células, hasta convertirse en masas de tejidos llamados tumores o neoplasias. Este es un proceso que toma períodos de tiempo entre la exposición a factores cancerígenos y el desarrollo de un tumor.

El proceso de carcinogénesis se inicia cuando los agentes externos producen alteraciones irreversibles en la información genética (mutaciones del ADN de las células), convirtiendo genes normales de una persona en los llamados oncogenes, capaces de inducir un cáncer (iniciación tumoral). Posteriormente, determinados factores medio-ambientales hacen que estas células, con información genética ya alterada, se desarrollen y multipliquen (promoción tumoral), y que gradualmente se establezca un cáncer y se disemine (metástasis) (progresión tumoral).

- Factores cancerígenos:

Los carcinógenos completos son sustancias u otros factores capaces de operar por sí mismos en todas las fases de la carcinogénesis (por ejemplo, el tabaco en el cáncer de laringe o de pulmón). Los llamados co-carcinógenos son factores incapaces por sí solos de generar cáncer, pero que sí pueden hacerlo en conjunción con otros factores (por ejemplo, el radón o el asbesto en conjunción con el tabaco en la génesis del cáncer de pulmón). También existen anticarcinógenos, que son sustancias que pueden inhibir la carcinogénesis.

Tras cincuenta años de estudios epidemiológicos, existe una larga serie de carcinógenos conocidos o sospechados, así como otros cuyo papel es mucho más discutido, como la radiación no ionizante o ciertos factores dietéticos.

Enfermedades profesionales: Existe un amplio abanico de enfermedades que se podrían considerar típicas de diversas profesiones. Estas son una causa muy importante de incapacidad laboral transitoria y permanente, suponiendo una grave alteración de la calidad de vida de las personas y un coste elevado para los sistemas de salud de todos los países del mundo, tratándose paradójicamente de un grupo de enfermedades que suele estar unido al desarrollo industrial de una región.

Una de estas enfermedades se conoce con el nombre de neumoconiosis (anteriormente mencionada) que se define como la acumulación de polvo en el tejido pulmonar que provoca en éste una reacción no neoplásica; se diferencia de la denominada enfermedad pulmonar profesional propiamente dicha en que en ésta no hay presencia de polvo en el interior del parénquima pulmonar y es secundaria a la inhalación de gases irritantes, humos, sustancias tóxicas y polvos que no se depositan. Este último concepto, mucho más amplio, concuerda mejor con el criterio actual sobre estas enfermedades. El 85 por ciento de las partículas se elimina durante la fase espiratoria de la respiración y sólo el 15 por ciento queda depositado en el interior del tejido pulmonar. La penetración y el depósito de partículas guarda relación, a su vez, con varios factores dependientes de la modalidad del depósito propiamente dicho (impactación, sedimentación, difusión e interceptación), de la partícula en sí, del patrón ventilatorio, de las relaciones ventilación/perfusión, de las propiedades ambientales (humedad, temperatura), de la actividad laboral, de las características de la exposición, de la contaminación atmosférica (urbana o industrial) y de las enfermedades pulmonares preexistentes. Según el tipo de partícula inhalada, las principales enfermedades pulmonares profesionales más frecuentes se clasifican del siguiente modo:

Por inhalación de polvos inorgánicos (minerales): silicosis, neumoconiosis del minero del carbón y enfermedades relacionadas con la exposición al asbesto (amianto)

Por inhalación de gases irritantes, humos y sustancias tóxicas en general

Asma profesional

Por inhalación de polvos orgánicos

- Silicosis:

Es una neumoconiosis caracterizada por la fibrosis pulmonar difusa secundaria a la inhalación repetida de polvo que contiene sílice en forma cristalina. Hasta hace pocos años, era una enfermedad frecuente debido a la gran cantidad de fuentes de exposición; hoy en día, su prevalencia ha disminuido. La silicosis aparece cuando se respiran polvos que contienen sílice libre (SiO2), como el cuarzo, la arena y el granito (60 por ciento de SiO2). En España destacan las actividades laborales relacionadas con la minería en general y, en particular, con la de carbón, plomo, mercurio y tungsteno, los trabajos en canteras y la construcción en obras públicas - muy desarrolladas durante el período 1950-1970 - y los trabajos relacionados con la industria siderometalúrgica y de la cerámica. Una de las exposiciones más nocivas es la que sufren los trabajadores que emplean el chorro de arena en las fundiciones para desincrustar las piezas metálicas o limpiar las piezas de fundición.

- Neumoconiosis del minero del carbón

Es secundaria al depósito de grandes cantidades de polvo de carbón en el interior del parénquima pulmonar, afecta exclusivamente a los individuos que trabajan en las minas de carbón. En España se desconoce su incidencia, ya que en la práctica no se establecen diferencias con la silicosis. Si los terrenos donde asientan las minas de carbón contienen sílice, esta neumoconiosis puede estar asociada a silicosis. Las minas que entrañan el riesgo de provocar esta neumoconiosis son las de antracita y hulla. Esta modalidad de enfermedad pulmonar profesional, que en su presentación más simple suele cursar de forma asintomática, presenta las mismas características patogénicas que la silicosis.

- Exposición al asbesto (amianto):

Se pueden agrupar de la siguiente forma: a) asbestosis pulmonar; b) lesiones pleurales (placas hialinas, fibrosis y derrames); c) atelectasia redonda; d) mesotelioma maligno difuso pleural, y e) carcinoma broncopulmonar. El término asbesto (amianto) incluye un conjunto de minerales fibrosos metamórficos (silicatos) caracterizados sobre todo por su indestructibilidad y elevado punto de fusión. La importancia epidemiológica actual del asbesto obedece a la multiplicidad de las fuentes de exposición derivada de sus numerosas aplicaciones. Existen dos tipos de exposición: la industrial o laboral y la no industrial. La primera puede ser propiamente ocupacional, por la manipulación directa del mineral, o paraocupacional, es decir, por contigüidad al ser manipulado por otros individuos en el mismo lugar de trabajo. La segunda puede ser, a su vez, doméstica, por inhalación de las fibras en la propia vivienda tras ser transportadas en la ropa o en el cabello desde el sitio de exposición por uno de sus miembros, urbana o industrial y por ingesta de diversos productos (líquidos o sólidos) que contengan el mineral.

