sábado, 26 de marzo de 2011

America Latina: Estrategias para enfrentar los retos de la globalizacion
DAVID SCOTT PALMER
Aunque la asimetria y la dependencia siguen condicionando su desarrollo, America Latina ha implementado una serie de estrategias para enfrentar los retos de la globalizacion: la negociación de tratados de libre comercio, la diversificacion de los mercados para sus exportaciones, los estimulos a los productos no tradicionales y las iniciativas regionales o subregionalesde construccion de mercados comunes.
Incluso aquellos gobiernos que rechazan los efectos de la globalizacion no tienen mas remedio que mantenerse dentro de ella, aunque enfatizando el rol del Estado. En suma, las estrategias para insertarse en el mundo no suponen una novedad absoluta, sino mas bien un intento
de acomodarse mediante iniciativas pragmaticas y realistas que permitan
lograr los objetivos nacionales a través del aprovechamiento de los espacios que hoy ofrece la globalizacion. ¡ Introduccion Si definimos la globalizacion como un proceso de acercamiento fisico entre los paises y los pueblos del mundo en terminos de comunicacion, comercio y cultura, es bastante obvio que su dinamica internacional resulta inevitable. Todos tenemos que responder a ella, tanto individual como institucionalmente.
America Latina: estrategias para enfrentar los retos de la globalizacion
105
La globalizacion tiene varias causas, entre las cuales quizas la mas importante
sea la árevolucionâ comunicacional de los ultimos 20 o 30 anos: el transporte,
las telecomunicaciones y la expansion de internet.
No hay forma de que America Latina escape a este proceso global, aun si quisiera
hacerlo. En otras palabras, el rechazo a la globalizacion no es una opcion
en el mundo actual. Para los paises latinoamericanos, entonces, el reto es como
y de que forma aprovechar sus elementos positivos y reducir los efectos
negativos. Parte del problema radica en que los elementos principales de la
globalizacion, incluida la tecnologia que ha generado su extraordinaria aceleracion,
no se han originado en el Sur sino en el Norte, y tanto los pueblos del
Sur como sus gobiernos se encuentran sometidos a sus efectos sin capacidad
para controlarlos. Esta percepcion alimenta la reaccion contra la globalizacion
que hemos visto en los paises de America Latina en los ultimos anos.
Tambien hay que tomar en cuenta el contexto politico y economico latinoamericano,
que ha cambiado en forma dramatica respecto de los 60 y 70. Uno
de los resultados de estos cambios es una mayor capacidad de respuesta de
parte de los gobiernos de la region hacia los retos del mundo globalizado.
Desde el punto de vista politico, la democracia se ha generalizado en casi todos
los paises. Y, a pesar de sus multiples dificultades, se ha mantenido y ha
logrado rutinizarse electoralmente, con partidos de oposicion capaces de ganar
elecciones y asumir el poder por esta via. Una de las implicancias de la
transicion del autoritarismo a la democracia es que las inquietudes y los rechazos
a la globalizacion pueden expresarse electoralmente y producir gobiernos
que defienden programas y estrategias que buscan responder a los
efectos que ella produce en el ambito nacional.
En cuanto a la economia, casi todos los gobiernos democraticos han implementado
un modelo liberal que incluye la reduccion de las barreras aduaneras,
la privatizacion de las empresas estatales, el impulso a la inversion, tanto
extranjera como nacional, y la formacion o expansion de las bolsas para
fortalecer los mercados financieros. Estos cambios contribuyeron a la recuperacion
del crecimiento economico en los 90, despues de la ádecada perdidaâ
de los 80, en el inicio de una dinamica que se ha mantenido, e incluso acelerado,
en los primeros anos del nuevo milenio.
En suma, una combinacion de modelo economico neoliberal con mecanismos
democraticos que permiten correcciones en las politicas publicas cuando la
sociedad asi lo exige. Asi podemos apreciar lo que Jorge Castaneda ha definido
NUEVA SOCIEDAD 214
David Scott Palmer
106
como la ámarea rosaâ (pink tide) que se ha manifestado en varios paises, entre
ellos Venezuela, Argentina, Brasil, Uruguay, Bolivia y Ecuador, donde han
triunfado fuerzas de izquierda que cuestionan la globalizacion y sus efectos
negativos en sus naciones, mientras que en otros paises, como Mexico
y Peru, fuerzas de estas caracteristicas perdieron las elecciones por escaso
margen. A pesar de esta ola de apoyo popular a la izquierda, que
cuestiona el modelo economico neoliberal y la globalizacion, ninguno de
los gobiernos lo ha rechazado por completo. En este contexto, el gran desafio,
tanto para los lideres de izquierda como para los gobiernos de centro
o de derecha, es el siguiente: .como aprovechar las dinamicas de la
globalizacion para obtener los mayores beneficios posibles y evitar sus
efectos negativos?
¡ Marcos analiticos
Al evaluar las posibles estrategias de los gobiernos latinoamericanos, dos
marcos analiticos .la asimetria y la dependencia. permiten un enfoque centrado
en las posibilidades actuales. La
asimetria parte del analisis de las diferencias
economicas entre los paises centrales
como EEUU, con su consiguiente
capacidad de proyectar su poder, y los
paises mas pequenos, con capacidades
mas reducidas, como los de America
Latina. Por su parte, la idea de dependencia,
formulada originalmente por
intelectuales latinoamericanos y muy
de moda en los 60 y los 70, pone el enfasis en el modo en que las relaciones
economicas Norte-Sur tienden a desfavorecer a los paises mas chicos.
La aplicacion de estos marcos analiticos a realidades concretas arrojaba
siempre la conclusion de que los paises pequenos se encontraban tan subordinados
a las politicas de las naciones mas grandes que directamente
carecian de la capacidad para construir sus propias estrategias; es decir,
que estaban condenados a un juego de suma cero. Desde esta optica, la
globalizacion actual es una manifestacion mas del control del Norte sobre
el Sur.
Pero si partimos de la idea de un juego de suma positiva, que incluye la opcion
de que los participantes puedan ganar, cabe contemplar, aun dentro de
Al evaluar las posibles
estrategias de los gobiernos
latinoamericanos, dos marcos
analiticos .la asimetria
y la dependencia. permiten
un enfoque centrado en las
posibilidades actuales ¡
NUEVA SOCIEDAD 214
America Latina: estrategias para enfrentar los retos de la globalizacion
107
un contexto de asimetria y dependencia, la alternativa de que los mas pequenos
construyan espacios de maniobra propios. Esto les permitiria formular
politicas que, aunque siempre en el marco de dinamicas formuladas desde
afuera, no se encuentran totalmente subordinadas a ellas, lo cual implica que
son capaces de lograr sus propios objetivos sin convertirse en meros objetos
de la politica de los actores mas grandes. Por supuesto, los paises grandes
tambien se benefician de la relacion, aunque, por el principio de la asimetria,
obtienen menos beneficios en terminos relativos que los pequenos debido al
tamano mucho mayor de sus economias.
¡ Algunas estrategias factibles
Una de las estrategias que los gobiernos de los paises latinoamericanos pueden
seguir es la negociacion de tratados de libre comercio con un pais o un bloque
mas grande, como EEUU o la UE, para aprovechar las ventajas de un mercado mas
amplio. La ampliacion del mercado externo estimula la economia local y permite
mejorar tanto el empleo como los ingresos fiscales. Y produce efectos positivos
adicionales en la medida que tambien facilita la inversion extranjera.
El Tratado de Libre Comercio de America del Norte (TLCAN), firmado entre
Canada, Mexico y EEUU a principios de los 90, asi como los diversos acuerdos
suscriptos por Chile, han producido un efecto neto de por lo menos un punto
anual adicional de crecimiento para ambos paises. Si bien todavia no se
puede concluir un analisis de los efectos del Tratado de Libre Comercio de
America Central y la Republica Dominicana (Cafta-DR, por sus siglas en ingles)
con EEUU, asi como del que firmo Peru, las proyecciones de los beneficios
son similares a las de Chile y Mexico.
La segunda estrategia posible para los paises del Sur se basa en la expansion
de los mercados regionales e internacionales para diversificar la exportacion
de sus productos y las fuentes de importaciones y de inversion extranjera.
La emergencia de China como consumidor de los productos primarios de
America Latina y como proveedor de manufacturas abre posibilidades para
una importante diversificacion comercial. Otros paises y bloques, como la
India, Japon y la UE, tambien ofrecen oportunidades que algunas naciones,
entre ellas Chile, Peru, Mexico, Brasil y Venezuela, estan comenzando a
aprovechar.
Una tercera estrategia factible es la expansion de las relaciones economicas y
los lazos politicos entre los paises del Sur. El Mercosur, que conforman Brasil,
NUEVA SOCIEDAD 214
David Scott Palmer
108
Argentina, Paraguay y Uruguay, y la Comunidad Andina, que integran
Colombia, Ecuador, Peru y Bolivia, son dos ejemplos de este camino. Estos
acuerdos subregionales facilitan la expansion de los mercados, manteniendo
al mismo tiempo la independencia respecto de los grandes paises
del Norte. Otro ejemplo en esta perspectiva es el Banco del Sur, recientemente
creado, que cuenta con Venezuela y Brasil como sus principales
promotores y que tiene el proposito de facilitar el flujo de capitales sin las
restricciones propias de los prestamos de las instituciones financieras internacionales.
La iniciativa responde a la percepcion de que el Fondo Monetario
Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano
de Desarrollo (BID) se encuentran sometidos a los criterios financieros de
los paises centrales, especialmente de EEUU. Y esto tambien se refleja en la
politica economica de paises como Brasil y Argentina, que en los ultimos
cinco anos, gracias al crecimiento economico y la expansion de las exportaciones,
han logrado importantes superavits que les han permitido saldar
sus deudas con el FMI para librarse de sus condicionamientos.
Una cuarta estrategia, iniciada en algunos paises latinoamericanos en los ultimos
10 o 20 anos, es la diversificacion de las exportaciones mediante el impulso
a los productos no tradicionales. En linea con los esfuerzos de algunos
gobiernos para estimular el crecimiento economico a traves del incremento
de las exportaciones (export-led growth), paises como Brasil, Chile, Mexico y
Peru, entre otros, han logrado avances economicos impresionantes. Ademas,
el auge de los precios internacionales de los productos primarios, entre
ellos cobre, oro, hierro y petroleo, productos agropecuarios como la soja,
los granos y las frutas, asi como el ganado, han estimulado el crecimiento
de casi todos los paises de la region. Pero, mas alla de las ventajas derivadas
de los altos precios internacionales, algunos paises estan incorporando
nuevas tecnologias, como la elaboracion de etanol a base de cana de
azucar, para responder a la demanda, tanto nacional como internacional,
de alternativas energeticas.
La diversificacion de las exportaciones, junto con el alza de los precios internacionales,
genero un aumento de los recursos fiscales. Esto ha permitido
el aumento del gasto gubernamental en ciertos programas prioritarios,
sobre todo sociales. El alto indice de pobreza y de pobreza extrema, que se
incremento dramaticamente a partir de la crisis de los 80, es el principal reto
de America Latina. Hoy, sin salirse del marco de las politicas economicas
basadas en la liberalizacion del mercado, muchos paises han logrado
incrementar en forma significativa el gasto social, sobre todo en educacion,
NUEVA SOCIEDAD 214
America Latina: estrategias para enfrentar los retos de la globalizacion
109
salud, seguridad social y programas
de asistencia directa. Si
bien todavia falta mucho por
hacer, America Latina ha logrado
una reduccion importante de
los indices de pobreza .y, sobre
todo, extrema pobreza. en los
ultimos cinco anos.
En fin, mediante una combinacion de estrategias en el marco de la globalizacion,
la mayoria de los gobiernos de America Latina ha podido responder a
los nuevos retos y mejorar su situacion economica. Estos resultados positivos,
si se mantienen, sugieren que el modelo economico neoliberal adoptado hace
ya 15 anos, junto con las estrategias destinadas a aprovechar las ventajas de la
globalizacion, han permitido mejorar la situacion economica de los paises,
aun en un contexto de asimetria y dependencia.
¡ Una estrategia alternativa
Algunos paises, como Venezuela, Bolivia y Ecuador, buscan una respuesta
diferente en el marco de lo que Hugo Chavez ha llamado ásocialismo del
siglo XXIâ. La esencia de este esquema es el aumento del control interno del
gobierno sobre sus recursos naturales y estrategicos como la mejor forma
de conseguir mayores beneficios para sus ciudadanos. Es una manera viable
de proceder, pero tambien riesgosa, pues requiere capacidad tecnica y
fuentes de capital mas alla del sector privado y las instituciones financieras
internacionales.
Hasta ahora, solo Venezuela cuenta con excedentes de capital, generados por
el alto precio del petroleo, que le permiten implementar inversiones y programas
sociales internos y tambien apoyar a paises como Bolivia, Ecuador, Argentina
y Nicaragua, que comparten la misma perspectiva de expansion estatal.
Los pequenos paises del Caribe tambien se han beneficiado del petroleo
barato ofrecido por Venezuela. Por otro lado, el ya mencionado Banco del Sur
es una iniciativa importante impulsada por Venezuela, al igual que las propuestas
de inversiones en ambiciosos proyectos de infraestructura, como
gasoductos regionales, o programas locales de desarrollo, a traves de la Alternativa
Bolivariana para las Americas (ALBA). Con estas iniciativas, Venezuela
intenta construir una alternativa a las inversiones privadas y los prestamos
de las instituciones financieras internacionales.
Hoy, sin salirse del marco
de las politicas economicas
basadas en la liberalizacion
del mercado, muchos paises
han logrado incrementar en forma
significativa el gasto social ¡
NUEVA SOCIEDAD 214
David Scott Palmer
110
A pesar de las posibilidades que estos proyectos ofrecen, sobre todo como
