viernes, 26 de septiembre de 2008

La Historia como Ciencia

historia económica y social

Los factores sociales y económicos son inseparables de la historia de
las sociedades humanas. Si se piensa, por ejemplo, en el concepto
básico de «desarrollo», es evidente que activa una secuencia lógica,
de elementos económicos (producción, renta per cápita) o sociales
(nupcialidad, alfabetización), y otros, como la urbanización, que
significan interacciones profundas entre ambos niveles. Todo el
interés de las cuestiones planteadas por los factores socio-
económicos se podría sintetizar en las palabras transformación,
cambio e interacción.

De hecho, no existe historia económica y social, pero en virtud de la
descripción y el análisis, esa complejidad debe fragmentarse a fin de
hacer la realidad comprensible. A tal objeto cabe, además, una
separación entre historia económica e historia social, porque con el
tiempo han ido alejando sus objetos debido a sus niveles
referenciales con la otras ciencias con las que están en profundo
contacto: la economía y la sociología, respectivamente.

Historia económica

Puede definirse de maneras diversas. En términos cronológicos, y
correspondiendo a un enfoque descriptivo de la materia, sería el
estudio sucesivo de las economías que han existido desde el pasado
hasta el presente. Dicho nivel descriptivo y analítico muestra que la
historia económica es tanto una rama de la historia, en cuanto
estudia la parcela económica de la sociedad en evolución; como de la
economía, en cuanto ésta puede utilizar el estudio de los hechos
económicos del pasado como fuente de evidencia empírica para
contrastar teorías, modelos o métodos de la ciencia económica.

Asimismo puede pensarse en la historia económica como la búsqueda
sistemática de explicaciones económicas a los fenómenos sociales,
posición que puede oscilar desde un «determinismo economicista»
radical hasta la consideración del peso de la variable económica en
la evolución de las otras variables sociales. Queda clara la relación
existente entre historia económica y economía y cabe considerar las
características y los problemas que generan en una y otra dichas
relaciones: en cuanto al uso de los instrumentos conceptuales de
análisis y en cuanto al objeto de ambas disciplinas, teniendo en
cuenta que la diferencia básica entre ellas residiría en el punto de
vista.

Para ser de historia económica, la problemática abordada por un
estudio debe ser de tipo económico, es decir, encajar en las tres
preguntas básicas de la economía: ¿qué producir?, ¿cómo hacerlo? y
¿cómo distribuirlo?; así, es necesario emplear los instrumentos
conceptuales, las categorías analíticas y el tipo de lógica que ha
acuñado la teoría económica. Pero la cuestión no es tan sencilla; de
ahí las diversas corrientes que pueden encontrarse en el estudio de
la historia económica, desde el marxismo, a la nueva historia
económica. La elección de teorías, métodos y modelos condiciona el
paradigma, y asimismo configura una determinada tendencia ideológica.

Los economistas suelen construir un modelo limitado y sencillo de las
leyes que siguen la dinámica de los cambios de un sistema, teniendo
en cuenta sólo uno o dos aspectos o variables, y convirtiendo los
demás en exógenos (exteriores al modelo), y en muchos casos
suponiendo su inmovilidad. Pero lo exógeno es una pura elección, una
categoría pensable, y el historiador, al intentar usar un modelo
determinado, debe saber que su punto de vista no le permite extraer,
más que para levantar hipótesis o cuestiones, las condiciones en que
se genera actividad económica fuera del campo de juego, pues al fin y
al cabo, todo el oficio se ejerce en busca de interacciones, donde
nada (hechos no-económicos, política, instituciones,etc.) es exógeno.
Esta síntesis puede ayudar a superar la abstracción de la economía
académica.

Historia social

La historia social plantea cuestiones significativamente similares,
respecto al paralelismo de los desarrollos científicos, pero en este
caso teniendo como referente a la sociología. Las tendencias más
actuales en la historia social intentan situarse en una encrucijada
de caminos entre el método sociológico y el enfoque histórico. A ello
ayuda la comprensión, por parte de los sociólogos, de que el empirismo
abstracto tiene sus límites y se queda vacío, si abandona los
referentes de la realidad histórica y sus estructuras específicas.
Ello significa un retorno actualizado a los orígenes marxianos o
weberianos, con los que hay que reconocer que el historiador se mueve
con más comodidad que en el puro modelo estadístico. Las palabras
clave son interacción y cambio, y la relación entre actividad
personal y organización social es algo que se construye en el tiempo
y, por tanto, la conexión entre acción humana y estructura social no
es un problema abstracto, sino una cuestión de la historia de la
humanidad. El último elemento a tener en cuenta, también válido para
la historia económica, es que la justificación de toda ciencia social
se centra en su utilidad, en su adaptación a las condiciones que
hacen progresar el conocimiento, y las condiciones reales,
históricas, de las sociedades en que se generan. Parece que encontrar
esos cruces de caminos que permitan avanzar a las diversas
disciplinas.

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