- Asma profesional:

Son muy numerosas las profesiones relacionadas con el asma. La enfermedad puede estar inducida por reacciones alérgicas, por pura irritación sobre los receptores del epitelio bronquial o por mecanismos desconocidos. En el primer caso, los síntomas asmáticos suelen aparecer tras un período de latencia, cuya duración depende del grado de predisposición individual a desarrollar reacciones de hipersensibilidad inmediata y del tipo y grado de la exposición. Los síntomas respiratorios pueden presentarse de forma diversa. En algunos pacientes se observa una respuesta inmediata tras la exposición. En otros casos, los síntomas aparecen varias horas después del contacto - por ejemplo por la noche -, lo que no permite establecer fácilmente una relación causa-efecto y, por consiguiente, el desencadenante puede pasar inadvertido. Algunos pacientes presentan reacciones inmediatas y tardías, mientras que en otros los síntomas son continuos - por ejemplo en forma de disnea de esfuerzo -, sin oscilaciones ni agudizaciones. En estos asmáticos suele contemplarse todo tipo de diagnósticos (insuficiencia cardíaca, enfisema pulmonar) antes de llegar al diagnóstico de la enfermedad real que sufre el paciente. El alejamiento de la fuente de exposición (baja laboral, vacaciones o fines de semana) y la consiguiente mejoría de los síntomas permiten sospechar el origen profesional de la enfermedad.. Los productos que pueden producir asma profesional son:

- De origen animal: caballo, cobaya, rata, hámster

- De origen vegetal: polvo de cereales, lino, cáñamo, yute, café, té, aceite de ricino, nogal, pino, gomas vegetales, látex, polvo de ispaghula (laxante)

- Químicos: platino, cromo, antibióticos, enzimas proteolíticas, isocianatos, aluminio, acetileno etilenodiamina, resina epóxida, metacrilato, anhídridos, ácidos, adhesivos y resinas industriales.

Enfermedades infantiles:

Los desequilibrios ambientales afectan a la niñez con mayor fuerza porque sus sistema inmunológico aún no ha madurado. Un entorno sin agua potable, alimentos inocuos o sanidad es un campo de cultivo para gérmenes, gusanos e insectos portadores de enfermedades que transmiten la malaria, el dengue y otras enfermedades. En muchos países, los niños comienzan a trabajar a una edad temprana y debido a ello se ven expuestos a los mismos riesgos ambientales que los adultos.

Transgénicos: Vulnerabilidad en el ecosistema y en el ser humano.
Los recientes eventos científicos sobre organismos genéticamente modificados (OGM) o transgénicos y más generalmente, acerca de los efectos de la biotecnología en el ser humano, sus estructuras socioeconómicas, las implicaciones legales, el comercio mundial, sus potenciales riesgos en la naturaleza y en la salud misma, obligan a un análisis cuidadoso de estas tecnologías novedosas.

Probablemente se trata de uno de los temas más controvertidos en la actualidad, por los altos márgenes de inseguridad y la falta de conocimientos sólidos. Este hecho obliga al científico que se deja guiar por la ética, a tomar una posición de excesivo cuidado. No sólo la falta de conocimientos secundarios, sino también la de potenciales riesgos a largo plazo, se tienen que contemplar antes de dar un voto aprobatorio a cualquier manejo transgénico. Siguiendo los postulados epistemológicos de Popper, más vale pecar de demasiada prudencia que de irresponsable ligereza, dado que la supervivencia de la raza humana y del planeta mismo está en juego.

En este contexto amplio debería insertarse la discusión acerca de la conveniencia y las reglas específicas para introducir o manejar los transgénicos y, en general, los avances biotecnológicos. Para un diagnóstico diferencial se requiere el estudio de por lo menos dos campos analíticos:

Los potenciales y reales riesgos biológico-ambientales

Los socio-culturales-económicos.

Aspectos Biológicos

En el ámbito biológico existen peligros diversos y potenciales, algunos comprobados en experimentos de laboratorios. Un nudo de problemas se relaciona con la polinización y la hibridación de plantas silvestres que pudieran destruir la biodiversidad y homogeneizarla con OGM, gracias a que éstos fueron programados con mayor resistencia y más fácil adaptación al medio natural. Ello ha producido una "bio-invasión" de especies exóticas que han propagado enfermedades y plagas antes desconocidas.

Científicos de la Michigan State University han comprobado que plantas resistentes a ciertos virus, pueden mutarse, a veces de manera virulenta, provocando plagas desconocidas.

Investigadores de Oregón documentaron que OGM, por ejemplo la Klebsiella planticola, matan a los nutrientes esenciales del suelo que facilita la fijación biológica del nitrógeno del aire, como es el caso de la bacteria Rhizobium melitoli.

La contaminación genética y los daños colaterales en campos aledaños a los OGM, han debilitado biológicamente a regiones enteras. Vientos, lluvias, pájaros, abejas e insectos, han acarreado polen de OGM hacia campos aledaños y plantas silvestres. Se calcula que se requeriría una zona de protección natural de 5 kilómetros, alrededor de un campo transgénico, con el fin de evitar cualquier contaminación.

La tecnología "terminator" fue objeto de un amplio rechazo mundial, fuera del ámbito de las transnacionales productoras de los OGM. La tecnología terminator destruye el material reproductivo de las semillas, las convierte en estériles. Hay diversos métodos para lograrlo, como la irradiación, la esterilización, el empleo de tóxicos, antibióticos, la producción de semillas suicidas, el choque térmicos y el osmótico. Una de las tecnologías más frecuentemente usada es la de insertar en cada planta tres genes, cada uno con un interruptor regulador, llamado "promotor". Al activarse uno de estos genes se produce una proteína, llamada recombinasa que actúa como tijera molecular. La recombinasa corta un espaciador que hay entre el gen productor de la toxina y su promotor, de modo tal que se trata de un seguro que impide la activación prematura de la toxina. Un tercer gen evita que el gen de la recombinasa, se desactive antes de que la planta sea manipulada con el estímulo externo, actualmente un compuesto químico.

Cuando el estímulo se activa, generalmente antes de la cosecha, se interrumpe el funcionamiento del represor y el gen de la recombinasa se activa, elimina al espaciador y permite que el tóxico destruya a la semilla.

Adicionalmente a la destrucción del material reproductor dentro de la semilla, el uso masivo de un antibiótico de amplio espectro como la Tetraciclina, puede también producir resistencias a estos medicamentos en el ser humano. Otros factores son más bien de índole ambiental. Mientras que las plantas crecen en estrecha relación con los microorganismos existentes en el suelo, las semillas impregnadas con antibióticos crean una zona muerta alrededor de ellas.

En la actualidad se desconocen diversos efectos a corto y mediano plazos en la salud humana y animal, provocados por transgénicos. Al igual que en las repercusiones biológicas, existen más dudas que certezas. No obstante, algunas evidencias clínicamente comprobadas obligan a la prudencia, como por ejemplo:

- En 1998, la manipulación genética del L-triptófano -un complemento dietético común- causó la muerte a 37 norteamericanos y la invalidez a otros 5000, esto, antes de ser prohibido por la Food and Drug Administration.

- En la Universidad de Nebraska se comprobó que la soja, genéticamente manipulada con la nuez de Brasil, aumentó las alergias en distintos alimentos. Este padecimiento se detectó en un 8% de los niños de los Estados Unidos. Se manifiesta, desde síntomas leves, hasta la muerte súbita.

Se deberían efectuar amplios estudios a largo plazo, que descartarían futuros desastres en la salud pública, causadas por OGM, antes de otorgar permisos precipitados.

Daños en la salud provienen de la ingesta de carne o leche, proveniente de animales alimentados con semillas trangénicas u hormonas. En el caso del uso intensivo de hormonas, se está comprobando su incidencia negativa en la propagación del cáncer. Hay algunos estudios iniciales que reportan un incremento del 180% de la incidencia del cáncer de pecho en mujeres pre- menopausias y de tumor maligno de próstata en hombres por ingerir leche y carne, tratados con estas hormonas.