una opcion mas para la diversificacion de las relaciones internacionales, lo
cierto es que todas ellas se desarrollan en el marco internacional de la globalizacion,
en el cual predomina el sector privado. Y hasta el momento, en ninguno de
los paises que buscan un camino alternativo (ni siquiera en Venezuela) se ha
registrado una disminucion de las actividades comerciales internacionales, y
ninguno ha dejado de aprovechar los beneficios que de ellas derivan.
En suma, la retorica antiglobalizacion no ha llegado a concretarse en hechos,
mas alla de los ajustes internos que apuntan a un mayor papel del Estado en
la economia. Pese a ello, en la medida que los altos precios internacionales del
petroleo se mantengan y Hugo Chavez siga en el poder, la nueva modalidad
de socialismo puede seguir siendo una alternativa para algunos paises de la
ámarea rosaâ. Pero ninguno de estos dos factores esta asegurado en el futuro.
Ademas, todos los paises seguiran moviendose en la realidad de la globalizacion,
que limita las posibilidades de transformacion hacia el socialismo, por mas
nuevo que sea. La perspectiva mas probable en estos tres casos, entonces, es la
creacion de economias mixtas adaptadas al mundo globalizado.
En suma, a pesar de las formulaciones analiticas e ideologicas que senalan lo
contrario, y aun en un contexto de asimetria y dependencia economica, America
Latina cuenta con ciertos espacios de maniobra. Parte de la explicacion
del fracaso del modelo economico que culmino en los 80 radica en las politicas
economicas estatizantes aplicadas por gobiernos generalmente autoritarios
que se negaban a aceptar los margenes de accion que existian, incluso en
un marco de asimetria y dependencia. En las decadas de 1960 y 1970 se logro,
es cierto, una reduccion de la dependencia economica, sobre todo comercial
y de inversiones, pero al costo de limitar las oportunidades internas, lo cual
dificulto la generacion de ingresos fiscales y la atraccion del capital necesario
para mantener y expandir el modelo. Este fracaso explica en buena medida la
busqueda de nuevas opciones economicas y politicas que derivo en la implementacion
de reformas de mercado y el avance de los procesos democraticos
en las ultimas decadas. Este doble camino, transitado en forma paralela a la
extension de la globalizacion, genera nuevas y mayores posibilidades para
los gobiernos de America Latina.
¡ Conclusiones
Las estrategias seguidas por la mayoria de los gobiernos latinoamericanos para
lograr sus metas en el contexto de la globalizacion incluyen la negociacion de
NUEVA SOCIEDAD 214
America Latina: estrategias para enfrentar los retos de la globalizacion
111
TLC, la diversificacion de los mercados para sus exportaciones y las fuentes externas
de inversion, los estimulos a los productos no tradicionales y las iniciativas
regionales o subregionales de construccion de mercados comunes.
Aunque todavia estan siendo implementadas, estas iniciativas representan
respuestas positivas a las oportunidades abiertas tanto por la globalizacion
como por los cambios internos registrados. Esta estrategia, junto con el aumento
de la demanda de los productos primarios tradicionales, ha producido
un crecimiento economico impresionante, que genera ingresos fiscales suficientes
para un incremento del gasto social.
Desde el punto de vista politico, la rutinizacion de la democracia en casi todos
los paises de la region ha permitido ajustar las politicas publicas cuando
los gobiernos no responden a las prioridades populares. Esto ha propiciado el
ascenso de lideres con propuestas diferentes, incluyendo aquellos que proponen
alternativas a la globalizacion, como Hugo Chavez en Venezuela, Evo
Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador, que impulsan un fortalecimiento
del rol del Estado en la economia y la aplicacion de condiciones mas
estrictas a los inversionistas privados. En el fondo, sin embargo, todos ellos siguen
funcionando en el marco de la globalizacion, aunque con un mayor enfasis
en el papel del Estado.
En suma, las estrategias de los gobiernos latinoamericanos para responder a
la globalizacion no suponen una novedad absoluta, sino mas bien un intento
de acomodarse a su dinamica mediante iniciativas pragmaticas y realistas que
permitan lograr sus objetivos nacionales a traves del aprovechamiento de los
espacios que hoy ofrece el mundo. Estas estrategias reflejan el reconocimiento
de que los paises de la region, aunque incapaces de cambiar la naturaleza
misma de la globalizacion, cuentan con buenas oportunidades para avanzar
en sus objetivos nacionales. Los datos mas recientes indican que han tenido
cierto exito y sugieren una continuidad, aunque por supuesto condicionada al
respaldo popular en los procesos electorales que, afortunadamente, ya son rutina
en casi toda America Latina.
La Globalización
El estado de cosas todavía no se ha alcanzado, pero que en parte ya existe y
hacia allí se va inexorablemente. Otros autores, distantes ideológicamente del
neoliberalismo, incurren no obstante en el error de la predeterminación al
definir por anticipado la economía globalizada como aquella en que el sistema
económico internacional adquiere completa autonomía y se desvincula
socialmente a medida que los mercados y la producción se vuelven integrados
y globales; en otras palabras, se anticipa que la economía globalizada es
un sistema global en el cual «las diferentes economías nacionales son subsumidas
y rearticuladas dentro del sistema por efecto de las transacciones y
procesos internacionales» (Hirst/Thompson, p. 10). Definida de esta manera
la economía globalizada, o a la manera de la Unctad, según la cual en la
economía global «los bienes, los factores de producción y los activos financieros
serían sustitutos casi perfectos en cualquier parte y ya no sería posible
considerar a las naciones-Estado como entidades económicas diferentes con
poder de decisión autónomo en la consecución de objetivos nacionales», la
economía global viene a ser un «tipo ideal» (aunque no a la manera weberiana),
que al contrastarlo con la economía realmente existente su diferencia es
obvia, por lo que se concluye que la globalización actual no existe, que lo
existente es tan solo un sistema de economías predominantemente nacionales
con elevados niveles de internacionalización. Discrepamos de las prefiguraciones
de la globalización. Ningún proceso histórico puede concebirse de
manera teleológica pues es esencialmente contingente, sujeto no solo a la
acción de fuerzas inanimadas sino ante todo a la acción de la comunidad
humana, que en última instancia es la que da origen a la globalización. Pero
además no creemos en la ineluctabilidad del desenlace, ya no solo por las
razones apuntadas sino porque consideramos que la forma actual de la globalización,
su desbridada carrera, su desembarazo de toda regulación y su
segregación de pueblos enteros condenados a la desesperanza, no puede ser
contenido por la sociedad misma. El hombre es el creador de la globalización
y nada autoriza a pensar que los medios que ha puesto en movimiento se
autonomizarán de la sociedad y actuarán ciegamente por su cuenta. La leyenda
de Frankenstein está reservada a la cinematografía.
Los criterios para discernir la globalización
Los fundamentalistas de la globalización están ideológicamente vinculados
con el mundo de los negocios; sus ideas y profecías tienen una audiencia
garantizada precisamente porque prefiguran el entorno donde la gran empresa
transnacional desea operar en el futuro. Para ablandar a la opinión
pública y reducir las oposiciones se presenta la globalización como
39 NUEVA SOCIEDAD 178
Globalización. Ordenar el debate y asignarle un imperativo ético A
p0rtes
Alfredo Guerra-Borges: investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad
Nacional Autónoma de México; miembro del Sistema Nacional de Investigadores; profesor de
Procesos de Integración en América Latina en la División de Posgrado de la Facultad de Ciencia
Política y Ciencias Sociales de la UNAM.
Palabras clave: capitalismo, epistemología de la globalización, pensamiento, América Latina.
Globalización
Alfredo Guerra-Borges
El presente artículo describe el actual debate
epistemológico sobre la globalización como atravesado
por intereses sociales e ideológicos. Hay distintos
paradigmas alrededor de los cuales se materializa la
disputa. Se señala el eje con que se enfoca la cuestión y
la categoría analítica en que se la encuadra. A modo de
conclusión, una breve reflexión sobre lo que debe ser el
buen uso de los paradigmas para beneficiarse de sus
ventajas y reducir sus desventajas.
Pese a que la literatura sobre globalización, principalmente la económica,
aumenta día tras día, no se cuenta todavía con una teoría general de
este fenómeno. Se dispone de numerosas definiciones de globalización que
van desde su reducción a una sola de las formas en que se manifiesta hasta
las más «descriptivas» que comprenden sus expresiones más importantes,
aproximándose de esta manera a la esencia del proceso. Pero es precisamente
en relación con esto último, con la cuestión epistemológica de qué es la
globalización, en donde la confrontación es hasta ahora irreductible. De allí
deriva la dispersión de criterios sobre los que es su causalidad (¿el cambio
tecnológico como factor monocausal o la combinación de varios factores interactuando
entre sí?); su trayectoria (¿un proceso histórico lineal hacia la economía
mundial plenamente integrada o un proceso esencialmente contingente
de desenlace impronosticable?); su periodización (¿fenómeno actual o de
Ordenar el debate y asignarle un imperativo ético
NUEVA SOCIEDAD 178 40
Alfredo Guerra-Borges A
p0rtes
siglos atrás, y en este caso desde cuándo); por último, el impacto de la globalización
sobre el orden social y político, incluida la cuestión de la supervivencia
o el fin del Estado.
El punto de partida
Mediante los paradigmas condensamos en un conjunto de categorías e ideas
básicas nuestra visión del mundo material y espiritual, que podemos emplear
explícitamente para delimitar nuestro espacio de reflexión, como tenerlas a
modo de trasfondo del discurso analítico a medida que nos adentramos en el
conocimiento del objeto de estudio, deslindando lo que tiene relevancia de lo
que no la tiene. El paradigma nos permite además disponer de un lenguaje
compartido, que utilizamos como herramienta analítica o de comunicación.
Junto a lo anterior, las desventajas de los paradigmas es que tienden a ignorar
la investigación realizada desde otras posiciones paradigmáticas o a considerarla
errónea y menospreciarla, lo cual si se lleva al extremo imposibilita la
comunicación y clausura la posibilidad de retroalimentarse mediante un
intercambio de resultados. (Sobre estas cuestiones y, en general, sobre la «globalización
ideológica», cf. Martínez González-Tablas.) En vista de lo anterior,
que es una argumentación atendible, nos parece la mejor opción el concepto
kuhniano de paradigma científico. Según Thomas S. Khun, la evolución de la
investigación científica sienta las bases teóricas y filosóficas del paradigma,
las cuales por todo un tiempo son compartidas como matriz disciplinar
común. En el proceso de las investigaciones con dicha matriz pueden evidenciarse
anomalías de diverso tipo, por lo que las teorías que condensa el
paradigma sufren modificaciones mediante la adopción de hipótesis ad hoc, o
bien en su relación con otras teorías. Cuando esas anomalías son muy importantes,
cuantitativa o cualitativamente, se abre un proceso de sustitución del
paradigma para dar paso a uno nuevo, que tenga mayor capacidad explicativa,
es decir, mayor capacidad para resolver los problemas concretos que
constituyen el campo de estudio. Para algunos autores el paradigma antiguo
no es sustituido por otro hasta que ya se cuenta con uno alternativo o al
menos ya está elaborado en sus principales elementos.
Cualquiera que sea el caso, el concepto general de paradigma kuhniano es lo
que para nuestro propósito interesa, con el agregado de que en nuestro parecer
la aludida sustitución de los paradigmas puede no implicar el reemplazo
total de uno por otro distinto, como ocurrió con el paradigma cosmológico
del geocentrismo por el copernicano heliocéntrico, sino que en un número
mayor de casos el paradigma sustituido no es otro que el anterior modificado
41 NUEVA SOCIEDAD 178
Globalización. Ordenar el debate y asignarle un imperativo ético A
p0rtes
sustancialmente por los nuevos aportes de la ciencia y de la praxis. En ciencias
sociales esto probablemente es más común que en otras ciencias.
Aceptado lo anterior, y adscritos los investigadores a una doctrina, cuerpo
coherente de ideas o concepción del mundo, en suma, un paradigma, creemos
que en la investigación académica, y con mayor razón en la práctica
social, en vez de recluirnos con exclusividad en un paradigma debemos
abrirnos a la comprensión de los demás, percibiendo en su distinta percepción
de la realidad lo nuevo, lo paralelo, lo convergente, lo incorporable a
nuestra propia percepción, cuya coherencia interna debe ser cuidadosamente
preservada para no caer en el extremo del eclecticismo, que es una forma
invertebrada de pensamiento.
Con tales premisas podemos decir ahora que el paradigma con que pensamos
la globalización articula elementos como los siguientes: la globalización
contemporánea existe y, por tanto, no es algo que solo en el pasado tuvo su
esplendor; no implica necesariamente universalidad; es un fenómeno multidimensional
y no un proceso exclusivamente económico; es un proceso
propio del capitalismo y no anterior a éste; los Estados no son víctimas pasivas
de la globalización sino agentes primordiales de ésta; la globalización no
es un proceso inmutable sino susceptible a la acción correctora de la sociedad.
Conviene aclarar que si bien los Estados desempeñan un papel crucial
en la creación de las condiciones para la globalización, ellos mismos sufren
mutaciones en su institucionalidad y sus funciones. Por otra parte, al autolimitarse
mediante la creación de instituciones a las que dotan de la competencia
para emitir normas internacionales, restringen su autonomía nacional
para tomar decisiones en materias antes reservadas a la soberanía. El paradigma
que hemos esbozado somera e imperfectamente implica la elección de
una categoría analítica, que en nuestro caso es el sistema. Concebir la globalización
en forma sistémica es tomarla como totalidad que integra otros
sistemas (ambiente, economía, política, cultura) que interactúan entre sí con
intensidad variable en el tiempo y en el espacio. Esto introduce la noción de
indeterminación de los resultados, que si bien admite el reconocimiento de
tendencias de curso claramente predecible, excluye la predecibilidad teleológica
de la globalización como algo cuyos rasgos definitorios es posible anticipar
desde ahora.
Los fundamentalistas de la globalización la profetizan como un fin de la
historia, como la consumación de una nueva época en que se entroniza el
mercado absoluto. En el mejor de los casos hacen la concesión de que este
NUEVA SOCIEDAD 178 42
Alfredo Guerra-Borges A
p0rtes
estado de cosas todavía no se ha alcanzado, pero que en parte ya existe y
hacia allí se va inexorablemente. Otros autores, distantes ideológicamente del
neoliberalismo, incurren no obstante en el error de la predeterminación al
definir por anticipado la economía globalizada como aquella en que el sistema
económico internacional adquiere completa autonomía y se desvincula
socialmente a medida que los mercados y la producción se vuelven integrados
y globales; en otras palabras, se anticipa que la economía globalizada es
un sistema global en el cual «las diferentes economías nacionales son subsumidas
y rearticuladas dentro del sistema por efecto de las transacciones y
procesos internacionales» (Hirst/Thompson, p. 10). Definida de esta manera
la economía globalizada, o a la manera de la Unctad, según la cual en la
economía global «los bienes, los factores de producción y los activos financieros
serían sustitutos casi perfectos en cualquier parte y ya no sería posible
considerar a las naciones-Estado como entidades económicas diferentes con
poder de decisión autónomo en la consecución de objetivos nacionales», la
economía global viene a ser un «tipo ideal» (aunque no a la manera weberiana),
que al contrastarlo con la economía realmente existente su diferencia es
obvia, por lo que se concluye que la globalización actual no existe, que lo
existente es tan solo un sistema de economías predominantemente nacionales
con elevados niveles de internacionalización. Discrepamos de las prefiguraciones
de la globalización. Ningún proceso histórico puede concebirse de
manera teleológica pues es esencialmente contingente, sujeto no solo a la
acción de fuerzas inanimadas sino ante todo a la acción de la comunidad
humana, que en última instancia es la que da origen a la globalización. Pero
además no creemos en la ineluctabilidad del desenlace, ya no solo por las
razones apuntadas sino porque consideramos que la forma actual de la globalización,
su desbridada carrera, su desembarazo de toda regulación y su
segregación de pueblos enteros condenados a la desesperanza, no puede ser
contenido por la sociedad misma. El hombre es el creador de la globalización
y nada autoriza a pensar que los medios que ha puesto en movimiento se
autonomizarán de la sociedad y actuarán ciegamente por su cuenta. La leyenda
de Frankenstein está reservada a la cinematografía.
Los criterios para discernir la globalización
Los fundamentalistas de la globalización están ideológicamente vinculados
con el mundo de los negocios; sus ideas y profecías tienen una audiencia
garantizada precisamente porque prefiguran el entorno donde la gran empresa
transnacional desea operar en el futuro. Para ablandar a la opinión
pública y reducir las oposiciones se presenta la globalización como un pro43
NUEVA SOCIEDAD 178
Globalización. Ordenar el debate y asignarle un imperativo ético A
p0rtes
ceso totalizador ante el cual resulta inútil toda resistencia. Así concebida, la
globalización es uno de los conceptos centrales del discurso neoliberal, del
pensamiento único, como con justeza se le ha denominado, por ser una forma
de pensamiento excluyente y uniformizante, una especie de religión económica
que anticipa la bienaventuranza para los países que sean fieles a sus
postulados. Sus hipótesis no comprobadas ni comprobables se imponen, sin
embargo, como axiomas gracias a que los principales órganos de información
económica las reproducen incesantemente con la certeza de que «en nuestras
sociedades mediáticas, repetición equivale a demostración»1. Probablemente
ello explique que una parte muy importante de la producción literaria sobre
globalización ajena a las alucinaciones, esté consagrada a la refutación de los
argumentos de los hiperglobalistas. Es, sin duda, una labor sumamente
necesaria; de lo contrario el debate sería desplazado por la conformidad. Sin
embargo, se cuenta ya con una argumentación científica suficiente y podría
pasarse a una nueva etapa del debate, a la que posteriormente haremos muy
breve referencia. Sin pretender abrir los ojos a quienes no quieren ver pues su
oficio es otro que la verdad (ya lo dijimos antes, son los intereses de las
grandes transnacionales a los que sirve su discurso), consideramos que en el
campo del estudio objetivo de la globalización pueden reducirse las discrepancias
si hay acuerdo sobre un mínimo de criterios de estimación que faciliten
discriminar lo que es o no globalización. Por supuesto, tales criterios o
pautas metodológicas tienen un valor analítico relativo, no pretendemos
presentarlos como la huella digital de la globalización.
Un primer criterio es considerar que la globalización es un proceso de creación
de redes de interdependencia entre regiones que cumplen con los siguientes
requisitos de las interconexiones. En primer lugar, el requisito de que
los acontecimientos y las decisiones en una de las partes tengan significación
o consecuencias en la otra. Esto es lo que se quiere decir al hablar de redes de
interdependencia. Con el concepto de interdependencia hacemos referencia a
situaciones caracterizadas por la existencia de efectos recíprocos entre países
de modo que los sucesos en una parte tienen repercusión en otra. En estricto
sentido puede hablarse de interdependencia cuando la dependencia es recíproca,
como la existente entre Estados Unidos y la Unión Europea. Pero
entendido el término en su sentido lato, que es lo habitual, el concepto incluye
la existencia de una interacción que no necesariamente tiene que ser
simétrica. Hay interdependencia entre EEUU y América Latina, ciertamente
muy asimétrica pero de ninguna manera menospreciable. En segundo lugar,
1. I. Ramonet cit. por Martínez González-Tablas.
NUEVA SOCIEDAD 178 44
Alfredo Guerra-Borges A
p0rtes
para llegar a constituir un proceso de globalización la interdependencia debe
ser creciente y, en consecuencia, las relaciones sistémicas entre las diferentes
redes deben ser cada vez más importantes. Al llegar a cierto punto la interdependencia
económica afecta también los aspectos sociales, culturales y
ambientales, y éstos, a su vez, tienen su correspondiente incidencia sobre las
relaciones económicas.
El ritmo de crecimiento de las redes de interdependencia tiene que ver, en
primer lugar, con el desarrollo de las tecnologías disponibles, y en segundo
lugar con acontecimientos políticos o económicos que pueden obstaculizarlo.
En cuanto a lo primero (las tecnologías) el ritmo de profundización de las
redes de interconexión e interdependencia es muy sensible a las tecnologías
disponibles. Salta a la vista que los cambios profundos registrados por las
tecnologías de comunicación han impreso un ritmo acelerado al desarrollo de
interconexiones de todo orden: se ha acortado el tiempo del transporte y se
ha reducido su costo; las transacciones financieras a veces pueden ser casi
instantáneas, ahora las grandes empresas pueden diseñar estrategias mundiales
desde un solo centro o desde un reducido número de centros regionales,
etc.
Por el contrario, el limitado desarrollo de las tecnologías puede hacer que
el ritmo de crecimiento de las redes de interconexión sea muy lento. Si la
lentitud del proceso de gestación de las interconexiones es considerable,
resulta legítimo preguntarse si se está realmente ante un proceso de globalización
o en una situación precursora de ésta, toda vez que ningún proceso
histórico cobra cabal existencia sino hasta después de un periodo en que
completa su configuración. Para el caso puede considerarse la datación del
origen de la globalización. De igual manera que los historiadores han elegido
el descubrimiento de América por los europeos como una fecha conveniente
para separar la Edad Media y la Edad Moderna, así algunos teóricos de la
globalización opinan que la primera onda tuvo lugar a partir de los descubrimientos
geográficos de los siglos XV y XVI. Vilas anota que la globalización es
un proceso de desarrollo multisecular cuyo origen se encuentra en los siglos
XV y XVI, es decir, en la época de los grandes descubrimientos geográficos
(Vilas). A diferencia del concepto sintético de «la globalización tiene 500
años», datación contundente que como un hoyo negro estelar absorbe toda
posible diferenciación de emprendimientos y concreciones de la globalización
en los cinco siglos transcurridos desde Colón y Magallanes, el planteamiento
de Vilas tiene la virtud de entender la cuestión del origen de la globalización
como el punto a partir del cual sus atributos fueron emergiendo y
45 NUEVA SOCIEDAD 178
Globalización. Ordenar el debate y asignarle un imperativo ético A
p0rtes
configurándose, que no es lo mismo que datar la globalización como hecho
consumado 500 años atrás. Por supuesto, se puede entender también de esta
manera, pero al menos existe la interpretación alternativa, por la cual nos
inclinamos.
Pensemos por un momento que durante la mayor parte del siglo XVI, no obstante
los descubrimientos y la colonización española y portuguesa, el comercio
del Mediterráneo tuvo más importancia que el realizado con el Atlántico
y con Asia (Universidad de Cambridge). Por otra parte, el ritmo de crecimiento
de las conexiones establecidas con el Nuevo Mundo por España y
Portugal era sumamente lento y con base en un comercio de muy pobre composición
y volumen (cargamentos de unas 50 toneladas), como correspondía
en ambos casos al estado de la tecnología disponible hasta quizás el siglo XVIII
(Ferrer). La lentitud puede ilustrarse con el hecho de que los convoyes organizados
para proteger de los piratas el comercio entre la metrópoli y las colonias
americanas partían de España en mayo de cada año. Los galeones que
también participaban en el intercambio lo hacían en agosto. Y el regreso a la
metrópoli se emprendía hasta marzo y abril del año siguiente. Hechos como
estos nos inducen a ver la época de los grandes descubrimientos geográficos
como precursora de la globalización que tuvo lugar en un periodo posterior.
La cuestión primordial de la periodización de la globalización es el reconocimiento
de la identidad de las distintas épocas comprendidas en los cinco
siglos transcurridos después de Colón y Magallanes. En cada una ha habido
un grado particular de desarrollo económico con su singular manera de
organizarse el capitalismo, un tipo particular de instituciones y de cultura
correspondientes a ese desarrollo, un orden internacional peculiar del periodo.
La internacionalización del capital, que para algunos autores es equivalente
a globalización, se inició hace siglos, pero la globalización no es simplemente
capitalismo en acción sino capitalismo como proceso civilizatorio
afecto a la mudanza de la historia. El ritmo, la dinámica mayor o menor de
las redes de interconexión e interdependencia puede ser favorecido u obstaculizado
también por razones no tecnológicas, como son las de orden político.
La enemistad entre los Estados, y más aún las guerras, pueden detener y
hasta revertir las interconexiones ya establecidas, lo que en definitiva se
traduce en situaciones de paralización o reversión de la globalización. Un
freno igualmente poderoso de la dinámica de las redes de interconexión son
las crisis económicas. Lo saben muy bien las empresas transnacionales y sus
líderes políticos, por lo que al desencadenarse la crisis asiática en 1997 el
Grupo de los Siete movilizó, en pocos meses 100.000 millones de dólares en
NUEVA SOCIEDAD 178 46
Alfredo Guerra-Borges A
p0rtes
préstamos (PNUD 1997, p. 100), cuando en circunstancias ordinarias pasan
años para que decidan el desembolso de sumas comparativamente insignificantes
para fines de desarrollo o de alivio de la deuda externa.
La aceleración de los intercambios y el consiguiente fortalecimiento del tejido
de las interconexiones mundiales tiene como resultado que la interdependencia
adquiera mayor consistencia. Esta es una de las características que definen
con mayor certeza la existencia de un proceso de globalización. Como
resultado de la solidez que adquieran las interconexiones puede ocurrir que
acontecimientos de moderada importancia en un país o en una región tengan
efecto catalítico de sucesos de importancia mucho mayor en otras partes del
mundo. A este respecto el mejor ejemplo es la crisis financiera en un pequeño
país subdesarrollado como Tailandia que, sin embargo, desencadenó en 1997
el huracán de la crisis asiática que hizo estremecer a la economía mundial.
«Así (en la globalización) no puede excluirse del todo que la teoría del caos de
los meteorólogos tenga también algo que decir en el caso de la economía: las
pequeñas perturbaciones del sistema, al principio apenas observables, pueden
provocar con el tiempo cambios dramáticos» (Küng, p. 227).
Respecto de la dinámica de la interconexión y la interdependencia excluimos
la hipótesis de una interdependencia estacionaria, pues mediando la premisa
de que la globalización es un sistema que integra otros sistemas en recíproca
interacción, ello excluye la posibilidad de que sea un sistema en estado de
equilibrio. Pero si bien el estado estacionario de la globalización está excluido,
no lo está la desglobalización, es decir, un proceso en que antes que
crecer, decrece la interdependencia, se debilitan o se extinguen algunas, pocas
o muchas, interconexiones, como ocurrió con las que había establecido la