En el ámbito socioeconómico y cultural, la repercusión de los transgénicos es más compleja y afecta más severamente a los que menos tienen. En los países del Tercer Mundo dicha tecnología puede destruir la seguridad alimentaria, al hacer depender al campesino pobre de la compra de material genético importado, poner en peligro la biodiversidad del trópico, crear un riesgo en la generación de superinsectos resistentes a agroquímicos fabricados por empresas pequeñas, producir contaminación genética en plantas nativas por polinización, debilitar la resistencia natural de una planta, hacer surgir nuevos virus, bacterias y superplagas, que pudieran atacar a las plantas y animales silvestres, no manipulados genéticamente. En condiciones económicamente precarias, como en la mayoría de los países pobres, la introducción de esta tecnología significaría pronto la pérdida de la seguridad alimentaria para el miniproductor y la falta de soberanía alimentaria en un país del Tercer Mundo. También incrementaría la pobreza, debido a que los suelos destruidos requieren más aplicaciones químicas.

Por lo tanto la seguridad alimentaria no puede arriesgarse en manos de transnacionales, cuyo único interés es la maximización de las ganancias y la apropiación del material genético, localizado, sobre todo, en los países pobres.

Los campesinos del Tercer Mundo o los pequeños productores, experimentan frecuentemente con nuevas semillas. Pero cuando estas tienen efectos negativos y se presentan demandas legales por polinización indeseada o pérdida por restricciones comerciales, no es la transnacional, sino el campesino el que tiene que enfrentar los costos económicos de un juicio, una indemnización o la falta de venta del producto.

Algunos Elementos Precautorios Necesarios ante la Generalización del uso de los Transgénicos

Un manejo sustentable de sus recursos naturales, puede ofrecer posibles salidas hacia mejores horizontes. Teóricamente, el nuevo paradigma de sustentabilidad relacionaría los dos significados de la economía y la ecología. Postula que se deberían asignar valores económicos reales a los recursos naturales, de modo tal que se pague la reposición del recurso y su uso, incluidos los efectos de remediación, anticontaminación, riesgos y daños potenciales.

Si bien, las alteraciones, modificaciones y evoluciones naturales abarcaron espacios temporales de miles de millones de años, no es menos cierto que el crecimiento demográfico de los últimos años, acompañado por relaciones sociales de producción homogeneizadas en todo el mundo, aumentaron los riesgos de cambios irreversibles en los ecosistemas naturales y las estructuras sociales milenarias de los pueblos.

La creciente vulnerabilidad, los riesgos en los ecosistemas y el ser humano, el surgimiento de nuevas enfermedades y el aumento de los desastres naturales en número e intensidad, obligan a una reflexión sistemática, que rebasa la meta de este artículo.

En síntesis, la complejidad de los problemas mundiales induce a reflexiones bioéticas que abren caminos novedosos. Ellos deberían vincular el desarrollo sustentable a valores universales de equidad, justicia y democracia. En el ámbito de paradigma, un mundo cada vez más interrelacionado y globalizado, choca con la idealización de las fuerzas del mercado, como única herramienta para lograr avances científicos, eficiencia, bienestar y calidad de vida, pero, sobre todo, condena a dos tercios de la población mundial a la miseria. En cambio, una visión bioética supera estos problemas y orienta el desarrollo del nuevo milenio hacia la generación de calidad de vida para todos los habitantes.

Aspectos bioéticos sobre la problemática ambiental
En este punto desarrollaremos la problemática ambiental desde una mirada bioética, analizándola desde sus principios.

El crecimiento tecnológico, científico e industrial es una constante en la sociedad globalizada en la que vivimos.

La continua búsqueda de mayor eficiencia, productividad y superación, ha llevado al hombre a no medir las consecuencias de sus acciones y a atentar contra la más importante fuente de recursos: "la naturaleza".

Durante los últimos años el carácter productivo y distributivo del desarrollo socioeconómico ha determinado, en gran medida, los ambientes en los cuales vive la gente. He aquí la contraposición de valores sumamente relevantes para la sociedad: el desarrollo socioeconómico e integridad ambiental, con todo lo que ésta involucra: salud, ecología, alimentación, etc. Esto es, según nosotros, el dilema al cual nos enfrentamos.

Hablar de una población sana, en un ambiente que la sustente y con un cierto grado de desarrollo socioeconómico parece una utopía, pues observamos en las sociedades desarrolladas, llamadas del "Primer Mundo" (Estados Unidos, Japón y Europa), que cuanto mayor es su crecimiento industrial, mayor es el perjuicio ambiental causado. Como una de las consecuencias de esto aparece lo que se denomina como deuda ecológica.

Sabemos que la solución de los conflictos que describimos en el punto 5 deben provenir de la coordinación de esfuerzos entre todas las regiones. Pero a veces, tal intento resulta dificultoso, pues la situación y las prioridades de cada región son diferentes.

Por ejemplo, los países del norte, que albergan al 25% de la población mundial producen el 75% de las emisiones de dióxido de carbono y el 95% de las emisiones de los gases que destruyen la capa de ozono. Si tenemos en cuenta los datos recién mencionados podemos decir que un norteamericano genera el doble de emisiones de dióxido de carbono que un sudamericano y diez veces más que uno de Asia del Sur o del Este (excluido Japón). Los efectos ecológicos son globales. Por eso se habla de "deuda ecológica" del Norte hacia el Sur.

Pero, a los países desarrollados no les conviene económicamente reducir sus emisiones de dióxido de carbono, por lo que sólo proponen estabilizarlas. Por su parte, los países subdesarrollados necesitarían aumentar sus emisiones para poder industrializarse y crecer, salvo que recibieran ayuda financiera para transferir tecnología no contaminante.

El hombre tiene derecho a desarrollarse y a cumplir las metas que se propone día a día. Estas tienden a lograr el bienestar económico y social de sí mismo y de quienes lo rodean. Es esto lo que sustenta el Principio de Autonomía, según el cual cada persona es libre de actuar sin interferencias externas o limitaciones internas que le impidan hacer una elección y actuar de acuerdo a ésta.

Teniendo en cuenta las condiciones que hacen al Principio de Autonomía, como la libertad que es, al decir de Beuchamp y Childress, "actuar independientemente de las influencias que pretendan controlar" y el ser agente, que implica actuar intencionadamente, el hombre competente pareciera no encontrar límites a su afán de lograr su propio desarrollo.

Pero como resultado de este proceso de búsqueda y superación se producen situaciones que concluyen en un daño relevante en el medio ambiente que repercutirá más tarde en los miembros de la comunidad toda.

Al referirnos a la protección del medio ambiente, nos hallamos en presencia de un derecho de tercera generación; un derecho colectivo, cuyo titular es la sociedad.

De acuerdo con el Principio de No Maleficencia, existe la obligación moral de no infligir daño y de no someter a los demás a tales riesgos.

De esta máxima en la cual se basa dicho Principio vemos la correlación con todo lo que atañe al medio ambiente y su protección.

El interrogante que se nos presenta es si esta obligación de no someter a los terceros a ciertos riesgos actúa como una interferencia externa a la libertad del hombre en cuanto actuar de acuerdo al objetivo que busca.

Para nosotros la respuesta es no.

Si bien configura una interferencia externa desde el punto de vista de la lógica en la que se basa el Principio, analizando desde la Ética de Máximos y Mínimos, encontramos la posible solución a nuestro dilema.

De acuerdo a este planteo, los Principios se encuentran en distintos niveles. En el primero se encuentran los principios que hacen a la "ética del deber" y en el segundo, aquellos que hacen a la "ética de la felicidad". Por lo tanto, concluimos que en este conflicto de principios prevalece el de No Maleficencia por ser el mínimo con lo que debemos cumplir al actuar.

De este modo parecería ser que el Principio de Autonomía se ve restringido, pero es dable recordar que aunque todas las decisiones trascendentes suelen ser lo suficientemente autónomas, nunca lo son por completo. Lo mejor sería, entonces, valorar el Principio en cada uno de los contextos en los que se analice, pues las situaciones externas siempre influyen, en mayor o en menor medida, pero lo hacen.

Hasta ahora hemos analizado el juego entre los Principios de Autonomía y No Maleficencia y su interacción.

A continuación haremos un análisis similar, confrontando los Principios de Justicia y de Beneficencia.

Entenderemos por beneficencia a aquellas acciones positivas de hacer, en tanto encuadren en la promoción del bien, en la maximización de los beneficios y en la minimización de los riesgos.

Este Principio se desglosa a su vez en dos tipos de beneficencia:

La beneficencia específica que es aquella que tiene un marco de relaciones en las que existe un vínculo determinado, como ser el parentesco familiar, la relación profesional, de amistad o los compromisos específicos dados en determinadas personas.

Por otro lado, la beneficencia general, que es la que abarca y comprende ya no vínculos determinados, sino a todas las personas.

Ambas clasificaciones sirven para limitar dicho Principio de Beneficencia.

Teniendo en cuenta las máximas a las que alude el Principio, habría que verificar si son cumplidas o no, y el correlato que tienen como resultado en el medio ambiente.

Para analizar estos aspectos tomaremos como ejemplo una situación cotidiana como es la actividad industrial.

Promover el bien: La industria, cualquiera fuera su rama, se incorpora en la sociedad para brindar sus productos, producir fuentes de trabajo y fomentar el desarrollo de la comunidad en la que está inmersa.

Maximizar los beneficios: Los dueños de las fábricas, a través de sus proyectos, impulsan la actividad industrial con un fin "personal" de obtener un lucro, un beneficio. Con la utilización de diversas prácticas o técnicas de industrialización, ellos, persiguen un objetivo, que es el de maximizar beneficios. Esta situación trae mejoras, no solamente a ellos, sino que repercute favorablemente en sus empleados y en el lugar en el que se encuentra situada tal industria.

Minimizar los riesgos: Esta máxima viene a conformar una de las principales cuestiones que atañe al tema bajo análisis. Consideramos que el hecho de minimizar los riesgos configura una obligación para aquellos que tengan en sus manos el rumbo de la industria y a la vez un derecho no sólo para ellos sino también para el resto de la comunidad. Siguiendo con el ejemplo anterior, los dueños de la industria estarían obligados a incorporar, junto con el desarrollo cotidiano de su actividad, técnicas tendientes a controlar y disminuir el grado de contaminación producido por su fábrica.

Entendemos que la eliminación total de la contaminación es una tarea difícil de llevar a cabo y por seguro costosa, pero no hay que dejar de lado que con una continua perseverancia en lo que se refiere al control se podrán bajar los niveles de contaminación a comparación de los actualmente producidos.

Esto no sería solo en beneficio de la comunidad, sino que implicaría un actuar responsable por quienes ejercen la industria.

Definiremos al Principio de Justicia como aquel que propugna un trato equitativo, igual y apropiado en el ámbito de la sociedad.

Nos es necesario abarcar esta cuestión desde el punto de vista de la Justicia Distributiva, es decir aquella que refiere a una distribución equitativa en la sociedad. Nos referimos a un reparto ecuánime de todos los derechos y responsabilidades en la sociedad. Los problemas que se suscitan en torno a la justicia distributiva surgen bajo las condiciones de escasez y competencia.

Esto se refleja en la actualidad, al observar una escasez de posibilidades en una parte de la sociedad de obtener un acceso a una mejor calidad de vida medioambiental.

Con esto nos referimos a las comunidades que se encuentran en las zonas mas afectadas por los problemas ambientales, como por ejemplo, la contaminación de recursos hídricos, la acumulación de residuos o bien, la cercanía a fábricas las cuales despiden desechos tóxicos.

Entonces, ¿cuál es el problema al que nos enfrentamos?.

Por un lado todos tendríamos que tener una mejor calidad de vida, de acuerdo a lo que deriva del concepto ya definido de Justicia Distributiva. Y por otro lado, encontramos un desequilibrio en el acceso a esa calidad de vida entre los distintos sectores de la sociedad.

Con esto se relaciona el Principio de Beneficencia Específica, decimos esto, porque vemos que no se está actuando pos de beneficio de la sociedad entera sino que son sólo son un pocos los que se ven favorecidos.

Estos pocos favorecidos son los grupos con mayores ingresos, que a su vez son los que mayores posibilidades tienen de vivir en un ambiente más saludable.

En este caso, la beneficencia de unos pocos no alcanza para cubrir las expectativas de la Justicia Distributiva, es decir que todos los sectores de la sociedad tengan acceso a un ambiente sano en el cual vivir.

Relación costo-beneficio respecto del desarrollo socio económico y el daño ambiental.

Una sociedad industrializada y tecnificada nos brindan todo el confort de la vida moderna al que todos, o casi todos, deseamos acceder en alguna u otra medida, para adecuarnos, tal vez, a los estándares que el mundo globalizado nos impone.

La industria procura el desarrollo de la comunidad por cuanto genera –directa e indirectamente- empleo, y con ello acceso a la vivienda, a la educación y a la salud. Es respecto de este último punto donde se plantea una gran paradoja: “desarrollo industrial como medio de acceso a la salud”. ¿Es esto realmente así?

Sabido es que el estado de salud de las personas depende ante todo de sus interacciones con el ambiente en que viven. Salvo en lo que hace a los rasgos genéticos hereditarios, las condiciones ambientales y la experiencia, son factores determinantes fundamentales de la salud. Se aplica inicialmente a los ambientes del útero materno y la infancia, y luego al complejo físico y social que se procura y que abarca alimentación, agua, vivienda, seguridad, educación, atención de la salud, entre otros.

De esta manera vemos como el ambiente determina nuestra salud, y como el desarrollo –llevado a cabo en gran medida por el gran crecimiento de la industria, ciencia y técnica- determina nuestro ambiente. Consecuentemente la relación “costos – riesgos y beneficios”; se vuelve compleja.

Se define costos a los recursos que se requieren para obtener un beneficio, así como a los efectos negativos de perseguir y conseguir ese beneficio. Es indudable que el beneficio perseguido en este caso es el progreso o desarrollo (con todo lo que ello implica) y que los costos que requiere su obtención son muy altos: contaminación, deforestación, extinción de especies, modificación constante del ecosistema, etc.