globalización en 1870-1914. Como resultado de la Primera Guerra Mundial
en 1914-1918, pero sobre todo como consecuencia de la Gran Depresión en los
años 30 y de la Segunda Guerra Mundial en la década siguiente, el escenario
levantado en el último tercio del siglo XIX se desmanteló o sufrió daños muy
severos, cuya reconstrucción con nuevos diseños y materiales tomó aproximadamente
medio siglo, o quizás más tiempo. Tomando como base el producto
interno bruto mundial, téngase en cuenta que la inversión extranjera
directa, pieza fundamental del ajedrez de la globalización, en 1913 constituía
9% y no fue sino hasta 1991 que representó 8,5%; las exportaciones de 17
países industriales para los que se dispone de datos eran, en cifras redondas,
13% en 1913 y 14,5%; en tercer lugar, las transferencias de capital todavía en
1997 no habían alcanzado el nivel que tuvieron en el decenio 1890 (PNUD
1997, p. 93). Otro criterio a considerar es que la globalización implica que las
47 NUEVA SOCIEDAD 178
Globalización. Ordenar el debate y asignarle un imperativo ético A
p0rtes
redes de interconexión sean multicontinentales. No son globalizantes, por
ejemplo, las existentes en el Mercado Común Centroamericano, no obstante
que desde fines de los años 60, por efecto de la integración económica regional,
los países centroamericanos son económicamente interdependientes. De
igual manera, la interdependencia entre EEUU y América Latina no es globalización.
Pero si se llegara a la creación del Area de Libre Comercio de las
Américas (ALCA) cabe hacerse la pregunta: ¿la integración económica de
todo un hemisferio es solamente regionalización? Nuestra respuesta es afirmativa.
La UE y el llamado «bloque asiático» son usualmente vistos como
casos de regionalización. ¿Si no fueran conjuntos de regionalización tendría
sentido que de tiempo en tiempo EEUU y la UE examinen la posibilidad de
concluir un acuerdo de libre comercio?
La particularidad del ALCA es que el comercio de América Latina con EEUU
tiene mucha menos importancia que el de este país con Europa y Asia. No se
puede decir lo mismo de lo que para Alemania representa Europa y el sur y
sudeste asiáticos para Japón. En el hemisferio occidental son Canadá y México
los que concentran la mayor parte del interés político y económico de
EEUU, y ambos países ya están vinculados a éste por un acuerdo de libre
comercio. Tan solo el comercio con México es mucho mayor que el de EEUU
con el resto de América Latina. Por consiguiente, en sí mismo el ALCA no es
primordial para EEUU como regionalización sino como un espacio de preferencias
frente a sus rivales mundiales Europa y Asia. O sea, si se llegara a
concretar el ALCA, para EEUU significaría menos como regionalización que
como espacio subordinado a su vocación de globalización, lo que imprimiría
al ALCA un rasgo singular.
El aporte de Held
El análisis de la globalización ganaría mucho en precisión y profundidad
utilizando el concepto de formas históricas de la globalización propuesto por
Held, las cuales serían la suma de los atributos espacio-temporales y organizativos
de la interconexión global en periodos históricos discretos. Held
argumenta consistentemente que para distinguir los hechos nuevos de la
globalización en cualquier época, se requiere contar con un sistema analítico
que haga posible organizar la investigación histórica comparativa y de esta
manera identificar los rasgos más característicos, las continuidades y las
diferencias de unas épocas a otras. En otras palabras, sus atributos espaciotemporales
y organizativos. Contar con algunos criterios de diferenciación de
los procesos de globalización ha sido la idea que presidió las propuestas que
NUEVA SOCIEDAD 178 48
Alfredo Guerra-Borges A
p0rtes
presentamos anteriormente, pero Held lo hace en forma metodológicamente
muy precisa y para el efecto propone emplear cuatro categorías analíticas,
que denomina dimensiones espacio-temporales, cuya aplicación a la indagación
de cada época haría posible la evaluación cualitativa y cuantitativa de las
formas históricas de la globalización. Las cuatro dimensiones son las siguientes:
la extensión alcanzada por los sistemas globales; la intensidad de las
interconexiones globales; la velocidad de las corrientes globales; y el impacto
de las interconexiones globales. El concepto de extensión lo entendemos en el
sentido de que comprende no solo la amplitud geográfica alcanzada por un
sistema global sino también la aptitud que éste tenga para ampliar los espacios
comprendidos, su «extensividad» como la denomina Held, para quien,
además, la globalización implica que las conexiones de los países y regiones
tengan naturaleza regular, es decir, que no sean ocasionales o aleatorias,
condición muy juiciosa a la que en la actualidad tendríamos que agregar la
creación del sistema de normas internacionales en obsequio del cual los
Estados ceden partes de su soberanía.
La segunda dimensión hace referencia al grado de madurez de la interdependencia
establecida entre las partes concernidas, y en ambos casos hay que
entender que entre ellas existe una correlación positiva con el avance alcanzado
en cuanto a las tecnologías de transporte, comunicación y otros medios,
pues a medida que éstas facilitan el movimiento de las mercancías, las personas,
los capitales y las ideas, se abre la posibilidad de estrechar los vínculos
que entrelazan a las naciones y de incorporar nuevos espacios al sistema
global. Si en un determinado periodo las cuatro dimensiones espacio-temporales
estuvieran presentes, ello indicaría que nos encontramos frente a la
forma histórica de la globalización que es propia de ese periodo en particular.
Sin embargo, con esto no se habría completado la caracterización de tal forma
histórica, aunque en lo fundamental ya se contaría con los elementos principales
para singularizarla. La presencia conjugada de las cuatro dimensiones
nos revela la estructura económica de un determinado patrón histórico de la
globalización. En consecuencia, el siguiente paso es conocer las dimensiones
políticas, sociales y culturales que imprimen a dicho patrón su identidad
peculiar e inconfundible.
Globalización como proceso espacio-temporal
Lo que llevamos apuntado implica la condición de tener siempre presente
que al analizar la globalización hacemos referencia a procesos espacio-temporales
de cambio en la organización y la actividad de las colectividades humanas
49 NUEVA SOCIEDAD 178
Globalización. Ordenar el debate y asignarle un imperativo ético A
p0rtes
como resultado de su creciente vinculación e interdependencia. Al no tener
en cuenta la naturaleza espacio-temporal de esos procesos, diversos autores
sacan conclusiones erróneas al dejarse llevar por las apariencias. Así, por
ejemplo, la revolución de las comunicaciones ha llevado a algunos autores a
decretar «la muerte de la distancia»; se dice ahora que la geografía ya no
existe. Todo esto no pasan de ser alucinaciones globalistas. Por supuesto, la
distancia puede ser irrelevante en el caso de un lote de acciones que adquiere
en Londres un corredor de bolsa de Hong Kong para su cliente en Ciudad del
Cabo. La operación financiera se realiza de manera instantánea con independencia
de la distancia. Pero aun en este caso extremo no puede ignorarse que
la operación se realizó entre tres ciudades que están situadas en diferente huso
horario y, por lo tanto, a distinta hora del día debido a la distancia, lo que
no es indiferente para el destinatario final de la operación en Ciudad del Cabo.
En lo tocante a la globalización económica, la instantaneidad de las operaciones
financieras no es aplicable a las asociadas al comercio de mercancías y servicios,
pues en ambos casos el intercambio implica tiempos y costes directamente
vinculados con la distancia geográfica. Asimismo, en ese tipo de
globalización cuenta mucho la geografía, como lo ilustra la preferencia de las
transnacionales por organizar regionalmente sus operaciones en vez de hacerlo
desde un centro mundial, a fin de reducir costos pero también de estar
más cerca de los hábitos, la cultura y las tradiciones de los consumidores. En
la globalización ambiental la naturaleza emerge como realidad global, según
apunta Martínez González-Tablas, lo que debe entenderse en el sentido de
que hechos que ocurren en diferentes partes del mundo, como las emanaciones
de gases tóxicos en los países industriales, afectan profundamente los
sistemas físico y biológico mundiales, como es el caso del calentamiento global
o el adelgazamiento de la capa de ozono. También en este caso las consecuencias
de estos fenómenos no son las mismas ni se hacen sentir con igual
intensidad en todos los países debido precisamente a su diversa localización
geográfica, a la distancia que media entre ellos. En el caso de la globalización
cultural la transmisión de conocimientos científicos y técnicos, lo mismo que
de información, de modas, influencias religiosas o estilos de vida puede ser, y
a menudo en efecto es, sumamente rápida con independencia de la distancia,
no obstante lo cual su incorporación a la cultura nacional puede tomar muchos
años. Ese plazo puede caracterizarse apropiadamente como distancia
cultural, pues en tanto esa incorporación no haya tenido lugar no se materializa
la globalización cultural. La difusión masiva de las concepciones «occidentales
» sobre el Estado y la democracia se espera que tenga como consecuencia
la remodelación de las sociedades de países en desarrollo. Sin embargo, la
NUEVA SOCIEDAD 178 50
Alfredo Guerra-Borges A
p0rtes
experiencia de más de un siglo muestra claramente que «las sociedades tradicionales
pueden responder eficazmente a las demandas internas de cambio
institucional desarrollado a lo largo de un periodo relativamente largo, pero
son generalmente incapaces de cambios institucionales rápidos para satisfacer
demandas provocadas por los contactos extranjeros» (Guerra-Borges
2000, p. 20).
Así pues, aunque el flujo de ideas y patrones de vida sea muy intenso, y
efectivamente lo es gracias a los medios técnicos de que ahora se dispone,
mientras esas influencias no se inscriban en las instituciones y en el funcionamiento
cotidiano de las sociedades, serán apenas como el destello fulgurante
de una galaxia que no obstante viajar a la velocidad de la luz tarda siglos en
recorrer la inmensa distancia que la separa de la Tierra, y en ésta no se tendrá
conocimiento de su existencia ni se le incorporará a la cartografía del universo
hasta que la luz galáctica haya alcanzado nuestro planeta. Finalmente,
creemos necesario advertir que toda diferenciación de los periodos y formas
de la globalización tiene mucho de convencional y siempre tiene un carácter
relativo, pues en la historia no hay discontinuidades absolutas, en todas las
épocas la humanidad ha sido heredera de lo que construyó en el pasado.
Naturaleza esencial de la globalización
La propuesta de criterios delimitatorios de este fenómeno no llega, sin embargo,
a la cuestión central de qué es la globalización como proceso histórico, a
qué proceso esencial profundo responde el surgimiento de los hechos, rasgos
o atributos que se atribuyen a las definiciones más enumerativas con que se
cuenta. Dicho de otra manera, una cosa es enumerar los hechos en que se
manifiesta y otra muy distinta qué es el proceso en sí. Para algunos autores la
globalización es internacionalización del capital o simplemente del capitalismo.
Para otros es equivalente a interdependencia económica (Saxe-Fernández).
Esta es resultado de la internacionalización del capitalismo, cuya principal
consecuencia ha sido la implantación de las formas sociales de producción
capitalista en nuevas naciones y su incorporación al mercado mundial. Por lo
tanto, esta definición de la globalización puntualiza solo un rasgo esencial
del fenómeno, en el primer caso, y un resultado principal en el segundo, pero
no dilucidan cuáles son los rasgos que diferencian a aquélla de la de otros
periodos.
He sugerido en otro lado que con la globalización estamos ante un proceso
por el cual el capitalismo pasa de una estructura social de acumulación a otra
51 NUEVA SOCIEDAD 178
Globalización. Ordenar el debate y asignarle un imperativo ético A
p0rtes
basada en el uso de nuevas fuerzas productivas, que en nuestro tiempo
incluyen, por primera vez, a la ciencia. En consecuencia, hemos manifestado
que la globalización es el proceso mediante el cual el capitalismo reestructura
la economía mundial en consonancia con el establecimiento de un nuevo
régimen de acumulación, que se sustenta en nuevos principios generales de
organización del trabajo y de uso de las tecnologías avanzadas disponibles,
para recuperar, mantener o elevar la tasa de ganancia que haga posible la
reproducción del sistema (Guerra-Borges 2002). Siguiendo a Lipietz2 el régimen
de acumulación (o estructura social de la acumulación) se define como
el modo de transformación estable durante periodos prolongados de las
normas de producción, distribución e intercambio de la economía capitalista
de mercado. Cabe entonces preguntar: ¿a qué régimen de acumulación
sustituye el que comenzó a instaurarse aproximadamente en los años 70?;
¿cuáles son las normas e instituciones que ahora son reemplazadas o se
pretende reemplazar? El régimen de acumulación que se desplaza es el que
conocemos como capitalismo fordista, la estructura económica internacionalmente
dominante después de la Segunda Guerra Mundial. El garante del
sistema fue EEUU. Este régimen de acumulación descansaba en el incremento
de la demanda interna y, en consecuencia, en la elevación regular de los
salarios, el mantenimiento del nivel de competitividad mediante la incorporación
sostenida de tecnología y la ampliación del mercado interno con base
en una amplia intervención estatal y de compromisos de clase institucionalizados.
En lo fundamental el fordismo se organizó bajo una forma nacional. El
comercio exterior no tenía la importancia que adquirió con posterioridad. Al
inicio de los años 70 llegó a su fin la fase de acumulación ininterrumpida del
capital más prolongada que ha conocido el capitalismo desde la Primera
Guerra Mundial. Tuvo lugar una nueva crisis económica de alcance global,
en la quedó de manifiesto que el modo de acumulación y regulación fordista
no podía seguir garantizando la tasa de ganancia del capital. La globalización
contemporánea es la respuesta y el desmantelamiento del Estado de bienestar
su meta.
Globalización e imperativo ético
La ofensiva contra los derechos y conquistas sociales y económicas del Estado
de bienestar ha sido general y en todos los frentes. Como consecuencia,
«en el umbral del III milenio cada uno puede constatar que la incertidumbre
ha llegado a ser la única certidumbre» (Ramonet, p. 17). Nadie acierta a
2. Agradezco al autor que me haya proporcionado copia de su manuscrito.
NUEVA SOCIEDAD 178 52
Alfredo Guerra-Borges A
p0rtes
anticipar como será su futuro porque en su presente todo lo que ve es que
está perdiendo lo poco o mucho que había llegado a ganar. Los países desarrollados,
el club de los países ricos en la sociedad mundial, son ahora más
ricos y concentran una porción mayor del ingreso mundial que antes, y sin
embargo es allí donde ahora presenciamos los movimientos de oposición más
poderosos y bien organizados contra la globalización y las instituciones
financieras internacionales. «Las sociedades occidentales no se ven más
claramente en el espejo del futuro; parecen atormentadas por el desempleo,
ganadas por la incertidumbre, intimidadas por el choque de las nuevas
tecnologías, perturbadas por la mundialización de la economía, preocupadas
por la degradación del medio ambiente y fuertemente desmoralizadas por
una corrupción galopante» (Ramonet, p. 15).
En América Latina, la región del mundo donde se fue más lejos en la aplicación
de las reformas neoliberales, ha quedado atrás el optimismo con que los
gobiernos saludaron hace 15 años el Consenso de Washington, decálogo de
tales reformas. Como lo admiten la Cepal y el BID, la prometida estabilidad
dista mucho de haberse conseguido y en vez de ello constatan ahora que la
inestabilidad no solo sigue siendo una dolencia crónica latinoamericana sino
que tiene consecuencias aún más graves. El desarrollo prometido que se
asociaba a la liberalización y el Estado mínimo se contrasta ahora con hechos
lacerantes como que de seis regiones del mundo por su nivel de ingreso medio,
América Latina en 2000 solo aventajaba a Africa, cuando en la década de
1950 se colocaba en segundo lugar después de los países desarrollados. Se
depositaron todas las esperanzas en el arribo liberalizado del capital extranjero,
pero aunque en los últimos 15 años se ha recibido tres veces más inversión
extranjera que en la década de 1970, se ha crecido apenas a un ritmo anual
equivalente a 50%, aproximadamente, de la tasa de crecimiento promedio en
las tres décadas de desarrollo con intervención del Estado.
La liberalización económica fue presentada al mundo en desarrollo como la respuesta a estrategias
ineficientes asociadas a la protección comercial, a los altos niveles de intervención estatal y a
la captación de rentas por parte de los agentes económicos que dichas estrategias generaban. Fue
presentada también como la forma de aprovechar plenamente las oportunidades que ofrecía la
globalización ... En los últimos años se ha producido un intenso cuestionamiento acerca de la
sabiduría de esta visión ... En términos más generales, la insatisfacción con los resultados de las
reformas es cada vez mayor (Ocampo, pp. 3-4).
Quizás la más elocuente constatación del fracaso, por provenir de donde
proviene, es un documento del Diálogo Interamericano, El disenso de Washington,
publicado en 2000 al término de un balance de haber aplicado con tan
refinado apego el Consenso. Esta situación dramática, que aqueja lo mismo a
53 NUEVA SOCIEDAD 178
Globalización. Ordenar el debate y asignarle un imperativo ético A
p0rtes
los pueblos de los países desarrollados que a los del mundo en desarrollo,
constituye para la comunidad académica una oportunidad excepcional para
hacer valer su compromiso de luchar por la recuperación de lo que se ha
perdido. En un mundo que tiene a su disposición los medios técnicos y económicos
para elevar radicalmente la calidad de vida de toda la humanidad, y
no solo de una parte minoritaria, se ha obtenido el resultado inverso y eso
coloca en posición defensiva a quienes en el pasado proclamaban con arrogancia
la eficacia de sus políticas. Debemos admitir que ante la ofensiva
neoliberal las comunidades académicas se sintieron desconcertadas, perdieron
de pronto la voz y tartamudearon sus posiciones, temerosas de que se les
señalara como portadoras de ideas trasnochadas. Eso se acabó. Por eso dijimos
en otra parte que, contándose ya con un rico arsenal de argumentos para
demostrar la falta de fundamento del discurso globalista neoliberal, en lo
sucesivo la dirección principal de la investigación debería ser la elaboración
de una agenda constructiva sobre la globalización. Damos a entender con
esto que no solo se debe denunciar de manera bien fundada las consecuencias
antisociales de la globalización sino a la par formular vías de solución,
caminos alternativos que puestos a disposición de la sociedad atropellada
ésta les infunda vida y viabilidad.
Antes que ser un proceso frente al cual no cabe hacer resistencia alguna
porque lo impulsa con ciega necesidad la incesante introducción de nuevas
tecnologías, la globalización tiene hasta ahora los rasgos antisociales que se
denuncian con creciente frecuencia debido al curso, a la modalidad y al ritmo
que le han impreso quienes detentan posiciones de gobierno y de subordinación
(como el FMI, el Banco Mundial y la OMC), en asociación con las
grandes transnacionales. La globalización no es un proceso inmutable sino
susceptible de la acción correctora de la sociedad. Teniéndolo presente creemos
que al mismo tiempo que se continúa el contraataque a la ofensiva ideológica
de los promotores de una globalización tipo apartheid, debe inaugurarse
en el mundo académico una ofensiva ideológica democrática, responsable
y solidaria en que asociemos globalización y destino humano.
Bibliografía
Bauman, Zygmunt: La globalización, consecuencias humanas, Fondo de Cultura Económica, Buenos
Aires, 1999.
Ferrer, Aldo: Historia de la globalización. Orígenes del orden económico mundial, Fondo de Cultura
Económica, Buenos Aires, 1996.
Guerra-Borges, Alfredo: Guatemala, el largo camino a la modernidad, Instituto de Investigaciones
Económicas - UNAM, México, 2000.
NUEVA SOCIEDAD 178 54
Alfredo Guerra-Borges A
p0rtes
Guerra-Borges, Alfredo: Globalización e integración latinoamericana, Instituto de Investigaciones
Económicas - UNAM / Siglo XXI, México, 2002, en prensa.
Held, Anthony et al.: Global Transformations, Stanford University Press, 2000.
Hirst, Paul y Graham Thompson: Globalization in Question, Polity Press / Blackwell Publishers,
Cambridge, 1996.
Küng, Hans: Una ética mundial para la economía y la política, Fondo de Cultura Económica, México,
2000.
Martínez González-Tablas, Angel: Economía política de la globalización, Ariel, Barcelona, 2000.
Lipietz, Alain: «Fordism and Democracy» en Ash Amin: Post-Fordism. A Reader, Blackwell Publishers,
Londres, 1994.
Lipietz, Alain: «Le monde de l’aprés-fordisme», 1995, manuscrito.
Ocampo, José Antonio: Retomar la agenda del desarrollo, Cepal, Santiago de Chile, 2001.
PNUD: Informe sobre Desarrollo Humano 1997, Madrid, 1997.
PNUD: Informe sobre Desarrollo Humano 1998, Madrid, 1998.
Ramonet, Ignacio: Geopolitique du chaos, Gallimard, París, 2001.
Rodrik, Dani: Has Globalization Gone Too Far, Institute for International Economics, Washington,
D.C., 1997.
Saxe-Fernández, John: «Globalización e imperialismo» en John Saxe-Fernández (coord.): Globalización:
crítica a un paradigma, Instituto de Investigaciones Económicas - UNAM / Plaza Janés,
México, 1999.
Vilas, Carlos: «Siete ideas falsas sobre globalización» en John Saxe-Fernández (coord.): Globalización:
crítica a un paradigma, Instituto de Investigaciones Económicas - UNAM / Plaza Janés,
México, 1999.
Unctad: Trade and Development Report, Ginebra, 1997.
Universidad de Cambridge: Historia del mundo moderno, tomo I, «El Renacimiento, 1493-1520»,
Ramón Sopena, Barcelona, s.f.
55 NUEVA SOCIEDAD 178
Globalización. Ordenar el debate y asignarle un imperativo ético A
p0rtes
NUEVA SOCIEDAD 178 56
Alfredo Guerra-Borges A
p0rtes
57 NUEVA SOCIEDAD 178
Globalización. Ordenar el debate y asignarle un imperativo ético A
p0rtesNUEVA SOCIEDAD 178
Globalización. Ordenar el debate y asignarle un imperativo ético A
p0rtes
sustancialmente por los nuevos aportes de la ciencia y de la praxis. En ciencias
sociales esto probablemente es más común que en otras ciencias.
Aceptado lo anterior, y adscritos los investigadores a una doctrina, cuerpo
coherente de ideas o concepción del mundo, en suma, un paradigma, creemos
que en la investigación académica, y con mayor razón en la práctica
social, en vez de recluirnos con exclusividad en un paradigma debemos
abrirnos a la comprensión de los demás, percibiendo en su distinta percepción
de la realidad lo nuevo, lo paralelo, lo convergente, lo incorporable a
nuestra propia percepción, cuya coherencia interna debe ser cuidadosamente
preservada para no caer en el extremo del eclecticismo, que es una forma
invertebrada de pensamiento.
Con tales premisas podemos decir ahora que el paradigma con que pensamos
la globalización articula elementos como los siguientes: la globalización
contemporánea existe y, por tanto, no es algo que solo en el pasado tuvo su
esplendor; no implica necesariamente universalidad; es un fenómeno multidimensional
y no un proceso exclusivamente económico; es un proceso
propio del capitalismo y no anterior a éste; los Estados no son víctimas pasivas
de la globalización sino agentes primordiales de ésta; la globalización no
es un proceso inmutable sino susceptible a la acción correctora de la sociedad.
Conviene aclarar que si bien los Estados desempeñan un papel crucial
en la creación de las condiciones para la globalización, ellos mismos sufren
mutaciones en su institucionalidad y sus funciones. Por otra parte, al autolimitarse
mediante la creación de instituciones a las que dotan de la competencia
para emitir normas internacionales, restringen su autonomía nacional
para tomar decisiones en materias antes reservadas a la soberanía. El paradigma
que hemos esbozado somera e imperfectamente implica la elección de
una categoría analítica, que en nuestro caso es el sistema. Concebir la globalización
en forma sistémica es tomarla como totalidad que integra otros
sistemas (ambiente, economía, política, cultura) que interactúan entre sí con
intensidad variable en el tiempo y en el espacio. Esto introduce la noción de
indeterminación de los resultados, que si bien admite el reconocimiento de
tendencias de curso claramente predecible, excluye la predecibilidad teleológica
de la globalización como algo cuyos rasgos definitorios es posible anticipar
desde ahora.
Los fundamentalistas de la globalización la profetizan como un fin de la
historia, como la consumación de una nueva época en que se entroniza el
mercado absoluto. En el mejor de los casos hacen la concesión de que estep0rtes
siglos atrás, y en este caso desde cuándo); por último, el impacto de la globalización
sobre el orden social y político, incluida la cuestión de la supervivencia
o el fin del Estado.
El punto de partida
Mediante los paradigmas condensamos en un conjunto de categorías e ideas
básicas nuestra visión del mundo material y espiritual, que podemos emplear
explícitamente para delimitar nuestro espacio de reflexión, como tenerlas a
modo de trasfondo del discurso analítico a medida que nos adentramos en el
conocimiento del objeto de estudio, deslindando lo que tiene relevancia de lo
que no la tiene. El paradigma nos permite además disponer de un lenguaje
compartido, que utilizamos como herramienta analítica o de comunicación.
Junto a lo anterior, las desventajas de los paradigmas es que tienden a ignorar
la investigación realizada desde otras posiciones paradigmáticas o a considerarla
errónea y menospreciarla, lo cual si se lleva al extremo imposibilita la
comunicación y clausura la posibilidad de retroalimentarse mediante un
intercambio de resultados. (Sobre estas cuestiones y, en general, sobre la «globalización
ideológica», cf. Martínez González-Tablas.) En vista de lo anterior,
que es una argumentación atendible, nos parece la mejor opción el concepto
kuhniano de paradigma científico. Según Thomas S. Khun, la evolución de la
investigación científica sienta las bases teóricas y filosóficas del paradigma,
las cuales por todo un tiempo son compartidas como matriz disciplinar
común. En el proceso de las investigaciones con dicha matriz pueden evidenciarse
anomalías de diverso tipo, por lo que las teorías que condensa el
paradigma sufren modificaciones mediante la adopción de hipótesis ad hoc, o
bien en su relación con otras teorías. Cuando esas anomalías son muy importantes,
cuantitativa o cualitativamente, se abre un proceso de sustitución del
paradigma para dar paso a uno nuevo, que tenga mayor capacidad explicativa,
es decir, mayor capacidad para resolver los problemas concretos que
constituyen el campo de estudio. Para algunos autores el paradigma antiguo
no es sustituido por otro hasta que ya se cuenta con uno alternativo o al
menos ya está elaborado en sus principales elementos.
Cualquiera que sea el caso, el concepto general de paradigma kuhniano es lo
que para nuestro propósito interesa, con el agregado de que en nuestro parecer
la aludida sustitución de los paradigmas puede no implicar el reemplazo
total de uno por otro distinto, como ocurrió con el paradigma cosmológico
del geocentrismo por el copernicano heliocéntrico, sino que en un número
mayor de casos el paradigma sustituido no es otro que el anterior modifica
Las Características Principales del Subdesarrollo
En si, las características que acosan a los países menos desarrollados son vastas. Nombrarlas a todas sería un largo camino, por eso nuestro cometido es explicar las más esenciales de estas naciones desfavorecidas. De esta manera, es preciso aclarar que vamos a seguir los rasgos principales que marcaron os siguientes autores: Paul Krugman y Maurice Obstfeld; Victor Becker y Francisco Mochón; y Ramón Tamames. Cada uno en sus respectivos libros sobre la Economía, para indicar a estos países como subdesarrollados.