Los riesgos se refieren a un posible perjuicio futuro en el que el perjuicio se define como un revés a los intereses de la vida, en la salud y en el bienestar. La probabilidad de que el daño ambiental que el hombre provoca en su afán por obtener el desarrollo, es alta.

Este preciado desarrollo logrado e incentivado por el progreso científico, técnico e industrial pone peligrosamente al hombre frente a la naturaleza. Es entonces cuando comenzamos a pagar con creces el alto costo que ello implica (y que continuaran pagando futuras generaciones). Tal costo atañe a todos sin distinción, tanto a sociedades con acceso al bienestar socioeconómico, como a aquellas que, excluidas del sistema, se sumergen inevitablemente en la crueldad del hambre, el desamparo y la miseria.

Estos enfrentamientos del hombre con la naturaleza muestran un significativo progreso de los conocimientos científicos y una eficaz aplicación de las más avanzadas tecnologías, imponiendo a la vez la necesidad impostergable de una profunda reflexión ética y un análisis meditado de su regulación normativa para no afectar la dignidad del hombre y no inhibir el avance de la ciencia.

Es entonces hoy el momento de la reflexión, a la que deberá suceder la toma de decisiones adecuadas.

Debemos partir del principio de que el hombre es parte de la naturaleza y debe vivir en armonía con ella. Esto significa que las actividades humanas deben desenvolverse de tal manera que ellas sean compatibles con el mantenimiento y el mejoramiento del entorno ecológico que lo sustenta y que lo condiciona y además, con el respeto y el progreso de los factores culturales que son el fruto de su conciencia moral y de su ser racional.

La actividad humana aplicada al desarrollo económico para incrementar la producción de bienes de uso y consumo impone necesariamente la preservación del medio ambiente para evitar la degradación, en busca de una mejor calidad de vida. Exige entonces, un desarrollo sustentable que no comprometa las necesidades de las generaciones futuras, haciendo un uso racional de los recursos naturales evitando así su agotamiento y la extinción de la diversidad de las especies.

Urge pues, una regulación legal que encuadre el tema dentro de un marco ético que no ponga en peligro a las presentes y futuras generaciones. El pasaje de la ética al derecho implica la necesidad de la ley. Si bien el derecho y la ética comparten la búsqueda de las soluciones axiológicamente más valiosas, sólo al derecho le compete traducir principios y valores compartidos en reglas de observación obligatoria para toda la sociedad.

Sin embargo no se debe incitar la actividad legislativa para convertir todos los principios de la bioética en normas jurídicas, que bajo la amenaza de responsabilidades legales, inhiban el progreso de la investigación científica.

El Derecho Ambiental en el plano internacional
La conciencia ambiental va empezando a adquirir su dimensión individual una vez que se van dando los primeros pasos para expresarla institucionalmente, a través de distintas conferencias y acuerdos internacionales.

El hombre es, en parte, el responsable de las distintas perturbaciones que sufre la Tierra, sobre todo durante los últimos siglos, gracias a la aparición de distintas tecnologías que afectan de forma manifiesta e irreversible el medio ambiente.

A mediados del siglo XX, más precisamente entre 1960 y 1970, el mundo comienza a tomar "conciencia ambiental", especialmente a partir del surgimiento de movimientos ecologistas y conservacionistas.

Se puede decir que la primera expresión de un intento orgánico de institucionalización en el ámbito internacional fue la Conferencia Científica de la Naciones Unidas sobre la Conservación y Utilización de los Recursos, reunida en Nueva York, en el año 1949. Más tarde, en 1954 se suscribe en Londres el Acuerdo Internacional para la Prevención de la Contaminación del Mar por Petróleo y en 1956 se crea la Agencia Internacional de la Energía.

El gran paso en la materia del tratamiento internacional de la conservación del ambiente lo dio la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1968, preparatoria de la conferencia de Estocolmo.

En 1972 se realiza en Estocolmo la "Conferencia del Hombre y la Biosfera", más conocida como la "Conferencia de Estocolmo". Se la considera el punto de partida de la conciencia mundial para la defensa de y el mejoramiento del medio ambiente.

En su seno surge, el derecho fundamental de la persona, cuya finalidad es el acceso a un ambiente apropiado.

Es, en este sentido, muy ilustrativo el primer principio de la Declaración de Estocolmo, el cual transcribimos a continuación:

"El hombre tiene el derecho fundamental a la libertad, a la igualdad y a condiciones de vida satisfactorias, en un ambiente cuya calidad de vida le permita vivir con dignidad y bienestar, y tiene el deber solemne de proteger y mejorar el medio ambiente de las generaciones presentes y futuras".

Como consecuencia de los trabajos realizados en el seno de esta Conferencia, en los cuales se consagraba este nuevo derecho, los Estados fueron introduciéndolos en sus Constituciones. Es así como la mayoría de las nuevas Constituciones sancionadas y/o reformadas consagraron la protección del medio ambiente, tomando a la Declaración de Estocolmo como fuente. Podemos citar como algunos ejemplos a la Constitución Suiza de 1975, la de Grecia de 1975, la de Portugal de 1976, la de España de 1978, la de China de 1982, la de Holanda de 1983, la de Brasil de 1988, la de Hungría de 1989, la de Australia de 1990, la de Bulgaria y Colombia de 1991, la de Paraguay de 1992 y la Argentina de 1994.

Pero la Declaración no fue el único logro de la Conferencia. También creó un sistema de organizaciones especializadas, institucionalizándose el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente o P.N.U.M.A, cuya sede se encuentra en Nairobi.

Más tarde, en 1983, se crea la Comisión Mundial Sobre el Medio Ambiente Humano, más conocida por el nombre de su presidente, la Primer Ministro de Noruega y Ministro del Ambiente de ese país, Gro Harlem Brundtland. Las tareas realizadas por esta Comisión (estudios sobre el ambiente y el desarrollo) se dieron a conocer en el informe "Nuestro futuro común" también llamado "Informe Brundtland". A partir de los principios allí establecidos se prepararon una serie de convenios, los cuales serán suscriptos más tarde en la denominada Cumbre de la Tierra.

Al cumplirse veinte años de la celebración de la Conferencia de Estocolmo, la Asamblea General de las Naciones Unidas resolvió convocar a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo (C.N.U.M.A.D). Ésta se reunió en la ciudad de Río de Janeiro, en junio de 1992.

Uno de los logros más sobresalientes de la Conferencia fue la poner en acción efectiva a aquellos no ecologistas y a una gran cantidad de gobiernos que se comportaban de manera displicente frente al tema. También se logró la incorporación del concepto "desarrollo sustentable" (creación del Informe Brundtland), a través del cual se enlazan la preservación del ambiente y el desarrollo.

A continuación citaremos algunos de los principios que consideramos más importantes de la Declaración de Río de Janeiro sobre el Ambiente y Desarrollo:

Principio 1: " Los seres humanos constituyen el centro de las preocupaciones relacionadas con el desarrollo sostenible. Tienen derecho a una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza."