Así, consideramos atractivo a la vista del lector que, además de las particularidades aportadas por estos autores, se les agreguen algunas más, que a nuestro entender son elementales en torno al tema tratado. Entonces, las características que subsisten en éstos países poco afortunados, no siendo estas jerárquicas, son las siguientes:

Mercados Financieros Acorde con sus Economías;
Intervención Estatal en la Economía;
Constante Impresión de Dinero;
Transacciones Financieras Estrictamente Controladas;
Exportaciones Dependiente;
Elevada Población;
Escasez de Capital Físico;
Distribución de la Renta; y
Estructura Económica.
1. Mercados Financieros Acorde con sus Economías. Comúnmente, las naciones menos desarrolladas económicamente, escasean en unos mercados financieros que le sean de sustento ante una crisis, impensada o no, que sacuda la estructura económica real de los países. Dentro de esta área, nos encontramos muy a diario con escaso dinero para realizar las inversiones necesarias para las industrias y empresas radicadas en ellos.

Los préstamos están totalmente controlados por la administración estatal, que regula a sus gustos y preferencias, con la aplicación a la baja o alta de los tipos de interés. De esta manera, por lo general con tipos de interés bajos, ejercen el control para que los créditos fluyan hacía los sectores que se quieren favorecer, pero carecen totalmente de una planificación que les muestre de manera ordenada a que sectores favorecer. Pues en estos países, se favorecen a sectores que apoyan a los gobiernos, mientras que excluyen a los menos poderosos y que no aportan su cuota al Estado.

Estos tipos de interés baratos, ocasionan una salida (y no entrada) de capital hacía los mercados más desarrollados. Así, se licua el ahorro nacional y se destina a otras actividades extranacionales, cuando se tendrían que conseguir que se inviertan en sus respectivos países para poder hacer frente a distintos compromisos.

Esto, generalmente, ha generado una cultura del “no ahorro” nacional, pues no existen activos financieros de altos rendimientos en las regiones en vías de desarrollo. Y, así, se es muy difícil financiar la inversión interna con capital propio.

2. Intervención Estatal en la Economía. Normalmente, los gobiernos de los países menos desarrollados, tienden a intervenir en sus economías con la filosofía de que la influencia es mejor para “tapar” las fallas del mercado; pero muy a menudo se olvidan de que el estado también tiene fallas, y éstas, suelen ser muy perjudiciales para la sociedad en su conjunto.

Es común encontrar, en cantidad, las regulaciones que sucumben a la economía con la mayoría de empresas nacionales de origen público, dando procedencia a cierto déficit insolventes a largo plazo. Pero, recordemos, en las últimas décadas han acaecido una corriente masiva de privatizaciones, con las ventas desmedidas de las empresas estatales, que cambio la estructura económica de la mayoría de los países, generando para algunos perjuicios y para otros, los que hicieron mejor las cosas, beneficios.

Esta ola privatista, generó una enorme masa de capitales, que ingresaron a los países menos desarrollados, que fueron utilizados para tapar ciertos “agujeros” que la economía de cada nación presentaba. Así, los beneficiarios fueron, entre otros, el sector servicio. En cambio, el más perjudicado, uno de los tantos, fue el sector mano de obra.

El objetivo primordial que perseguían los defensores de la apertura económica en los países subdesarrollados, aplicaban la fórmula de que esto generaría mayor eficiencia en las empresas privatizadas, obteniendo el mayor rédito los consumidores, desde el punto de vista de la asignación de los recursos.

3. Constante Impresión de Dinero. Uno de los temas que más se ha debatido tanto en el ámbito internacional como en la esfera local de cada una de las naciones, ya sea desarrollada o en desarrollo, fue el de la inflación. Pues, ésta, estuvo presente en la vida de las naciones, sobre todo en estos años analizados, con la incipiente hiperinflación devenida de ella.

En realidad, la inflación, ese mal que aqueja a lo más pobres antes que nada, viene a costilla de que el gobierno, de los países menos desarrollados, debe emitir para cubrir sus compras de bienes y servicios, y sus pagos a empleados estatales, generando un aumento de la cantidad de dinero en la economía. Entonces, la emisión aumenta la base monetaria logrando que los precios empiecen la corrida hacía el alza, pues se aumenta el consumo de bienes en la economía.

Así, la constante impresión de dinero por parte de la autoridad monetaria de cada país, conduce a la inflación, produciendo una pérdida a los poseedores de dinero. Estos persistentes aumentos generalizados de los precios al alza, han ocasionado un cambio de postura de los gobernantes. Y, los cambios acometidos, terminaron produciendo una importante reducción de los precios, con una continuidad de mantenimiento durante toda la década del noventa, por ejemplo en la Argentina y su Plan de Convertibilidad del Dr. Domingo Cavallo.

4. Transacciones Financieras Estrictamente Controladas. En los países en vías de desarrollo, comúnmente, controlan la mayoría de las transacciones financieras que se desarrollan dentro de su jurisprudencia. Esto ha generado una mercado paralelo, donde se realizan muchas de las transacciones sin la intervención directa del poder gobernante.