Principio 3: "El derecho al desarrollo debe ejercerse en forma tal que responda equitativamente a las necesidades de desarrollo y ambientales de las generaciones presentes y futuras."

Principio 4: "A fin de alcanzar el desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente deberá constituir parte integrante del proceso de desarrollo y no podrá considerarse en forma aislada."

Principio 7: " Los Estados deberán cooperar con espíritu de solidaridad mundial para conservar, proteger y establecer la salud y la integridad del ecosistema de la Tierra... ."

Principio 11: "Los Estados deberán promulgar leyes eficaces sobre el medio ambiente. Las normas ambientales y los objetivos y prioridades en materia de ordenación del medio ambiente deberían reflejar el contexto ambiental y de desarrollo al que se aplican... ."

Principio 14: "Los Estados deberían cooperar efectivamente para desalentar o evitar la reubicación o transferencia a otros Estados de cualesquiera actividad o sustancia que causen degradación ambiental grave o se consideren nocivas para la salud humana."

Principio 16: " Las autoridades nacionales deberían procurar fomentar la internacionalización de los costos ambientales y el uso de instrumentos económicos, teniendo en cuenta el criterio de que el que contamina debería, en principio, cargar con los costos de la contaminación, teniendo debidamente en cuenta el interés público y sin distorsionar el comercio ni las inversiones internacionales."

Principio 22: "Los pueblos indígenas y sus comunidades, así como otras comunidades locales, desempeñan un papel fundamental en la ordenación del medio ambiente debido a su conocimiento y prácticas tradicionales. Los Estados deberían reconocer y prestar el apoyo debido a su identidad, cultura e intereses y velar porque participaran efectivamente en el logro del desarrollo sostenible."

Principio 23: "Deben protegerse el medio ambiente y los recursos naturales de los pueblos sometidos a opresión, dominación y ocupación."

Principio 25: "La paz, el desarrollo y la protección del medio ambiente son interdependientes e inseparables."

Los tratados suscriptos en Río de Janeiro fueron dos:

La Convención Marco sobre Cambio Climático Global. Se la denomina así, pues sus principios deberán desarrollarse en futuros Protocolos. Ésta reconoce entre sus principales disposiciones la existencia de "responsabilidades comunes, pero diferenciadas", ya que las capacidades de los países para enfrentar el problema son distintas, dado el grado de desarrollo. Los países más ricos deberán tomar la iniciativa en lo concerniente a la adopción de medidas que conduzcan a la reducción de emisión de gases. Por otro lado también admite que los países que más emisiones de gases con efecto invernadero producen son aquellos que alcanzaron un mayor desarrollo y que los subdesarrollados se verán compelidos a aumentar las emisiones actuales, dada la necesidad de desarrollarse.

La Convención sobre Diversidad Biológica: El objetivo de esta convención es la conservación de la biodiversidad, posibilitar el uso sostenible de sus componentes y repartir de manera equitativa sus beneficios. Los países subdesarrollados deberán contar con acceso a recursos financieros y a tecnologías que le permitan la adopción y ejecución de medidas de preservación de la biodiversidad.

Existen diversos instrumentos de Derecho Internacional, más precisamente, de Derecho Internacional de los Derechos Humanos en los cuales encontramos diversas normas referentes a este tema. A continuación daremos algunos ejemplos.

Declaración Universal de los Derechos Humanos:

"Artículo25, inciso 1: Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios... ."

Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre:

"Artículo 11: Toda persona tiene derecho a que su salud sea preservada por medidas sanitarias y sociales relativas a la alimentación, el vestido, la vivienda, y la asistencia médica, correspondientes al nivel que permitan los recursos públicos y los de la comunidad."

Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales:

"Artículo 12, inciso 1: Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental".

"Inciso 2: Entre las medidas que deberán adoptar los Estados partes en el Pacto a fin de asegurar la plena efectividad de este derecho, figurarán las necesarias para:

La reducción de la mortinatalidad y de la mortalidad infantil y el sano desarrollo de los niños;

El mejoramiento en todos sus aspectos de la higiene del trabajo y del medio ambiente;

La prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas, profesionales y de otra índole y la lucha contra ellas;

La creación de condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios médicos en caso de enfermedad."

Con esto podemos concluir que no en vano el derecho a la preservación del medio ambiente ha tenido su mayor impulso en el ámbito internacional. El problema al que nos enfrentamos es global, por lo que las posibles soluciones también deberán serlo.

El medio ambiente y su recepción en la Constitución Nacional.
En la Constitución de 1853-1860 no estaba específicamente previsto este derecho, pues no era un problema de la época. Tampoco se encontraba tutelado en ninguna de las Constituciones del resto del mundo en ese momento. Esto es así, porque nos encontramos en el período del constitucionalismo clásico, en el cual las leyes supremas sólo se dedicaban a la protección de los derechos individuales, como expresión de los derechos humanos y de sus respectivas garantías.

Años más tarde, con la llegada del constitucionalismo social, (reforma de 1949) sólo se incorporaron los derechos sociales, como expresión de los derechos humanos y en equilibrio con los derechos individuales antes consagrados, pero no se realizó mención alguna sobre el derecho al ambiente.

Recién con la reforma constitucional de 1994 se incorpora, a través del artículo 41, un nuevo derecho, el derecho a un ambiente sano.

Este desarrollo se corresponde una clasificación de derechos realizada por la doctrina, siguiendo un criterio cronológico. Según esta clasificación se denominaron a los derechos individuales, que consagró el constitucionalismo clásico, como derechos de primera generación, a los derechos sociales, como derechos de segunda generación y por último, los derechos de tercera generación, en la cual se agrupan los derechos de más reciente aparición, algunos de los cuales estarían otorgados indistintamente a los individuos o a los pueblos y, en cambio, otros serían privativos de estos últimos. Dentro de este grupo podemos incluir al derecho a una mejor calidad de vida, a la preservación del medio ambiente, el derecho de los pueblos al desarrollo y el derecho a la paz.

Hasta la reforma del año 1994, la doctrina entendía que el derecho a un ambiente sano estaba incluido en la lista de los derechos no enumerados, de acuerdo en lo establecido en el artículo 33 de la Constitución Nacional.

Luego la reforma constitucional agrega a la ley suprema de la nación el artículo 41 el cual transcribimos a continuación:

"Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley.

Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica y a la información y educación ambientales.

Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones locales.

Se prohibe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los radioactivos."

A continuación veremos los puntos más importantes del artículo.

El primer párrafo comienza reconociendo el derecho que gozan todos los habitantes a un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer a las generaciones futuras.

Este derecho es un derecho colectivo, es decir su titular es la sociedad, pues es la que se ve agredida en primer lugar por el daño ambiental. Pero el derecho es reconocido en cabeza de cada uno de los habitantes, por lo tanto se les está reconociendo a cada uno de éstos. En consecuencia, se trata de una situación mixta, donde el derecho es a la vez de titularidad colectiva e individualizada. Los titulares individuales de este derecho son tanto las personas físicas como las de existencia ideal.

Pero este derecho genera en cabeza del Estado y de todos los habitantes la obligación de procurar la defensa de los recursos naturales y del medio ambiente utilizando todos los recursos a su alcance.

Por esto podemos decir, conforme a la doctrina, que se trata de un derecho bifronte, puesto que, frente al titular del que estamos hablando, tienen dos obligados correlativos, es decir, dos sujetos pasivos: el Estado y los demás particulares.

La referencia a un ambiente sano es muy amplia. Este concepto no se limita solamente al derecho a la preservación y no contaminación de los elementos básicos para el desarrollo de la vida humana, también incluye el cumplimiento de ciertos requisitos mínimos de bienestar en los ámbitos construidos por el hombre. Por lo que el ambiente sano abarca desde la no contaminación del aire o del suelo, hasta la de una ciudad con agua corriente, cloacas y espacios verdes suficientes.

Con respecto al equilibrio, éste significa que las modificaciones efectuadas en el ambiente por el hombre deben verse acompañadas de respuestas que le permitan alcanzar un equilibrio de los ambientes transformados por la acción humana.

Por último, la recepción del principio de desarrollo sustentable también denominado derecho intergeneracional trae aparejada la obligación de garantizar que aquellos que heredarán el ambiente deben vivir en condiciones de vida, como mínimo, iguales o mejores que las actuales a fin de facilitar su desarrollo efectivo. Este concepto está tomado del ya comentado informe Nuestro Futuro Común.

El artículo continúa diciendo que el daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo indique la ley.

El término "recomponer" debe ser interpretado abarcando, desde el punto de vista ambiental, no sólo el resarcimiento pecuniario, propio del ordenamiento civil, sino también la restitución de los ambientes ecológicamente dañados o deteriorados a su estado anterior. La cláusula ambiental abarcaría una doble obligación:

a) Recomponer el ambiente a su estado anterior o, en su defecto, adoptar las medidas necesarias para restablecer el equilibrio ecológico afectado (traslado de especies afectadas, reforestación, etc.) y,

b) Resarcir los perjuicios económicos causados.

Es prioritaria la obligación de recomponer, lo que significa que si ella no puede hacerse, emergerá la indemnización consiguiente. Subsidiariamente se estableció la obligación de indemnización.

Se ha dejado de lado la opción que tenía el demandante para exigir la reparación en especie o el pago (artículo 1083 CC, in fine).

La solución es totalmente entendible en la medida en que la mera satisfacción monetaria no restituye al ambiente sus propiedades, que es lo esencial.

El segundo párrafo establece que las autoridades proveerán a la protección del derecho, a la racional utilización de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica. Por último también proveerán a la información y educación ambientales.

Con respecto a la protección del derecho por parte de las autoridades podemos decir que las autoridades tienen la obligación de no dañarlo y además la obligación de realizar todo lo necesario para preservarlo y evitar que otros los destruyan o alteren.

El Estado debe proveer la utilización racional de los recursos naturales, que implica conocer esos recursos para poder establecer previamente la racionalidad de su uso, porque cuando no hay conocimiento previo a la utilización, ésta puede ser dañina y producir perjuicios irreversibles.

La doctrina apunta que esta norma confiere operatividad al control de razonabilidad respecto de los actos del Estado que puedan generar daño ambiental, exista o no legislación que lo regule.

La preservación indica tanto una obligación de no hacer como de hacer por parte del Estado. Preservar (pre-servare) "significa guardar como estaba antes". Con referencia al patrimonio natural indica la obligación de resguardar el status quo y no modificarlo dado que se trata de bienes que deben considerarse no renovables. Consideramos este un principio básico que debe ser tenido en cuenta casos por caso, en la diagramación de las obras que realice o autorice el Estado. Podemos trasladar este razonamiento sin mayores dificultades a la preservación de la diversidad biológica.

La cláusula constitucional a puesto a cargo de las autoridades la obligación de proveer tanto a la preservación del patrimonio natural como del cultural. La obligación impuesta a las autoridades importa, en la práctica, la carga de custodiar bienes de variada naturaleza

La preservación del patrimonio cultural (incluye el histórico) ha sido atribuida en la cláusula constitucional a las autoridades, la legitimación de los habitantes para accionar en forma directa en defensa de este valor no reviste igual fuerza que en la protección del ambiente mencionada en el primer párrafo, pero esto no impide el accionar judicial a fin de promover la actuación omitida por el Estado.

Por último nos referimos a la responsabilidad de información y educación ambiental.

El Estado debe, con respecto a la información, recolectarla y procesarla, es decir debe informarse primero, para luego poder difundirla a la sociedad. En cuanto a la educación se puede realizar por distintas vías como ser la propaganda que estimule a la población al cuidado del ambiente, como la inclusión de temas ambientales en los planes de estudio de los distintos niveles educativos.

Estas obligaciones son concurrentes, no eximen a las obligaciones de los particulares ni de las organizaciones intermedias.

El tercer párrafo versa sobre la distribución de las competencias entre la Nación y las provincias en materia ambiental.

Según el artículo 41, el Estado Nacional debe sancionar las normas de protección mínima comunes a todo el territorio del país, estableciendo los resguardos sobre lo que debe ser imprescindible tutelar en todo el ámbito de la geografía argentina, allí legislará el Congreso Nacional, quedando a cargo de los gobiernos provinciales y municipales la responsabilidad de aplicación de la legislación y la jurisdicción en esas órbitas. Toda la legislación sobre esta materia deberá ser concurrente e interconectada, como lo vienen haciendo otros países federales como Alemania, Austria Brasil, etc. La legislación de protección mínima común a todo el país habrá de ser dictada por el Congreso de la Nación, pero la aplicación y la jurisdicción sobre esa legislación seguirá correspondiendo a la provincia, con una solución a la del artículo 75, inciso 12 (con respecto a la aplicación de los códigos de fondo). El caso de una ausencia de legislación por parte del Congreso de la Nación sobre un tema específico, no obstará la actuación de la provincia.

El último párrafo del artículo prohibe el ingreso al territorio de la Nación de residuos actual o potencialmente peligrosos como el ingreso de los radioactivos.

Los recursos potencialmente peligrosos son los que hoy, por distintos motivos no lo son, por ejemplo por su empaquetamiento, pero que podrían llegar a serlo.

Si bien hay discusión en la doctrina sobre la operatividad de la norma, creemos que esta norma resulta directamente operativa. Implica una obligación directa de no hacer, e impide de esa forma que la Argentina reciba residuos de los países industrializados convirtiéndose el basurero de estos países. Sobre este tema es de aplicación la ley 24.051, y su decreto reglamentario 831/93 la cual reglamenta la generación, tratamiento, transporte, y disposición final de los residuos peligrosos estableciendo las obligaciones de los generadores de residuos, transportistas y de las plantas de tratamiento y disposición final, un régimen de sanciones e incluso penal, con lo que se crean los delitos ecológicos en el derecho positivo argentino.

El creciente interés por el medio ambiente llevó a las provincias a decidirse por la introducción del derecho a un medio ambiente sano en sus leyes supremas. Este proceso comenzó en 1986, con las constituciones de Catamarca, San Juan, Jujujy, La Rioja, Salta (todas del mismo año). Más tarde le siguieron la constitución de Córdoba en 1987, la de Río Negro de 1988, la de Formosa y la de Tierra del Fuego en 1991. La recepción del derecho por la constitución de la Provincia de Buenos Aires se realizó en el año 1994, con posterioridad a la reforma de la Constitución Nacional.

A continuación veremos cómo las Provincias argentinas y la Cuidad de Buenos Aires han sancionado en sus modernas constituciones, temas ecológicos y ambientales por los que han cobrado el máximo rango legal como expresión cabal de la importancia que ahora se les asigna.

Constitución de la Ciudad de Buenos Aires: Trae normas específicas tanto de carácter principista como operativo.

Los aspectos más salientes de este articulado residen en considerar al ambiente un patrimonio común respecto del cual toda persona tiene un derecho y una obligación: el derecho de gozarlo y el deber de presevarlo y defenderlo en provecho de las generaciones presentes y futuras.

También impone el cese de toda actividad dañosa y la obligación de recomponer cualquier lesión ambiental.

Propicia la educación ambiental en todas las modalidades y niveles e impone la preservación y restauración del patrimonio natural, urbanístico, arquitectónico y de la calidad visual y sonora.

Declara a la ciudad territorio NO nuclear y establece la prohibición de ingreso a ella de residuos y desechos peligrosos.

Normas municipales de la Ciudad de Buenos Aires: El Código de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, es uno de los pocos, si no el único en sentido estricto, que sistematiza en forma ordenada las normas referidas a la contaminación del aire, los residuos sólidos, los efluentes líquidos, los residuos y vibraciones y las radiaciones ionizantes.

Lo interesante de dicho código es que comprende en su texto legal, definiciones de carácter técnico, como ser:

Ambiente Urbano: al cual califica como "el conjunto del espacio aéreo urbano, las aguas, el suelo, el subsuelo y demás constituyentes del medio natural".

Contaminación ambiental: "Presencia en el ambiente de cualquier agente físico, químico o biológico, o de una combinación de varios agentes, en lugares, formas, y concentraciones tales que sean o puedan ser nocivos para la salud, seguridad o bienestar de la población, o perjudiciales para la vida animal o vegetal o impiden el uso y goce normal de las propiedades o lugares de recreación".

Fuentes de contaminación: "los automotores, maquinarias, equipos, instalaciones o incineradores temporarios o permanentes, fijos o móviles cualquiera sea su campo de aplicación u objeto a que se los destine, que desprendan sustancias que produzcan o tiendan a producir contaminación ambiental".

Residuos: "materia sólida o liquida remanente de la limpieza i de desecho de cualquier otra actividad urbana, excluyendo todos aquellos elementos que a través de técnicas aceptables sean reutilizables por la industria".

Residuos patológicos: "los que por su naturaleza puedan incorporar al ambiente virus, microbios, organismos vivos o sus toxinas, que actúen como transmisores o reservorios de enfermedades o infecciones, y que puedan generarse en biótero, laboratorios biológicos, hospitales, sanatorios, mataderos, crematorios, y otros lugares de actividad similar".

Constitución de San Juan: El artículo 58 comienza su redacción diciendo que "los habitantes tienen derecho a un ambiente humano de vida salubre y ecológicamente equilibrado y el deber de conservarlo".

Esto significa que hay un reconocimiento liso y llano de un derecho humano a un ambiente saludable.

El artículo mencionado incluye en su concepto de "ambiente" los paisajes y los valores culturales de interés histórico y artístico.

En su párrafo final dice textualmente que "el Estado debe promover la mejora progresiva y acelerada de la calidad de vida de todos sus habitantes". Incorporando el concepto "calidad de vida", implica consagrar con rango constitucional la tutela y medioambiental.

Constitución de Jujuy: Su artículo 22 comienza con un enunciado equivalente al referido a la Constitución sanjuanina al decir que "todos los habitantes de la provincia" tienen el derecho a gozar de un medio ambiente sano y ecológicamente equilibrado, así como el deber de defenderlo".

Esta es una norma más ecológica que ambientalista si tomamos en cuenta que no incluye es su texto un concepto de ambiente ni tampoco referencias a aspectos paisajísticos, arquitectónicos, históricos, culturales como componente de aquel.

No obstante así, consagra jerárquicamente el valor, "calidad de vida" al decir que "La Provincia debe propender, de manera perseverante y progresiva, a mejorar la calidad de vida de todos sus habitantes".

Constitución de La Rioja: Incorpora la legislación medioambiental en el artículo 66 donde señala que "los habitantes tienen derecho a un ambiente de vida salubre y ecológicamente equilibrado y el deber de conservarlo".

También enuncia que "El Estado promoverá la preservación, conservación, defensa y mejoramiento del medio ambiente en el territorio provincial para lograr una óptima calidad de vida".

También es esta constitución se aprecia la presencia del concepto de "calidad de vida", el cual representa el aspecto teleológico de la tutela ecológica y medioambiental.

Conclusión
Luego de todo lo expuesto anteriormente nos preguntamos; ¿No será que el ser humano se ha considerado superior a su entorno sin razón?.

Entendemos que sí.

Podríamos decir que nos encontramos frente a un "holocausto" medioambiental y que la perpetradora del mismo es la humanidad, sea por acción o por omisión.

El hombre explota la naturaleza por medio del perfeccionamiento de la ciencia y la técnica. Pero el éxito que se observa en el campo de la tecnología actual no ha sido parejo con el cultivo de los valores éticos y morales.

Es necesario equilibrar la faz egoísta del hombre con su cara más humana y solidaria.

Es preciso el nacimiento de una conciencia ecológica en las personas, que nos lleve a vivir de una manera más simple, en la cual se enfatice la calidad sobre la cantidad.

Pero esta nueva actitud no debe llevarnos a extremos de austeridad que nos impidan disfrutar de nuestro entorno, sino a un uso racional de los recursos que la naturaleza nos ofrece.

De esta forma evitaremos una alteración negativa del entorno y al mismo tiempo nos será posible disfrutar de él.

Es importante recalcar la dimensión global del problema ecológico. Esto es lo que nos permitirá encontrar las soluciones más adecuadas frente a la problemática que se nos presenta.

La búsqueda de estas soluciones debe ser el resultado de una tarea multidisciplinaria, pues este conflicto abarca a un conjunto de áreas.

El compromiso, entonces, debe ser social, político, económico, científico, sanitario y legal, pues a lo que se intenta arribar es a un cambio cultural.

Es aquí donde la Bioética realizará su aporte determinante. Su objetivo no es brindar varias miradas sobre un mismo tema sino conjurarlas en un diálogo entre la ética y la ciencia y así alcanzar, poco a poco, la concepción de una síntesis de conocimientos, que nos permita iniciar el cambio, el cual no debe ser apresurado, pues tratándose de ecología, un poco puede resultar mucho.

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NOTAS:



[1] Grün, Ernesto, Una visión sistemática y cibernética del derecho,Buenos Aires, Abeledo - Perrot,1995, p. 27.

[2] Fuente: Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable - Dirección Bosques.