Se verá que una de las restricciones que frecuentemente se han escuchado es mantener un tipo de cambio flexible con flotación sucia, ya que se los controla para que queden aparejados al nivel deseado por las autoridades, por medio de constantes mini devaluaciones o revaluaciones de la moneda.

Otra de las restricciones es que, en cierta medida, las monedas de estos países no son convertibles, o sea, no son intercambiadas con frecuencia en el mercado internacional con toda facilidad. Así, queda todo en manos de las autoridades pública, para que cualquier ciudadano que desee moneda de otro país, deba intercambiarla con estos.

De esta manera, las transacciones más relevantes de la economía en cuestión quedan controladas por las autoridades nacionales, dejan un breve espacio para la libertad de los mercados.

5. Exportaciones Dependiente. Claramente, este es un aspecto que marca la historia de estos países. Desde comienzos inmemoriales, las naciones menos desarrolladas han dado sus producciones a los países especialmente desarrollados.

En si, la mayor parte de los países en vías de desarrollo producen gran cantidad de productos relacionados con los recursos naturales y agrícolas. Con ello, estos países poseen una dependencia estrechamente afectada por el precio de las materias primas, precio que oscila frecuentemente, creando subas y bajas constantes de los mismos.

Claro esta que los países que son dependientes de las exportaciones primarias, que sus precios viven oscilando día a día, están atados a las incertidumbres del mercado internacional. Esto, perjudica a los productores y a la sociedad en su conjunto, ya que depende del precio internacional y no pueden modificarlo, cosa que no ocurre en los productos industrializados.

Definitivamente, si los precios fueran más constantes, existiría una economía menos dependiente de las exportaciones primarias. Y, probablemente, las estructuras productivas podrían mantenerse a largo plazo, con un crecimiento más prolongado.

6. Elevada Población. Las naciones menos favorecidas en torno a la cuestión económica, tienen un gran problema de población. Es que existe un número creciente de personas, por la fuerte tasa de natalidad, que contienen estos países. Así, el mismo es un factor determinante del subdesarrollo.

Entonces, lo éste genera es una gran masa de personas improductivas y desocupadas, ya que no encuentran actividad donde desempeñarse productivamente, por la carencia de un entramado económico acorde a la cantidad de personas. Estas cuestiones de infecundidad e inacción dentro de la economía, perjudican a la sociedad en su conjunto, ya que se manifiesta en la insuficiencia en términos alimenticios, sanitarios y culturales.

Ante estas características demográficas de los países en desarrollo, no faltan quienes auguran por el control directo de la natalidad en las zonas más pobres de estas naciones rezagadas económicamente.

Definitivamente, las preocupaciones alimenticias, sanitarias y culturales, dan lugar a la paupérrima educación profesional, dando como resultado una bajísima calificación de la mano de obra en estas naciones. Presentándose, de esta manera, en una limitación del crecimiento necesario para llegar al desarrollo deseado.

7. Escasez de Capital Físico. Es claro, sin dudas algunas, que este problema se presenta muy a menudo en los países en vías de desarrollo. Es sabido, además, que el mismo es una causa esencial, ya que sin el mismo se es casi imposible conseguir el desarrollo tan ansiado para sacar a la población de le mendicidad.

Es que, comúnmente, en estos países hay una laguna, difícil de eliminar en el corto plazo, de innovación tecnológica en base a nuevas fábricas y maquinarias modernas, conjuntamente con la falta de infraestructura a nivel nacional.

Entones, a la insuficiencia de capital para realizar las inversiones necesarias, se la suple con capital externo, o sea, ahorro de países extranjeros, generalmente desarrollados. Porque, en estos países con insuficientes niveles de ingreso, lo poco que cosechan lo gastan, lo consumen. Por ello, el ahorro interno es casi nulo, debiendo esperar que los inversores o especuladores del centro decidan llevar sus monedas hacía estos países.

Claramente, vemos que la dependencia pasa por varias aristas, donde en este caso, es financiera (inversiones extranjeras) y tecnológica (falta de innovaciones). La tecnología es adquirida en otras naciones, para incorporarlas al proceso productivo nacional.

8. Distribución de la Renta. La renta per cápita en las naciones menos favorecidas está lejos de alcanzar o acercarse a la de las potencias desarrolladas. Además, la distribución es mucho más desequilibrada, donde las desigualdades sobrepasan a las medias mundiales.

Es evidente, que con estas discrepancias a la hora de distribuir el ingreso o renta, conlleva a problemas sociales de diversas índoles. Es fehaciente exponer, que las divergencias llevan a distintos latrocinios dentro de una sociedad. Se expresa en común acuerdo, que la pobreza no es la causa de los delitos y depredaciones, porque allí donde existe pobreza extrema no existen ninguno de estas consecuencias. En cambio, donde persiste la desigualdad es donde las mismas se manifiestan constantemente.

En si, la falta de igualdad en la distribución genera continuamente vastos problemas sociales para la ciudadanía. Esto, va a demandar, para solucionarlo, mayores tasas de ahorro e inversión, pilares que faltan siempre.

9. Estructura Económica. No cabe dudas que todo lo dicho anteriormente terminará haciendo, en estos países tan golpeados, una estructura económica endeble de sobremanera. No resta decir, que los ocho nefastos puntos anteriores encuadran a las sociedades subdesarrolladas dentro de un marco totalmente frágil, que se puede romper en cualquier momento.

Este marco indiscutiblemente frágil, terminará contrastando la incertidumbre que suscitan en éstos países; conjuntamente con políticas sin un rumbo fijo, que se acomodan a las distintas coyunturas del momento; también, existen medidas económicas sin planificación a largo plazo, carentes de programas y planes acordes a sus posibilidades.

En claro, las carencias son muchas y de difícil solución pronta. Pues se deben aplicar políticas de estado, para que no sean abandonas al cambio de gobierno. Pero, a pesar de todo esto, las oportunidades son muchas, porque igualmente los países se levantan de los golpes duros que les propician las crisis internacionales; como es el caso de la Argentina y su crisis más grande: 2001.

Autor:
Walter Nicolás Pepicelli
EL IMPACTO DE LA GLOBALIZACIÓN
Comienzo por un hecho obvio pero que conviene recordar: vivimos una época inusitada en la
historia de la humanidad, en términos de la magnitud y velocidad de los cambios de todo orden que
están ocurriendo. Cincuenta, veinte y hasta diez años atrás nadie pudo predecir, o siquiera imaginar,
esos cambios y mucho menos su impacto combinado. A ellos solemos ponerle un nombre, globalización,
que abarca muchas cosas diferentes pero que sin embargo tienen algunos aspectos en común. Uno de
ellos es que en buena parte operan por medio de mercados--de bienes, de servicios y de ideas-casi
siempre imperfectos pero mercados al fin. Otros aspectos comunes implican un movimiento
contrapuesto. Por un lado observamos, objetivamente, el rápido achicamiento del mundo, evidenciado
por la enorme velocidad y amplitud de los bienes materiales e inmateriales que se mueven, cada vez con
menos obstáculos, en el planeta. Por el otro lado, ese achicamiento se contrapone, y en realidad se
complementa, por un aspecto subjetivo: el del ensanchamiento geográfico y temporal con que la
conciencia moderna se piensa a sí misma y a su circunstancia. Cada vez más, mucho de lo que nos
ocurre es originado, o determinado, en ámbitos más amplios y más transnacionales que los de hace
pocos años.
El movimiento combinado del achicamiento objetivo del mundo y del ensanchamiento de
nuestras conciencias produce, sin duda, muchas cosas buenas, algunas de las cuales registraré abajo.
Pero, junto con otros factores que no es del caso analizar aquí, porque no pertenecen directamente a
la problemática de la globalizacion, ella también produce fenómenos que se traducen en la manifiesta
angustia y desorientación contemporáneas. Simplificando puede decirse que estos fenómenos son dos
y están cercanamente relacionados: la sensación que el destino individual, el de muchos de nuestros
emprendimientos y hasta el de los países enteros, está mas influido que nunca por fuerzas y actores que
operan más allá de nuestra capacidad de controlarlas.
El otro fenómeno es la erosión de todo tipo de fronteras, tanto de la vida individual (que antes
podrá concebirse circunscripta a la comunidad o país donde uno vivía) como, y esto es lo que me
importa enfatizar aquí, de los Estados nacionales. Hoy capitales, transacciones, ideas y personas se
mueven por el mundo con lo que hasta hace poco hubiera parecido una inusitada y, en varios sentidos,
inconveniente libertad.

Estos procesos coexisten paradójicamente con otros, también a escala mundial, los de
democratización. Digo que paradójicamente porque, salvo utopías de una ciudadanía mundial que está
muy lejana y de todas maneras no me parece recomendable, la democracia presupone un Estado fuerte
y bien delimitado. No hay democracia sin ciudadanía, y no hay ciudadanía sin la base territorial que
provee el Estado--salvo casos excepcionales, todos somos ciudadanos en tanto somos miembros de
un cierto Estado. Esta ciudadanía no incluye solo él--por cierto muy importante--derecho del libre voto.
También incluye, en la vida cotidiana de la sociedad, derechos y obligaciones que el Estado establece
y garantiza mediante su sistema legal. Además, cuando la ciudadanía se expresa como pueblo o nación,
ella constituye un sistema de solidaridades, un sentido de pertenencia a un "nosotros" que tiene como
central referencia al Estado, a la población y al territorio que aquel delimita.
La erosión de todo tipo de fronteras a la que tiende la globalización se contrapone con lo que
parece ser la tendencia humana a generar y mantener sistemas de solidaridad territorialmente acotados,
incluso la clara delimitación territorial presupuesta por la democracia y la ciudadanía. Esto plantea por
lo menos tres preguntas. La primera, como no luchar autodestructivamente contra los vientos de la
globalización sino más bien, si se me permite la imagen, digerir sus principales consecuencias negativas.
La segunda pregunta es cómo lograr que el Estado sea un techo acogedor para su población, sobre
todo para aquellos que sufren muchos de los perjuicios pero gozan de pocas de las ventajas de la
globalización. Y, tercera, como ir construyendo y expandiendo regímenes democráticos basados en una
ciudadanía que nutre una sociedad civil activa, creativa y autociente de sus derechos y obligaciones.
Estos son desafíos colosales, mucho mayores que los que en su momento debieron enfrentar las viejas
democracias del Norte--aunque ellas también deban hoy preguntarse como encarar estos mismos
problemas. Volveré sobre estos temas, pero antes me permitiré una disgresión.
II. LA MAGNITUD DE LOS CAMBIOS
Dije que vivimos una época signada por cambios de enorme magnitud y rapidez. Estos son
cambios a nivel mundial, que impactan cada rincón del planeta. Aunque retrospectivamente los cambios
ocurridos parecen menores, hubo otra época, aproximadamente entre 1850 y la primera guerra mundial,
cuando también se sintió que una época moría y otra nacía confusa y amenazadoramente. Se trata
entonces de la veloz expansión de la industria, de la urbanización y de la participación política de los
sectores populares en los países centrales y, junto con ella, de la expansión del capitalismo y del
colonialismo a escala propiamente mundial. La consecuente sensación de vértigo llevó a algunas grandes
cabezas a formular sus grandes, clásicas síntesis: Weber, Durkheim, Marx, Darwin, Freud y otros
intentaron encontrar sentido y dirección a la historia que vivían. Aun nos alimentamos de las ideas de
estos genios. Pero estamos condenados a sentirnos lejanos de ellos, no solo por todo lo que ha pasado
y cambiado desde entonces sino también, y sobre todo, porque hoy ya no podemos tener la gran ilusión
que los movía: tener conocimiento suficiente, empírico y teórico, para desentrañar el sentido de la
historia e indicar las líneas generales, pesimistas u optimistas, en las cuales la historia se seguiría
desplegando en el futuro. Hoy sabemos que no podemos saber tanto.
La inmensa complejidad de las sociedades nacionales y de la sociedad mundial en su conjunto
y la magnitud de los cambios que experimentan, prohíben (o hacen fútiles, si no grotescos) intentar
repetir los intentos totalizadores de nuestros geniales predecesores. Sólo conocemos partes, pedazos,
de una sociedad cada vez mas globalizada, y porque globalizada también
también más compleja ymultidimensional. Sabemos, asimismo, que las características de esas partes y, sobre todo, sus posibles
direcciones de cambio dependen no solo de ellas mismas sino también de un complejo y cambiante
conjunto de factores transnacionales e internacionales. Sobre este conjunto, como acabo de decir, no
tenemos, ni creo que lleguemos a tener, la teoría general que nuestros más osados predecesores
creyeron poder formular.
La consecuencia es que líderes políticos y sociales, intelectuales y, lo sepan o no, todos los
habitantes de este mundo de hoy navegamos este huracán de cambios de la globalización casi sin
brújula, con limitados y, demasiadas veces, desactualizados mapas. Tantos cambios y tan pocos mapas
son una de las fuentes principales del malestar de la incertidumbre y desasosiego que tanto se manifiesta
en el mundo actual. Esto es especialmente cierto desde que, no hace mucho, caducó la última gran
ilusión de nuestra época y, con ella, los argumentos, reconozcamos que un poco grotescos, que
finalmente la historia había encontrado su feliz culminación. Me refiero a lo que hace poco, pero parece
que hace tanto, fue la creencia que el colapso del comunismo permitiría que los países convergieran en
un mundo de salidas democracias y prósperas economías.
La resultante angustia ante tormentas que no sabemos como domesticar ni donde nos conducen
tiende a provocar reacciones entendibles pero lamentables. Una de ellas refuerza una tendencia que, por
razones que no voy a examinar aquí, viene de antes: parcelar el conocimiento, hacerse experto de
algo--que muchas veces es importante e interesante--sin querer ni saber preguntarse como ese "algo"
se relaciona con otros temas y problemas. Dicho de otro modo, el conocimiento estrechamente técnico
es indispensable para la reproducción cotidiana de la sociedad, pero es tan incapaz de orientar su
dirección de cambio como de examinar críticamente (es decir, en el largo plazo, constructivamente) esos
cambios. La segunda reacción converge con la primera. Ella consiste en negarse a reconocer la magnitud
de los cambios ocurridos y, sobre esa base, cometer gruesas simplificaciones que no son sino la renuncia
a hacerse cargo de la complejidad del mundo en que vivimos. Tanto el conocimiento estrechamente
tecnificado como las heroicas simplificaciones alimentan serios errores, comenzando por la manera en
que plantean sus propias preguntas.
III. ESTADO Y GLOBALIZACIÓN
Un ejemplo de lo que acabo de decir y sobre el cual me voy a detener en este documento, es
la forma en que, frente a la evidencia de una multiforme y poderosa globalización, frecuentemente se
plantea la cuestión de que es eso que es hoy el Estado, especialmente el Estado de los países mas o
menos periféricos. Hay dos respuestas básicas, igualmente simplistas. Una ignora la globalización y
otros fenómenos conexos; sigue pensando el Estado como una entidad que circunscribe efectivamente
toda la vida política, económica y cultural de una nación. Esto, que nunca fue rigurosamente cierto,
menos aún en nuestros países, es menos cierto que nunca. La otra respuesta se desplaza hacia el polo
opuesto y afirma que el Estado ya no es mas que una ficción que en su lenta agonía entorpece el libre--y
últimamente benéfico-- juego de los bienes, servicios e ideas que la magia del mercado global desata.
Desde hace mucho tiempo nuestros países han estado sujetos a los vientos de la economía, la cultura
y la geopolítica mundial, y esto es hoy mas cierto que nunca. Pero esto no autoriza el Anon sequitur@ de
decretar la muerte del Estado nacional.

Me permito creer que la presente discusión, que tal vez pueda parecer muy abstracta, es
relevante para los temas del proyecto del Banco en el que se inscribe. Las reformas institucionales y sus
normativas no pueden ignorar los contextos, nacionales y transnacionales en los que se llevan a cabo
y dentro de los cuales se determina su efectividad. Hablar, por ejemplo, de democracia (y de su
necesario corolario, ciudadanía), de los diversos poderes del sistema constitucional (incluso los partidos
políticos), de esquemas de integración, de los diversos aspectos implicados por la reforma del poder
judicial, de desarrollo local y regional, de la opinión pública y de la vigencia de la ley, todo esto
presupone hablar del Estado. Y "hablar del Estado" presupone hacerlo desde cierta concepción del
mismo, desde cierta visión del lugar que ocupa en la sociedad nacional y en sus relaciones con otros
Estados así como hoy, también, en este mundo agudo y velozmente globalizado.
Aquí solo puedo ofrecer, en mi intento de superar las simplificaciones ya criticadas, algunas
reflexiones bastante genéricas, con particular referencia a América Latina y el Caribe. Comienzo con
una metáfora en la que insistía mi fallecido colega Jorge F. Sabato: el Estado es una bisagra. Es decir,
es un punto de separación y también de intermediación entre un "adentro" y "afuera," entre lo que en casi
toda América Latina (aunque, para desgracia de ellas, no en otras partes del mundo) ha sido una
sociedad nacional, por un lado, y el mundo exterior a esa sociedad nacional, por el otro. El Estado
aspira a constituir, delimitar y representar esa sociedad nacional, no solo por medio de mapas, fronteras
y embajadas, sino también de símbolos, rituales y edificantes historias incansablemente contadas a
generaciones y generaciones. Además, ya señala que cuando el Estado convive con un régimen
democrático le otorga un componente indispensable: la ciudadanía. Ciudadanos y ciudadanas son
sujetos de derechos emanados de un Estado, que conviven dentro de los límites territoriales demarcados
por dicho Estado, y que por eso mismo gozan del derecho a elegir y ser electos como autoridades
temporales de la población de ese Estado.
No hay ciudadanía sin Estado, ni democracia sin ciudadanía, ni Estado y ciudadanía sin un
territorio y una población claramente delimitados. Esto tal vez parezca contradictorio, pero no lo es, con
otro aspecto de la globalización que me uno a otros en celebrar: los atisbos de emergencia de una
sociedad civil transnacional. Por esto quiero decir el crecimiento de redes de diversos tipos de
asociación que luchan por la vigencia universal de derechos básicos inherentes a las personas y a la
naturaleza. La importancia intrínseca de estas asociaciones no puede ser exagerada. Pero es importante
notar que los progresos efectivos y, sobre todo, duraderos, de estos esfuerzos presuponen no solo
estímulos transnacionales sino también, en cada lugar, ciudadanías activas y conscientes de la validez
de los derechos y obligaciones que promueve la sociedad civil transnacional.
Un tema más amplio que el que acabo de tocar, también más complejo y ambiguo, es que todo Estado
proclama ser una autoridad PARA la nación (o para el pueblo, ampliamente definido). Aunque sería
largo fundamentarlo, me parece claro que, desde siempre y como siempre, la existencia de un Estado
(es decir, de un tipo de autoridad territorialmente delimitado que pretende supremacía en el control de
la violencia en ese ámbito) conlleva la idea de un bien que es público, o común, para todos los habitantes
de ese territorio. Por supuesto, esta pretensión ha dado lugar a numerosos horrores e hipocresías.
Además, cual sería el contenido de ese bien común es la materia prima del conflicto político. Pero, por
otro lado, esa misma pretensión a veces se proyecta convincentemente como encarnación, parcial y
discutible pero encarnación al fin, de una real vocación de servicio por ese bien común. Además, la
pretensión que el Estado sea una entidad orientada hacia el bien común de la población de su territorio
es una demanda de los sujetos a esa autoridad, especialmente cuando, en la democracia, ellos son
mediante su voto los libres co-constituidores de la autoridad de los gobiernos--es decir, de aquellos que
ocupan temporariamente las cumbres del aparato estatal.
Me gustaría repetir de manera algo diferente lo que acabo de decir: el Estado basa su pretensión de ser
aceptado como un sistema de dominación y de coordinación social--es decir, basa su legitimidad--en
convencer, habitual y generalizadamente, que sus acciones se orientan al logro del bien común de la
población que alberga en su territorio. Prueba de esto es que todo discurso político, desde las cumbres
del Estado o desde la oposición, y desde el más sincero al más cínico, proclama ser la mejor manera
posible de alcanzar ese bien común. De una manera o de otra, esos sistemas de poder que llamamos
Estados contemporáneos circunscribieron un territorio y una población y llamaron a esta su nación o su
pueblo, implantaron un sistema legal y ayudaron a escribir y rememorar continuamente su propia historia.
Algunos países tuvieron mayor o menor éxito en esta tarea, y en cada país ha habido importantes
fluctuaciones a lo largo del tiempo. Pero en todos los casos mas o menos exitosos de este doble
proceso de constitución de estados-naciones y de su legitimación en tanto tales, hubo una imagen que
sustenta dicho proceso. Esta imagen--que por supuesto no siempre fue cierta, pero que muchas veces
fue efectiva y eficaz--es que el Estado era verosímil, en el sentido que contaba con poder y voluntad
suficientes para proseguir el logro de alguna versión del bien común del conjunto de su población. La
idea consecuente fue que si no se avanzaba hacia ese logro, era cuestión, tanto bajo democracias como
bajo autoritarismos--aunque por supuesto de diferentes maneras--de cambiar el régimen político
existente o los grupos o partidos que lo dominaban. Pero solo en casos tan extremos como
desgraciados--de los que la antigua Yugoslavia y RuandaBurundi dan testimonio contemporáneo--se
ha llegado a poner en cuestión la capacidad del Estado, y por lo tanto de su propia existencia, como
agente capaz de lograr el bien común del conjunto de la población existente en su territorio.
IV. LOS RETOS DEL ESTADO
Aunque en nuestra región estamos lejos de situaciones catastróficas como las recién señaladas,
me parece importante darnos cuenta que una amenazadora posibilidad es insinuada por la globalización:
la pérdida de verosimilitud, no ya de tal o cual grupo o régimen político, sino del propio Estado nacional
como concentración suficiente de poder y voluntad para la gestión efectiva del bien común de su
población. Me apresuro a aclarar que esa verosimilitud siempre fue un poco mítica, sobre todo en
países como los nuestros, situados en la periferia de los grandes poderes mundiales. Aunque no está
de moda hablar de esto--lo cual es una lástima, porque nos hace perder parte importante aunque
seguramente no la preferida de nuestra historia--diversas formas de dependencia siempre aquejaron a
nuestros países. Pero lo de hoy, quepa o no seguir hablando de dependencia, es mucho más universal,
más difuso, más multidimensional y menos controlable, aún por parte de los grandes poderes mundiales.
El achicamiento del mundo por las comunicaciones y el transporte, la porosidad de las fronteras
nacionales a numerosos procesos económicos y culturales, la instantaneidad de los grandes eventos
políticos y de los movimientos de capital, la expansión de los mercados a actividades antes impensables
o que los Estados excluían celosamente, la velocidad de circulación de las ideas, y la emergencia de
identidades que se definen por encima y más allá del Estado nacional--estos son algunos ejemplos de
una ola de cambios que nos deja atónitos y, sin embargo, con mas necesidad que nunca de entender
y de actuar. Si el Estado moderno pero contemporáneo es aquello que nació y función históricamente
poniendo límites alrededor de territorios y poblaciones, qué papel le queda, le debe quedar, a ese
Estado ante esa inmensa ola que es global, precisamente, porque niega y tiende a arrasar todos los
límites?
Como algunos han observado, la globalización no solo erode esos límites "por arriba," en su
tendencia a aplanar el mundo. También los erode "por abajo," cuando conecta a capitales y trabajadores
(así como a diversas actividades técnicas) de algunas regiones directamente con los mercados
mundiales, con escasa mediación del respectivo Estado nacional. Lo mismo ocurre cuando estos y otros
procesos ligados a la tecnología, cultura y las comunicaciones, desarticulan las clases y otras categorías
sociales, dificultando no solo su acción colectiva sino también su representación en el proceso político,
sobre para aquellas que la globalización impacta mas negativamente. Todo ocurre como si, desde
"arriba" y desde "abajo," se esfumaran las posibilidades de constituir y representar el bien común de una
población cada vez mas fragmentada.
Publicado por Alejandro Garmendia en 6:42
0 COMENTARIOS: